A través de sus series, Carlos Montero ha acercado el mundo LGTBIQ y los nuevos tipos de relaciones al gran público. A él le debemos habernos emocionado con la relación entre Fer (Javier Calvo) y Borja (Adrián Rodríguez) o saber que existen las relaciones a tres gracias a Berto (Álex Barahona), Vaquero (Marc Clotet) y Verónica (Olivia Molina) en Física o Química.

También fue pionero en su forma de tratar el VIH, primero en la serie de Antena 3 acercándolo a un público juvenil a través de Marina Conde (Cristina Alcázar), y después en Élite, donde su protagonista, Marina (María Pedraza), era un rico e interesante personaje porque no era de un colectivo de riesgo.

Tiene más fuerza que mi madre vea una historia gay en una serie, que una serie gay que nunca va a ver

De ahí que, cuando en España se empezó a pedir nuestra propia Queer as folk, la mítica serie LGTB que emitió Cuatro en 2006, muchos pensaran en este gallego para poder darle forma. "Hace años tuve muchas ganas, ahora tengo menos. Pero es probable que me vuelvan", confiesa a BLUPER cuando le preguntamos por ello durante la promoción de El desorden que dejas, su nueva serie para Netflix que se estrena este viernes 11 de diciembre y que es adaptación de su novela homónina ganadora del Premio Primavera 2016.

"Ahora no tengo esa necesidad porque he conseguido contar las historias que quería contar en mis series. Pero es verdad que siento que son un poco nicho y me gusta llegar a todo el mundo. Creo que tiene más fuerza que mi madre vea una historia gay en una serie, que una serie gay que nunca va a ver. Estoy un poco más ahí. Pero no quiere decir que no me vuelva a apetecer", añade.

Pero, ¿qué hace falta contar? "Looking acierta mucho en lo que está contando, hace un retrato generacional muy bueno e incluso me sentí un poco viejo porque había cosas que desconocía. ¿Qué falta por contar? No lo sé. Si lo supiera lo estaría escribiendo yo. Y por eso ahora no me apetece porque no siento esa necesidad. Si veo algo en una serie que falta algo por contar, ahí voy yo a contarlo". 

Y así ocurre con El desorden que dejas, donde Montero vuelve a retratar la adolescencia -ya lo hizo en Al salir de clase, Física o Química o Élite-, aunque desde otro prisma, el de un instituto de un pequeño pueblo gallego.  "Uno nunca sabe de dónde surgen sus obsesiones, y evidentemente yo tampoco sabía que estaba obsesionado con este tema hasta que resulta que es un patrón", se sincera. 

"Me parece que la adolescencia es un mundo muy rico en el que dejas atrás la niñez y te vas convirtiendo en un adulto. Y luego hay algo que dice Viruca: un adolescente se enfrenta al adulto que quiere ser y al adulto que se está convirtiendo. Hay una dicotomía muy importante. Tu mente y tu cuerpo te traicionan. Y también está esa forma de lanzarse a la vida como salvajes, que sufren como perros y se enamoran a lo bestia. Vivirlo es una tortura, una montaña rusa que vivir solo una vez, pero que a la hora de narrar es muy rico", explica.

Eso sí, sin intentar hablar su lenguaje. "Al final tus personajes terminan hablando como hablas tú. Y yo no tengo ningún pudor en admitirlo. Si intentara imitar su forma de hablar me sentiría falso. Prefiero que los personajes sean personajes y hablen como yo creo que tienen que hablar, sin intentar imitar una jerga. Imitar su manera de hablar hay una mirada condescendiente. Tú vas creciendo y cuando lo escuchas te siente cierta superioridad. Y si las pones estás ya juzgando. Por eso es mejor dejarme llevar". 

'Élite', el 'Anatomía de Grey' de Netflix

Respecto al hecho de adaptarse a sí mismo, Montero, que ya trabajó en la adaptación de la exitosa El tiempo entre costuras, reconoce que es "mucho más fácil y no te tienes que pelear con nadie. Yo me peleé mucho, y es lógico, con María Dueñas porque ella quería su novela y yo hacer una serie. Los dos teníamos razón, pero es agotador. No ella, el proceso. Yo llevo toda la vida peléandome conmigo mismo así que, cuando me harto de mí, puedo parar. Siempre digo que si tengo que adaptar a un autor, que sea yo o que esté muerto". 

Tengo claro que no quiero que 'Élite' termine

Además ha tenido la libertad absoluta para introducir todos los cambios que creyera oportunos. "La serie es muy fiel al espíritu de la novela, a los personajes de la novela, pero sí que es verdad es que hay un gran cambio: el personaje de Viruca. En la novela es casi una ausencia que lo mueve todo desde las sombras y aquí está muy presente y es casi protagonista. Cuando acabé la novela sentía que tenía que explorar más el personaje. Y eso da mucha riqueza a la serie".

Por último resulta inevitable por uno de sus mayores éxitos, no sólo a nivel nacional sino internacional: Élite. "Lo que tengo claro es que no quiero que termine. Quiero que sea el Anatomía de Grey de Netflix. Me encantaría que durara muchas temporadas. Soy muy feliz en Élite, no sólo por el éxito, sino porque es un formato que me gusta mucho y es una escuela fantástica para actores, guionistas... Estoy muy orgulloso del producto que hemos creado Darío Madrona y yo". 

"Y estoy contento con la cuarta temporada porque vais a ver que la serie está muy viva. No se va a echar de menos a nadie. Los chicos que entran nuevos, entran con fuerza. Jaime Vaca, que está coordinando el guion, está haciendo un gran trabajo. El truco para que Élite siga en el tiempo es que haya savia nueva y se lo crean. Uno tiene sus recursos limitados y estarse repitiendo es lo peor que puedes hacer. No soportaría hacer Élite si no me la creo. Tengo la suerte de no tener la necesidad económica. Si la hago es porque creo en el formato y en la serie. Ojalá eso me pase durante diez temporadas más".