Tras varias semanas en las que solo entraba en directo a través de videollamadas para no salir de casa, Mila Ximénez regresaba este sábado a Telecinco, con una entrevista en el Deluxe. “Qué sensación más triste, es como si hubiera habido una pequeña guerra nuclear”, decía la colaboradora mientras paseaba por las instalaciones vacías de la cadena.

Mila desveló que ha sufrido “el síndrome de la cabaña”, que le hacía temer la vuelta a la vida diaria, y que además lo ha pasado muy mal a causa de un herpes zóster. “Apenas comía, era como si me tiraran continuamente de la boca hacia arriba. Además, me dijeron que podría sufrir parálisis facial. Estaba todo el día empastillada”, aseguró. Las pastillas para la ansiedad le hacían estar “todo el día durmiendo”. “Un día me dio la paranoia de que no iba a despertar y llamé al 112 para que vinieran a verme. Yo no me pude despedir de mis padres, y solo pensaba “joder, si me voy a un hospital y me muero para Alba va a ser como mucho más sufrimiento. Pensé que no salía””, confesó.

Durante el confinamiento se ha dedicado a conocerse mejor. “No he leído, no he hecho un armario ni me he movido una mierda, pero he descubierto mucho sobre mí misma y me he serenado. Todo me parece menos importante ahora”.

Jorge Javier Vázquez quiso saber si echaba de menos el sexo. “Antes lo vivía de una manera tan placentera y divertida que ahora me da pereza, siempre me hacen daño y acabo mal”. Además, reveló que a ella lo que le “pone es tomarme un copazo con alguien en una terraza”.