Supervivientes 2020 estrenaba anoche un nuevo formato de gala debido a las complicaciones originadas por el coronavirus, lo que llevó a que el programa durara una hora menos. Pero, además, todo fue más rápido de lo habitual. Los acontecimientos se sucedían con una velocidad pasmosa. Algo que encontró su explicación cuando Jorge Javier Vázquez se despedía a las 00:45 de la madrugada, una hora antes de lo normal. 

Sin embargo, no me desagradó para nada el nuevo formato de gala ya que se hizo más ágil y ameno y, de alguna manera, los espectadores se pudieron ir a la cama mucho mantes. ¿No sería el momento de que Telecinco apostará por esta nueva duración? Sin duda, ayudaría a la conciliación, aunque para eso deberá sacrificar algunas puntos de share. 

¿No sería el momento de que Telecinco apostará por esta nueva duración?

La gala de anoche estuvo marcada, no solo por la menor duración, sino también por la doble expulsión que pudimos vivir. Antes de ello, el programa mostraba las imágenes que constataban un supuesto complot contra Barranco por parte de los chicos. El que denuncia el supuesto complot fue el imprescindible José Antonio Avilés. Y digo imprescindible porque un perfil como el suyo es más que necesario para el concurso ahora mismo ya que, su faceta cotilla y cizañera, es fundamental para la creación y desarrollo de las tramas.

Pero, volviendo al asunto, los chicos se excusaron diciendo que no existía ningún tipo de conspiración y, que todo fue maniobra de Avilés. Sinceramente, cuando los supervivientes estaban discutiendo este tema, llegó un momento que me perdí. Y es que, estaban uniendo tantos temas en uno, que parecía que querían que todo sonara absurdo a quiénes les estábamos escuchando, y al final es lo que provocaron.

Lo que sí pude ver, es el papel que juega Ferre en el grupo de los chicos. El exconcursante de Super Shore ya empieza a dejar que su papel es ser el líder. Él lleva la batuta en el grupo de los chicos, no sé si impuesto por él o con el beneplácito de sus compañeros, pero es la voz cantante... y no me gusta nada eso. No acabo de creérmelo.

Después de la bronca, llegó el momento de la doble expulsión. Sin mucha sorpresa fueron Ivana y Hugo los expulsados y yo me alegré un montón de que el público no premiara la imposición, el montaje y la mentira. En su despedida, Hugo hizo gala de su mal perder cuando reprochó al público que no premiara el amor verdadero y que, en contraposición, premiara el amor morboso y clandestino, haciendo clara alusión a Adara y Gianmarco. 

El liderazgo de Ferre

Que el propio Hugo tuviera que decir lo que debe o no debe hacer el público me pareció el súmmum. Lo que debe entender es que no le hemos comprado su historia de amor chapucera y, con la doble expulsión de ayer, quedó más que evidente que el público, ese al que él subestimó intentado venderle una carpeta prefabricada, no tiene un pelo de tonto.

Hugo debió creer que su historia de amor ‘‘verdadero’’ estaba copando horas y horas de debates... y siento decirte que no. Es más, la historia de amor, repito, ‘‘verdadero’’, me ha interesado lo mismo que la reproducción de un percebe. Hugo, no subestimes al público, que a tu pesar, es inteligente.

Tras un nuevo juego de rango y, contra todo pronóstico, Avilés se hizo con el liderazgo y con el puesto de mayor rango de la isla. ¡Quién iba a decirlo! De paso, nombró a Rocío Flores, líder de los siervos. Rocío, sin duda, debe sentirse una privilegiada: ni juega la prueba y encima es líder. ¡Cuánto mérito! Por su parte, Elena fue la líder de los mortales.

En la ronda de nominaciones, Nyno dejó entrever la posible estrategia de los chicos. Y es que, como pudo captar astutamente Rocío Flores, el cantante esperó a que Jorge nominara para poner el mismo nombre. Así, parece que la estrategia de los chicos es ir al unísono en las nominaciones, lo que ratifica la teoría de que se traen un pacto entre manos. Los nominados fueron Fani y Nyno, por parte de los siervos, y Cristian y Ferre por parte de los mortales.

Antes de acabar la gala esperábamos la entrada de Alejandro Reyes, pero ni rastro de él. Más allá de una breve mención por parte de Jorge Javier a propuesta de su madre Ivonne Reyes, su paradero es una incógnita.