Los trabajos arqueológicos que han acometido Ayuntamiento de Ávila y el Ministerio de Cultura en la plaza Adolfo Suárez han sacado a la luz los restos del alcázar medieval que hubo en la ciudad, que deberán integrarse en el diseño que se proyecte para la nueva plaza.



El alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, y el subdelegado del Gobierno en Ávila, Arturo Barral, han visitado hoy estas excavaciones que se han desarrollado durante tres semanas, con un presupuesto de 29.378,8 euros, de los que 18.489,36 euros han sido financiados por el Ministerio de Cultura.

En la visita, en la que también se ha contado con el teniente de alcalde de Urbanismo, Patrimonio y Medio Ambiente del Consistorio abulense, Juan Carlos Corbacho; Rosa Ruiz, arqueóloga municipal, y Blas Cabrera, arqueólogo responsable de la empresa Castellum, adjudicataria de los trabajos, se han dado a conocer los hallazgos realizados, que podrán conocer los abulenses a través de unas visitas guiadas que se desarrollarán entre el jueves y el domingo.

Las visitas tendrán lugar el jueves y el viernes, a las 12.00, 12.45, 13.30, 16.30 y 17.15 horas, y el sábado, a las 12.00, 12.45 y 13.30 horas. Estas visitas únicamente se realizarán para un máximo de cinco personas, por las circunstancias derivadas de la Covid-19, por lo que los interesados pueden inscribirse de forma gratuita en el Centro de Recepción de Visitantes a partir de las 16.00 horas de hoy miércoles.

Remodelación de la plaza

Las obras realizadas en la plaza Adolfo Suárez son el paso previo a la remodelación de este espacio situado en el casco histórico de la capital abulense, intramuros, que cuentan con un presupuesto de un millón de euros con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, distribuidos en varios ejercicios. Para 2021, la consignación presupuestaria prevista es de 10.000 euros.

Estos trabajos han sido la base para el futuro concurso de ideas que debe convocar el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana con el fin de acometer el diseño de la nueva plaza, en el que se deberán integrar, en función del proyecto ganador, los restos encontrados, que, mientras tanto, deberán documentarse y protegerse oportunamente.

Hallazgos

En el espacio que hoy ocupa la plaza Adolfo Suárez se ubicaba, como se conoce por la documentación existente, el primitivo alcázar de la ciudad, cerca del suelo actual.

En este sentido, las excavaciones han sacado a la luz restos a escasos centímetros del suelo.

Los trabajos se han centrado en una superficie de 200 metros cuadrados, con una profundidad de hasta tres metros, lo que ha permitido hallar los muros y suelos del cuartel que se reconstruyó en el siglo XVIII sobre los restos que se reutilizaron del primitivo alcázar, de época medieval, algunos de cuyos elementos también han aparecido.

Los hallazgos permiten confirmar que la ciudad medieval de Ávila contaba ya con un alcázar, a la vista de los elementos defensivos encontrados, típicos de estos edificios; entre ellos, la escarpa (muro inclinado que permitiría pensar en la existencia de un foso) o los bolaños (balas de piedra de gran tamaño).

Igualmente, se han hallado muros de considerable fortaleza, de más de dos metros de anchura, que dirigen a diferentes épocas de la Edad Media.

Historia

Las crónicas existentes recogen que el rey Juan II de Castilla utilizó el antiguo alcázar, que mandó reconstruir Enrique IV.

Este edificio defensivo fue también el escenario de la denominada ‘Farsa de Ávila’, por la que se destronó en efigie a Enrique IV y se nombró rey a Alfonso de Castilla, hermano de la futura Isabel la Católica, así como lugar de refugio de los propios príncipes Alfonso e Isabel.

Igualmente, los Reyes Católicos lo utilizaron y se intervino en él en época de Felipe II, según figura en la placa de entrada existente en la puerta de la muralla que da acceso a esta plaza y que recibe el nombre, precisamente, de Arco del Alcázar.

El inmueble pertenecía a la Corona hasta que pasó a manos del Ministerio de la Guerra en el siglo XVIII y, posteriormente, al Ayuntamiento de Ávila.

Su deterioro fue progresivo, llegando a estar ocupado por escuelas y alquilado por locales a pintores. En los años 30 del siglo pasado comenzó su demolición, que se prolongó, de forma sucesiva, hasta los años 50.

Se calcula que el antiguo alcázar llegó a ocupar unos 3.000 metros cuadrados –la plaza actual mide 2.600 metros cuadrados-. Sus límites se situaban entre el cubo 81 y la puerta del Alcázar y, en su cara occidental, llegaba hasta los actuales patios del colegio Diocesano y el denominado Cubo del Polvorín.