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Como una revancha se tomaba Valencia Basket el último cuarto de final de la Copa de la Reina. Su rival, Clarinos Tenerife, le había vencido en las dos ocasiones ligueras de esta temporada, la última este pasado fin de semana en Valencia. Lo hacía, además, con la ilusión de meterse en unas semifinales y enfrentarse a Girona, que ya había vencido a Cadí La Seu. Y lo consiguió no sin sufrimiento tras una increíble segunda parte de ambos conjuntos (69-54). 

Con esas ganas comenzó el partido. De hecho, ambos equipos. Con un dinamismo inusual del primer cuarto, ambos conjuntos jugaron muy alegres, a veces incluso precipitados, dejando, al igual que en el anterior encuentro, muchos fallos de cara a canasta. Amenazó de inicio Valencia Basket con irse en el marcador pronto pero reaccionó Tenerife, especialmente en su canasta con una defensa muy aguerrida. Solo Brown y Queralt Casas lograban sumar frente a un más repartido puntaje en las hoy visitantes (13-11).

Los últimos minutos de este primer cuarto, pese a las rotaciones, no supusieron cambios. La intensidad reinaba en las defensas, que vencían a los ataques. Solo una canasta más, la de Raman, que tuvo que ser tras una contra forzada con una gran defensa (15-11).

En el segundo, la tónica de los últimos minutos del primero. En cuatro minutos apenas podían empatar a tres pese a nunca acabar la posesión. Tiros rápidos, relativamente bien posicionados, que no entraban. Casi la mayoría, eso sí, eran exteriores ya que el entramado de la zona apenas dejaba penetrar y cuando lo hacían, el tiro, como mínimo, no se sacaba fácil. Tampoco el tiro libre sacaba del escollo a ambos equipos para llegar al ecuador con 18-15 en el marcador.

De lo que no se podía dudar era de la entrega de ambos equipos. Cada balón era una batalla por el que merecía la pena luchar. Con esa idea, y tras un tiempo muerto al reaccionar Tenerife, Valencia Basket, de nuevo con Casas y Brown volvió a estirar el marcador a falta de un minuto para el descanso (26-19). Weaver, tras nuevos fallos, consiguió rebajar un corto marcador en los primeros 20 minutos (26-21).

Con el mismo ritmo pero con mucho más acierto arrancó la segunda parte. Tenerife castigaba de tres, mientras Valencia Basket encontraba tiros sencillos por dentro. Y la intensidad defensiva, no se crean, seguía. Simplemente la circulación de pelota era mejor. Así, con un partido mucho más apetitoso e igual de reñido, Tirera en Valencia Basket y Traore, en Clarinos, llevaron al empate cuando se llegaba al cinco del cuarto (37-37).

El encuentro había cambiado radicalmente. El acierto era ahora la tónica y con él Tenerife consiguió ponerse por delante, solo porque el de ellas era desde la línea de tres. No en vano, en solo seis minutos y medio habían conseguido sumar más puntos que en toda la primera parte (22-21). Por Valencia Basket, Queralt Casas marcaba el camino mientras una desaparecida Resingerova se tenía que ir al banquillo al acumular cuatro faltas (43-47).

Con ese marcador y otras sensaciones completamente diferentes, el último cuarto se antojaba emocionante. Y así lo fue. Triple tras triple pese a los nervios, la dinámica del partido se metió en el bolsillo a un Multiusos entregado a la causa. Tirera, con mucha confianza, le dio la vuelta al marcador una vez más tras un 2+1 en el ecuador (56-53) para sumar ella ya 21 puntos. La Copa en estado puro en el Multiusos.

Y con la inercia, Valencia Basket comenzó a tomarse la revancha ante un Clarinos Tenerife al que le podía ya la ansiedad. Encadenó varios triples consecutivos de Roso Buch y Brown para marcharse en el marcador poco a poco para dejarse llevar después, aunque sin perder una pizca de la intensidad que le caracterizó (69-54).