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Castilla y León es la comunidad autónoma con más potencial de producción de gas verde de toda España. Podría llegar a obtener 40 teravatios hora al año, el 23% de lo que se valora para todo el país. Unas cifras que la convertirían en una autonomía exportadora de esta energía limpia.

Este potencial se basa en la cantidad de residuos orgánicos que genera el campo de Castilla y León y que son la materia prima para conseguir este gas renovable. Miguel Mayrata, director general de Redexis Renovables, asegura que apostar por el biometano "supone generar una nueva cadena de valor en la actividad agrícola y en la actividad ganadera, para el campo en general. Se impulsan inversiones industriales y se genera empleo local cualificado".

El biometano es un gas 100% renovable que se obtiene a partir de residuos orgánicos. Mayrata explica que "es exactamente la misma molécula que el gas natural de origen fósil, lo que pasa es que la obtenemos de forma renovable a partir del aprovechamiento de los residuos orgánicos que ya existen en las zonas donde instalamos las plantas".

Se consigue al transformar residuos a los que no se daba uso como los estiércoles que se generan en la ganadería, los restos agrícolas, los residuos alimentarios de la industria agroalimentaria, los lodos de la depuradora o la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos que se recogen en el contenedor marrón. De hecho, colabora con la gestión eficiente de los más de 120 millones de toneladas de residuos que generamos en nuestro país. De todos esos desechos además de gas verde se obtiene también digestato, que puede utilizarse como fertilizante natural. Un proceso de economía circular que convierte residuos en energía y fertilizantes que vuelven a la actividad agrícola.

Entre los beneficios del gas verde está que "es una energía gestionable, porque la podemos producir y almacenar en las propias infraestructuras de distribución de transporte y distribución de gas natural". El director general de Redexis Renovables subraya como España tiene 80.000 kilómetros de redes de transporte y distribución de gas que permiten alimentar al sector industrial, terciario, doméstico y hasta a las centrales de ciclo combinado.

Un combustible para el que no se necesita ninguna adaptación porque "como la molécula es la misma, un calentador, una caldera, una cocina, un equipo de lavandería industrial o una cogeneración que consumen gas natural para producir electricidad pueden ser alimentados perfectamente con biometano. Consumirán energía renovable y ayudarán a descarbonizar el consumo energético del país sin tener que hacer nada".

Se trata de un vector energético real y asequible ya que la infraestructura de gas actual es absolutamente compatible con este gas renovable sin necesidad de hacer adaptaciones o inversiones adicionales.

Canalizaciones de biogás. Redexis Renovables

El gas verde también fomenta la seguridad de suministro y permite además reducir la dependencia que España tiene del gas exterior. "Ese biometano lo podemos producir en España a partir de los residuos que genera la actividad humana", en vez de importar gas ruso o proveniente del fracking en Estados Unidos.

Sin embargo, es un sector todavía en desarrollo en nuestro país con 19 plantas inyectando en la actualidad gas a la red de distribución. Según relata Mayrata en "Europa hay un marco regulatorio que reconoce el valor del biometano como energía renovable". Eso ha conseguido que en el continente haya más de 1.700 plantas. En Dinamarca cerca de la mitad del gas (un 40%) que se consume es biometano.

"En España la regulación está avanzando, pero todavía no hay un marco que dé viabilidad a largo plazo a los inversores y a los productores de gas renovable". El sector exige además una tramitación más ágil a las administraciones. "Son costes, costes y costes que vamos soportando durante años sin recibir la autorización y el permiso para poder iniciar la construcción y poder empezar a recuperar todos esos costes de desarrollo. Pediría que la administración se dimensione adecuadamente para poder dar respuesta a la tramitación ambiental con el nivel de exigencia elevado que están teniendo, pero con un nivel de agilidad también más elevado del que se tiene actualmente".

Instalaciones seguras

Algunos proyectos de construcción de plantas de biometano en el medio rural se han encontrado con rechazo social y protestas vecinales. Para Miguel Mayrata esta oposición se debe a la falta de información. "Los proyectos de biometano no huelen, son digestiones anaerobias en recinto cerrado, totalmente aislado. Todo el gas que se genera se captura, se purifica y se inyecta en la red".

El directivo de Redexis Renovables confirma que tampoco tienen ningún efecto en el agua de la zona en la que esté ubicada la planta porque "no hay vertidos de agua, no generan agua que se pierda en ningún cauce, ni en ninguna instalación de saneamiento".

Mayrata recalca que los efectos de estas plantas son positivos. "Recogen los purines de las balsas de las granjas, que tienen almacenamientos a veces de incluso meses, y los gestionan de forma directa. El purín que se produce hoy, mañana está siendo tratado en la planta de biometano y está produciendo tanto biogás como digestato estabilizado inodoro que se utiliza como fertilizante en la actividad agrícola".

Subraya además que la seguridad de la ciudadanía está garantizada porque el proceso de tramitación de las plantas "es extremadamente garantista" por parte de las administraciones. "Tanto es así que hay proyectos que tardan 3 y 4 años en obtener las autorizaciones ambientales", aunque reconoce que se está ganando tiempo al comprobar que "las plantas no generan ningún tipo de problema”.

Dos plantas en Castilla y León

Redexis es una compañía dedicada al desarrollo de gases renovables. Está presente en 12 comunidades autónomas con más de 12.000 kilómetros de redes propias y donde genera más de 250 empleos directos y 2.000 indirectos. En 2024 su resultado operativo ascendió a los 160 millones de euros. Redexis Renovables cuenta con dos plantas en España que inyectan biometano a la red de gas natural. Una en Lorca (Murcia) y otra en Almazán (Soria).

En Castilla y León realiza una inversión de 6,6 millones de euros al año. Tiene presencia en 188 municipios y abastece a 190.000 clientes entre los que hay industrias, hogares y negocios con acceso a gas canalizado. Ávila es la provincia donde la compañía tiene más clientes en la actualidad.

Planta de Redexis Renovables. Redexis Renovables.

La planta de biometano BioRed de Almazán ha supuesto una inversión de 7,7 millones de euros y comenzó a inyectar gas a la red de distribución de Redexis en octubre de 2024. Tiene capacidad para generar 18,9 gigavatios al año consumiendo 58.000 toneladas de sustrato.

Trata residuos de las explotaciones agrarias y ganaderas de la zona. Explica Miguel Mayrata como "hay granjas de cebo de cerdo donde se producen fallecimientos de animales y las granjas tienen la obligación de tratarlos. Pues en la planta de Almazán tenemos la infraestructura necesaria para poder tratar esos cadáveres de cerdo, que son triturados y esterilizados, como manda la normativa, para luego poder ser digeridos anaeróbicamente en los digestores y producir esa energía".

Añade que "también tratamos purines de las granjas de cerdos. Procesamos también estiércol de vacuno, la gallinaza, procesamos paja proveniente de la actividad cerealista y tratamos residuos de la industria agroalimentaria que se genera en la zona y que son procesados junto con el resto de residuos orgánicos".

Redexis también impulsa la primera planta de hidrógeno verde de Castilla y León. Se construye en Garray, también en la provincia de Soria, y las instalaciones tienen una capacidad de 2,5 megavatios y podrán alcanzar las 300 toneladas anuales de hidrógeno producido para usos industriales y de movilidad.

El hidrógeno verde se consigue del siguiente modo. "El hidrógeno más oxígeno forma agua y alimentando ese agua con energía eléctrica conseguimos disociar la molécula del agua, en oxígeno e hidrógeno". La principal aplicación es para movilidad, "hay camiones, barcos, trenes o coches que funcionan con hidrógeno verde, al combinarse de nuevo con oxígeno genera electricidad que es la que mueve esos vehículos".

Otra aplicación permite generar energía térmica utilizando el hidrógeno de nuevo como combustible. Mayrata destaca como es "un vector verde que no genera residuos ni en su producción ni en su consumo".