Trabajo, sensibilización y experiencia, las herramientas contra los “residuos sin fronteras”

El éxito de Mares Circulares viene de la mano de hasta un centenar de colaboradores entre entidades públicas, privadas y ONGs que aportan su experiencia y su capacidad de movilización

El problema de los residuos marinos puede pasar desapercibido para la gran parte de la sociedad. Sin embargo, casi en cualquier playa, es fácil encontrar restos de todo tipo, abandonados por los visitantes o por la corriente. Pero lo que se ve en el litoral es únicamente la punta del iceberg, ya que mar adentro, e incluso en los fondos, la cantidad de residuos es tal que ya se han convertido en una amenaza para la calidad de las aguas y para la salud de los seres vivos que viven en esos entornos y que forman parte de nuestra alimentación.

Actuar ante este asunto, pues, es una necesidad global. El trabajo de saneamiento de los océanos es una tarea ingente, más aún cuando las corrientes oceánicas juegan en contra y ‘reparten’ los residuos por todo el planeta, independientemente de cuál sea su origen. Ante ello, es preciso un plan que nos implique a todos.

Mares Circulares de Coca-Cola va en esa dirección. Es un proyecto integral, cofinanciado por The Coca-Cola Foundation, que busca solucionar el problema desde distintos enfoques y, de paso, fomentar la economía circular aprovechando los residuos recogidos y reintegrándolos en la cadena de valor de la empresa. La iniciativa incluye también actividades de sensibilización y formación, y estudios científicos para profundizar en el asunto y remar en una dirección: la sostenibilidad. Además de la investigación posterior de los datos, la iniciativa pone en marcha un certamen que premiará a la start-up que trabaje en una solución para tratar este asunto.

Intensa labor de coordinación

Toda esta labor, especialmente las más inmediatas, como las limpiezas de fondos marinos, playas y entornos acuáticos, exigen una intensa labor de coordinación. Además, muchas de estas zonas son inaccesibles por medios naturales, lo que explica que en estas tareas estén implicadas buena parte del centenar de colaboradores de Mares Circulares. Entre las más destacadas, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y distintas ONGs y asociaciones locales.

Tres de estas ONGs ofrecen su experiencia, recursos y capacidad de movilización de voluntarios en las actuaciones más directas y espectaculares de Mares Circulares, que son las recogidas de residuos en los entornos marinos. La Asociación Vertidos Cero es una de ellas. En su equipo hay profesionales procedentes de todo tipo de sectores que unieron fuerzas al comprender la urgencia de paliar la incidencia de los vertidos en estas zonas sensibles.

Su directora de Proyectos, Estíbaliz López-Samaniego, cuenta que su organización “siempre ha trabajado en la eliminación de vertidos y, en este caso concreto, en los residuos que llegan al mar y que en un 70% van a las grandes profundidades”, lo que constituye también uno de los grandes objetivos de Mares Circulares.

Cada segundo van a parar al mar 200 kilos de plásticos, según datos de Greenpeace, de los que una gran mayoría acaba en los fondos marinos, con la dificultad técnica añadida que supone recogerlos. En este contexto, es preciso aprovechar la presencia de los barcos pesqueros que faenan en esas aguas para alcanzar los residuos. El sector ha comprendido que está en un lugar preeminente para convertirse en parte de la solución al problema, como cuenta Estíbaliz: “Ellos se encuentran día a día con los residuos y por eso conocen bien la problemática y en gran medida, la flota quiere participar en este tipo de proyectos”.

Medio centenar de embarcaciones trabajan en estas actividades “codo con codo” con Vertidos Cero para “llegar a los residuos marinos que están por debajo de los 100 metros, darles una gestión adecuada y a la vez integrarlos en la economía circular, generando un producto”.

Reservas marinas, las zonas más sensibles

Alcanzar este modelo, más sostenible, también está entre las metas de la Asociación Chelonia, una ONG cuyo papel en Mares Circulares “está centrado en el monitoreo técnico de las 80 playas del proyecto, la coordinación de la limpieza de dichas playas, la coordinación de los proyectos de investigación que desarrollarán varias universidades españolas y la coordinación e implementación de acciones de sensibilización y formación en 20 localidades de todo el litoral español y portugués”, según explica su presidente, Manuel Merchán.

Además, Chelonia también tiene previstas actuaciones en reservas marinas que “contribuyan a mejorar el estado de conservación de las mismas mediante su limpieza con buzos y pescadores”. Son acciones sensibles, porque generalmente alcanzan zonas protegidas y de especial valor ecológico, de tal modo que en estos casos suele ser la Administración la que establece qué acciones se pueden llevar a cabo.

“Para Chelonia”, cuenta Manuel, “es muy importante implicarse en proyectos como Mares Circulares porque hacen frente a una problemática global y crean medidas encaminadas a lograr una economía circular que ayude a reinsertar todos esos residuos que generamos como sociedad”.

Es muy importante implicarse en proyectos como Mares Circulares porque hacen frente a una problemática global y crean medidas encaminadas a lograr una economía circular

Manuel Merchán, presidente de Asociación Chelonia

Limpieza de 80 playas en España y Portugal

Las limpiezas en las playas son las actuaciones más tangibles para el ciudadano. Y aunque a simple vista pueda no resultar exagerado, unas horas de recogida arrojan resultados sorprendentes en cuanto a cantidad de residuos. Las reacciones de la gente que participa -o de los que ven- suele ser de sorpresa, pero también les ayuda a tomar conciencia de que este problema va en serio.

Es más o menos el sentir que se encuentran los voluntarios de la Fundación Ecomar, la otra gran protagonista en estas actividades de limpieza en las costas. Su presidenta, Theresa Zabell, cuenta que ese cambio de mentalidad es una de las principales motivaciones de su trabajo: “Cuando viajas mucho, te das cuenta de que en otros países cuidan más que nosotros el medio ambiente marino”, relata.

Y la alusión a los viajes no es casual, ya que es doble campeona olímpica en Vela: logró el oro en Barcelona’92 y Atlanta’96. Es la única española que lo ha logrado. Con semejante currículo, ¿cómo Theresa Zabell acaba al frente de Ecomar? “Cuando acabas tu carrera y has cumplido todos tus sueños”, relata, “ha sido con muchísimo esfuerzo y trabajo pero también porque has tenido detrás a una sociedad que te ha ayudado muchísimo; por eso sentía que tenía que devolver algo”, cuenta.

El papel de los más pequeños de la casa

Y ese algo, que es en realidad mucho, se traduce en la coordinación de estas limpiezas de playas y puertos en las que, en muchos casos, implica a escolares de la zona. “Acercar a los niños españoles al mundo del mar y de los deportes náuticos y enseñarles cómo cuidar el medio ambiente marino” eran sus metas porque, como señala, “los residuos en el mar no tienen fronteras”.

La presidenta de la Fundación Ecomar destaca igualmente que el papel de los más pequeños es clave para generar sensibilidad acerca del problema, “pues cambias la forma de ver de estas personas para toda la vida, aparte de que luego llegan a sus casas y cuentan su experiencia a padres y hermanos y eso también crea un cambio de conciencia en ellos”. Y es que, aunque Mares Circulares sea un proyecto multidisciplinar, el gran objetivo que resume todas sus acciones es precisamente ese: crear conciencia del problema y saber que todos, en la medida de nuestras posibilidades, podemos ser parte de la solución y crear unos mares más limpios.

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