Nueva polémica en redes sociales. El actor y modelo Jon Kortajerana se ha convertido en objeto de críticas durante las últimas horas después de publicar en su cuenta de Instagram una conversación con un repartidor de Glovo en la que se quejaba de que su pedido llegaba dos horas tarde.

A través de unos pantallazos de la conversación, que ya ha borrado, el modelo exponía su malestar que con el servicio de atención del cliente de la empresa: “Quiero saber cuando cojones me vas a enviar la tortilla”, decía el bilbaíno.

La empresa se disculpó con él y le explicó que, a causa de la pandemia, cuentan con menos repartidores, pero que le entregarían su pedido lo antes posible. “Lo de Glovo es una vergüenza. Si no podéis dar un servicio no lo déis. Pero esto de jugar con el tiempo y el dinero de la gente… Dos horas para una tortilla de patata”, contestaba.

Una actitud que era criticada rápidamente en redes sociales por una multitud de usuarios. “¿Se puede ser más estúpido?”, “No hace falta vivir en España para tener educación”, eran algunos de los comentarios que se podían leer en Twitter.

De ahí que, ante la polémica, Kortajarena haya querido explicarse. Al parecer, el modelo se encontraba en Los Ángeles haciendo la cuarentena, pero debido a que su madre ha dado positivo en el Covid-19, decidió volverse a España.

Tras un largo vuelo de Los Ángeles a Londres, se subió a otro a avión dirección a Madrid. Al llegar a la capital, tuvo que conducir hasta Bilbao para llegar a su casa. Después de un viaje de más de 20 horas, sin comida en casa, Kortajarena pidió su cena a domicilio.

“Para la gente que no quiera molestarse en ver los stories, sólo explicaros que, en primer lugar, yo no vivo en España y no conocía las condiciones de los trabajadores de Glovo. Honestamente. No volveré a trabajar con ellos. Segundo, llegaba a mi casa después de 3 meses fuera y no tenía absolutamente nada para comer, después de más de 20 h de vuelo. Era media noche y se me ocurrió utilizar este servicio como última opción. He pedido disculpas. Pero creo que el contexto de la situación es importante”, ha explicado.

También ha querido aclarar que “los insultos y las amenazas, no son una forma constructiva de comunicarse. Todos podemos equivocarnos, pero eso no justifica ciertas actitudes”.