No solo el 2020 ha servido para que el sector agrícola y ganadero se reivindique como esencial ante la ciudadanía como consecuencia de la incidencia de la pandemia por el COVID-19, sino que además fue un buen año en el campo desde un punto de vista climatológico. Eso se refleja en los datos de siniestralidad contabilizados en Castilla y León que reducen hasta las 263.000 las hectáreas siniestradas a lo largo del año, lejos de casi el millón contabilizado un año antes sobre todo como consecuencia de la sequía. En la misma línea, los daños alcanzaron los 22,7 millones de euros, un 73 por ciento menos de los casi 84 millones de 2019. 

Así lo evidencia el informe anual de Agroseguro recogido por Ical, en el que se cuantifica en 17.279 los siniestros declarados, muy por debajo de los 38.000 de un año antes (un 54,5 por ciento menos), con 163.797 parcelas afectadas que albergan 262.902,6 hectáreas. Por provincias, las más afectadas fueron Burgos, con 3.899 siniestros en casi 67.000 parcelas; y Palencia, con 2.887 siniestros en 19.625 parcelas. 

En el caso de León se sumaron 2.285 siniestros en algo más de 13.000 parcelas; y 2.118 en Valladolid, con más de 8.700 parcelas afectadas. Por debajo de los 2.000 siniestros se situaron el resto de provincias el año pasado. Se contabilizaron 1.811 en Soria, con casi 27.300 parcelas afectadas; Zamora, con 1.543 y 6.505 parcelas; 1.346 siniestros en Segovia repartidos en 15.596 parcelas; 770 en Salamanca, con 3.385 parcelas; y 620 en Ávila, con 2.718 parcelas. 

A la hora de contabilizar el número de siniestros, se tiene en cuenta la totalidad de daños comunicados aunque se hayan producido en una misma parcela, de manera que si un mismo enclave se ve afectado por pedrisco y fauna salvaje, se contabilizan dos siniestros diferentes. 

En lo que a las hectáreas afectadas se refiere, la mayor afectación se dio también en Burgos, con más de 67.000, seguida por Palencia, con 43.834,8; y Valladolid y Soria con una afectación muy parecida, 31.897,4 y 31.803 hectáreas respectivamente. En Segovia se vieron afectadas 26.549 hectáreas; 22.095,8 en León; 17.216 en la provincia de Zamora; 13.601 en Salamanca; y 8.806 en la provincia de Ávila. 

Con estos datos, las indemnizaciones pagadas el año pasado ascienden en el ámbito agrícola a 22,7 millones de euros, muy por debajo de los 84 de un año antes. De ellos, 16 corresponden a herbáceos y 1,6 millones a viñedo, cultivos que fundamentalmente se han visto afectados por el pedrisco. También se abonó 1,5 millones correspondiente a frutales; 1,2 millones a hortalizas; 0,8 millones a cultivos forrajeros, dañados sobre todo por las lluvias; y el resto para los demás cultivos, en especial la remolacha, afectada en especial por la no nascencia, y la cereza. 

Tendencia a la contratación



Lo que no se modifica es la tendencia a la contratación, que un año más sigue al alza en el sector agrícola de Castilla y León. Según los datos de Agroseguro, la contratación en las líneas principales en la Comunidad (herbáceos, forrajes y uva) ha crecido un 3,4 por ciento hasta las 23.589 declaraciones en Castilla y León, con un aumento del 3,7 por ciento en el caso de las hectáreas aseguradas (1,5 millones). Esta subida viene impulsada fundamentalmente por el crecimiento de los seguros en los forrajes, que aumentan un 320 por ciento hasta las 592 declaraciones en la Comunidad, frente a las 141 de un año antes. 

Desde Agroseguro recuerdan que en esta línea se ha incluido el riesgo de sequía en la alfalfa forrajera en diez comarcas de Castilla y León, que se convierte así en la única Comunidad en la que está cubierto ese riesgo. Además, la Junta ha aumentado al 20 por ciento la subvención para la contratación de esta línea, lo que ha favorecido este claro incremento. 

También crece la contratación de seguros para cultivos herbáceos. El año pasado lo hizo en un 1,6 por ciento hasta las 21.396 hectáreas, lo que desde Agroseguro se atribuye a que se ha conseguido que el agricultor encuentre en el seguro agrario “la mejor arma” para la gestión de los riesgos climáticos en las explotaciones. Aunque apenas es perceptible, la tendencia contraria se ha dado en el caso de la contratación de seguro de uva, que ha perdido dos declaraciones, con un descenso del 0,1 por ciento hasta las 1.601 en la Comunidad. 

Por provincias, la tendencia a la contratación es generalizada en todas las provincias con la única excepción de Burgos, donde cayó un 0,3 por ciento hasta contabilizar un total de 4.842 declaraciones de seguros. Por el contrario, aumentó de forma más importante en las provincias de Palencia, donde la contratación creció en un 9,6 por ciento hasta las 3.350 declaraciones; o en Zamora, donde lo hizo en un 9,4 por ciento hasta las 2.372 declaraciones. 

La contratación creció ligeramente por encima de la media autonómica en el caso de Valladolid, donde aumentó un 3,5 por ciento hasta las 3.900 declaraciones; y en el resto de provincias lo hizo de una forma más contenida. Aumentó un tres por ciento en Salamanca (1.649 declaraciones); un 2,2 por ciento en Segovia (1.666); un 1,7 por ciento en Ávila (1.037 declaraciones) y en Soria (2.888) y un 0,7 por ciento en León (1.885 declaraciones). 

En cuanto a las hectáreas contratadas, crecieron en todas las provincias de la Comunidad. Donde más lo hizo fue en Zamora, en un 7,8 por ciento hasta casi las 107.000 hectáreas; un 6,4 por ciento en Segovia (106.892 hectáreas); un 5,4 por ciento en Palencia (más de 274.000 hectáreas) o un 5,1 por ciento en León (61.681 hectáreas). Aumentó un un 4,6 por ciento en Salamanca (89.876 hectáreas); un 4,2 por ciento en Ávila (44.209 hectáreas); un tres por ciento en Burgos (352.263 hectáreas); un 2,6 por ciento en Valladolid (272.315 hectáreas) y un 0,4 por ciento en el caso de la provincia de Soria (238.019 hectáreas).