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"Siempre he creído que de los grandes problemas surgen enormes oportunidades”. Así de contundente se muestra María Parga. Esta experta en innovación, blockchain y mercados financieros es cofundadora de Ways, una startup innovadora basada en las nuevas tecnologías que está cambiando la forma de vivir el Camino de Santiago.

Busca que los peregrinos dejen de ser visitantes de paso y puedan implicarse en la economía local de los lugares que atraviesan en su ruta.

Esta iniciativa surge como respuesta a la necesidad de “dar un paso adelante y hacer cierta revolución en la forma de gestionar el Camino de Santiago, que se había quedado anclado en otro tiempo”.

Sin embargo, ahora cobra todavía más relevancia tras la trágica oleada de incendios de este verano que ha afectado gravemente a numerosos municipios del Camino en varias provincias de Castilla y León y Galicia.

“Una vez que ha pasado todo esto, Ways es una forma de apoyar el Camino y los pueblos por donde pasa, incluso de reconstruir patrimonio o algo que haya quedado dañado”, explica María Parga.

Se basa en la aplicación de las nuevas tecnologías a la experiencia del peregrino. Es una web y una app que se convierten en una guía para sumergirse en el patrimonio, el paisaje y la economía de cada municipio.

Nació con el objetivo de que “el peregrino se pueda convertir en un generador de valor para el Camino y, al mismo tiempo, cómo desde el ecosistema del Camino podemos contribuir a que el peregrino tenga una experiencia única”.

Así, los caminantes prueban productos locales, pueden comprarlos y ayudar a financiar proyectos de revitalización de la ruta espiritual y cultural más importante de Europa.

Unas semanas antes de que comenzara la oleada de incendios de este verano presentó en Carrión de los Condes (Palencia) el primero de los proyectos financiados gracias a ser seleccionado por los peregrinos que utilizan la app.

El “crowdfunding regenerativo” ha permitido reparar el ascensor del Monasterio de Santa Clara, haciendo posible que las personas con movilidad reducida puedan acceder a este enclave espiritual.

Gracias al apoyo de los peregrinos y de los patrocinadores AENOR y la Diputación de Palencia se ha conseguido completar ese primer proyecto. Pero hay más iniciativas buscando inversión en la comunidad, como un nuevo albergue en la iglesia de San Pedro de Villalcázar de Sirga (Palencia) o la restauración del albergue de San Antón en Castrojeriz (Burgos).

También en otras regiones por donde cruza el Camino de Santiago, como una iniciativa de paneles solares y abejas en La Rioja o una experiencia con plantas medicinales en Galicia.

Tras el desastre del fuego, en los próximos meses será necesario añadir nuevos proyectos para contribuir a la rehabilitación del patrimonio, el paisaje y la economía dañada por los incendios.

Los peregrinos votan 

La esencia de la app para generar economía está en “promover que el peregrino se convierta en inversor y un mecenas”, subraya María Parga. “Ahí nace el Pilgrim Token. Es un vale que obtienes por caminar, por conocer la cultura y por comprar".

La mecánica es sencilla. Los Pilgrim Token son una criptomoneda creada con tecnología blockchain. El caminante los va acumulando según completa cada una de las etapas. "Le dimos muchísimas vueltas para ver qué se podría hacer.

Y decidimos trasladar la filosofía del Camino de Santiago, que es dar sin esperar nada a cambio. Esos Pilgrim Token se pueden donar a aquellos lugares del Camino que quieras gratificar, quieras dar las gracias". Cada peregrino recibe, al descargar la app, 100 Pilgrim Token que podrá gestionar a lo largo de la ruta. 

Además, este dinero virtual también sirve para respaldar proyectos que impulsen y regeneren las localidades de la Ruta Jacobea gracias a un acuerdo con la Federación de Amigos del Camino de Santiago que ayuda en la selección de proyectos interesantes para reactivar la economía local. 

"Un Pilgrim Token es igual a 10 euros, de manera que si hay un proyecto de 1.000 euros, pues necesita 100 Pilgrim Token. Cuando tiene financiación suficiente ya son los patrocinadores los que financian el proyecto. O sea, los que ponen el dinero de verdad, por decirlo de algún modo”, detalla la cofundadora de Ways.

Por último, esta iniciativa persigue que el impacto económico de los peregrinos no se produzca durante el tiempo que recorre el Camino.

“Hay muchas aplicaciones que te ayudan a guiarte en el Camino de Santiago. Ways, además de esto, lo que aporta es poder generar valor en el Camino”, asegura María Parga. “

Aporta también un e-commerce en el que tú vas a poder ir haciendo el Camino y, a través de la app, vas a poder ir comprando los productos de los lugares por los que pasas en cada etapa".

Se almacenan en una mochila virtual y se envían después al lugar de residencia de cada visitante. "A Francia, a Italia, o a donde sea”.

Los usuarios de la aplicación generan una comunidad de peregrinos que pueden seguir comprando todos esos productos.

“Cuando estás ya en tu casa o meses después. Con promociones especiales, para Navidad, o en cualquier época del año. De manera que cuando el Camino se queda vacío también puedas seguir comprando productos, logrando desestacionalizar ese impacto”.

Un cambio de modelo 

Nunca es sencillo cambiar las cosas. Menos cuando se trata de un mundo rural todavía poco acostumbrado a las nuevas tecnologías, implicando a congregaciones religiosas, pequeños negocios familiares y una ruta con siglos de historia.

Para María Parga el reto fue que la aplicación fuera fácil de usar tanto para los peregrinos como para las comunidades locales que “inicialmente tomaron el proyecto con miedo y desconfianza.

Pero llevamos dos años trabajando en este tema. Se hizo una feria en noviembre del año pasado en Carrión de los Condes para explicárselo y ahora se lo toman con mucha ilusión, muchísima ilusión”.

El desafío tecnológico era grande. Tenía que ser sencillo para el peregrino porque “hubo un momento en el que en el Camino no se podía ir con teléfono móvil. Eso es impensable ahora, pero tampoco puede ser que el teléfono móvil haga cambiar lo que es la esencia del Camino”.

Y también para los productores locales. “Hay muchas veces que te dicen: instala esto y con esto ya van a poder comprar tus productos. Pero luego en el día a día es muy complejo técnicamente. Nosotros hemos ido desde el productor, o sea, desde cada uno de los pueblos. Hemos estado allí y realmente ha nacido con esa facilidad para los productores”, explica Parga.

Este proyecto es una iniciativa público-privada que ha conseguido financiación de fondos europeos y cuenta con el apoyo de la Comisión Europea en España. Su filosofía y funcionamiento encajan a la perfección con la estrategia de turismo sostenible que busca impulsar Europa para combatir el cambio climático.

“Estas prioridades son hoy más urgentes que nunca: los incendios que hemos visto en distintas regiones de Europa evidencian la fragilidad de nuestros territorios frente al cambio climático y la necesidad de apostar por un turismo sostenible que proteja el entorno”, argumentan desde la startup.

Llegar a todos los Caminos

El camino de Ways solo acaba de comenzar. La app está activa para el Camino Francés desde el pasado octubre. En breve estará disponible para el Camino del Norte y la previsión es ir incluyendo poco a poco el resto de Caminos que llevan hasta la Catedral de Santiago de Compostela.

Actualmente ya son más de 150 los albergues, hoteles, restaurantes o comercios que intercambian Pilgrim Token. La plataforma cuenta con 36 artesanos y más de un centenar de productos para la venta online.

Aseguran que el legado que esta generación puede dejar a la Ruta Jacobea es incorporar la tecnología como “una herramienta para mejorar la experiencia del peregrino y lo que el peregrino deja en cada localidad por la que pasa”.

Quieren que el Camino de Santiago, además de ser un viaje interno para el peregrino, suponga una transformación en el entorno que visita, dejando una huella perenne que vaya mejorando la ruta.