Al igual que ocurriera en Estados Unidos con Orange is the new black, donde por primera vez una serie protagonizada por mujeres -y lesbianas- consiguió escapar de esa cárcel de invisibilidad en la que estaban recluidas para convertirse en la serie del momento, Vis a Vis ha hecho lo propio en España.

Y es que, además de demostrar que otro tipo de ficción es posible en nuestro país, lo que le ha convertido en una de las series del año más valoradas por la crítica, Vis a vis ha ido un paso más allá en la normalización de las relaciones entre mujeres.

Ya antes ficciones como Hospital Central, Aquí no hay quien viva o Los hombres de Paco mostraron este tipo de relaciones, sin embargo, la ficción de Globomedia ha sido la que ha roto cualquier tipo de tabú sexual y ha hablado de las relaciones entre mujeres en las cárceles.

En Vis a vis no hay besos ligeros o roces de manos. No hay reparos ni objeciones. El sexo es realista. También el lenguaje. Masturbaciones, sexo oral, enfermedades de transmisión sexual…

“Te advierto que el tema lésbico me queda un poco grande”, le decía Macarena a Rizos en el décimo capítulo. “No tenemos prisa”, le constestaba esta. “Nunca he hecho eso”, continuaba la rubia.“¿Te refieres a comer chichi?”, bromeaba su ‘novia’.

Las relaciones en la cárcel

“En las cárceles de mujeres hay muchas relaciones lésbicas. Hasta las que no son lesbiana se hacen ya sea por necesidad, falta de cariño o que alguien te abrace y te cuide”, decía una expresa en el documental que acompaña a Vis a vis.

Un tema que precisamente está siendo retratado en la relación de Macarena y Rizos. “Oye, ¿tú quieres salir conmigo?”, le preguntaba Rizos a Macarena en el primer capítulo. “Te lo agradezco. Me halaga la propuesta. A mí no me gustan las mujeres. Soy heterosexual”, contestaba. “Bueno, aquí todas somos heterosexuales”.

Una actitud que ha ido cambiado capítulo a capítulo. En el capítulo cinco, ambas estuvieron a punto de besarse en la lavandería. Sin embargo, no sería hasta el séptimo capítulo en el que se besarían por primera vez. Un capítulo después, lo que en principio era un beso sin importancia, se convirtió en uno cargado de fuego.

“Podemos ser un montón de cosas: buenas amigas, buenas amigas que follan, novias que es mucho más guay”, preguntaba Rizos a Macarena en el último capítulo. “Vale. Seamos eso... novias”, contestaba.

La homofobia

Pero Vis a vis no sólo ha dado normalidad al sexo entre mujeres o a sus relaciones sentimentales. También ha denunciado la homofobia y ha expuesto el problema al que se enfrentan muchas mujeres a la hora de salir del armario, en especial en colectivos como el gitano.

En el sexto capítulo Saray (Alba Flores) era repudiada por su familia después de que su compañera de celda Zulema (Nawja Nimri) les informara de que su hija era lesbiana. Finalmente, la joven se veía obligada a casarse con un hombre para contentar a su familia.