Tras el aperitivo del pasado domingo que para algunos sólo sirvió para matar el hambre, Salvados regresa de forma oficial este fin de semana a laSexta. Para ello, el programa ha quedado en un bar con los espectadores. Sus anfitriones no serás otros que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, y Pablo Iglesias, líder de Podemos.

Se trata de un ring muy especial para el programa. Si bien algunos discuten y cuestionan cómo deben ser los debates en televisión de los próximos meses, apostando por el bipartidismo o dando voz a las nuevas fuerzas políticas, laSexta da el pistoletazo de salida a la guerra por conquistar La Moncloa con los partidos denominados emergentes.

Jordi Évole se vuelve a poner al frente de la que ya es la octava temporada de Salvados. Además de los temas a tratar, la principal novedad de este año es que el conductor se estrena como productor del programa tras su salida de El Terrat y la creación de una productora propia que se encarga ya de Salvados. Se enfrenta a su temporada más política, con dos meses por delante en los que los espectadores vivirán una antes vista campaña por una silla en el Congreso.

¿Alguna vez te imaginaste que ‘Salvados’ daría cabida a un debate como el que veremos este domingo?

¿Por qué no? No sabía su lo iba a lograr pero imaginármelo igual sí. A mí siempre me ha gustado mucho la información política. 

¿Cómo se cierra este cara a cara? ¿Ha habido que insistir mucho?

Fue relativamente fácil. Nos pusimos en contacto tanto con Albert [Rivera] como con Pablo [Iglesias] ya en el mes de junio y les propusimos hacer algo de cara al mes de octubre desde la perspectiva de que se iba a preparar bien y que no fuese una cosa precipitada. Dijeron que sí y nos pusimos a trabajar con los equipos de los partidos y la coordinación ha sido muy buena. 

Ellos se han prestado a hacer un debate donde hay pocos corsés, cosa que a mí me gusta mucho. No hay cronómetro, no hay atriles, no hay turnos. Hay bastante libertad y se asemeja más a lo que puede ser una conversación en un bar, que es el lugar que hemos elegido para hacer un debate. 

Los debates tienen de forma tradicional muchas exigencias: luz, posición, turnos de palabra… ¿No ha habido este tipo de exigencias?

Ha habido cero exigencias, nada de nada. 

¿Crees que influirá en el resultado electoral este cara a cara?

No tengo ni idea. En cualquier caso, lo que tendrán los ciudadanos es muchos más elementos de juicio para tomar una decisión.

En los debates siempre se busca al ganador. ¿Gana alguno de los dos?

No sabría decir. En estos casos a nosotros nos toca decir que quien gana es el espectador. 

En estos últimos días se ha hablado mucho de los debates electorales, a cuatro o bipartidista. ¿Cómo debe ser el debate de cabecera?

Ojalá que sea bastante desencorsetado y que ayude a la conversación, más que a los tiempos tan pactados y tan milimetrados. El ciudadanos lo agradecería. 

¿Tiene sentido un debate sólo entre el PP y el PSOE?

Sí, tiene un sentido siempre que no se olviden de que también se puede debatir con otras fuerzas políticas. Ahora reducirlo todo a un debate PP-PSOE me parece bien que se haga puntualmente pero sin olvidarnos de que ya hay otras fuerzas políticas, algunos con representación parlamentaria y otros que según las encuestas van a entrar con mucha fuerza en el Parlamento. Yo abriría el debate a cuatro, cinco o seis. Además de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos no me olvidaría de IU o de UPyD, que también tienen representación, o de las fuerzas nacionalistas. Como hemos visto en las elecciones catalanas o en las británicas.

¿Y si sólo viésemos un debate PP-PSOE con qué sentimiento te quedarías?

Resignación.

Son ya ocho temporadas de ‘Salvados’. ¿Todavía nos podemos encontrar alguna novedad?

Tenemos la suerte de que bajo la marca Salvados siempre nos hemos permitido el lujo de hacer muchos programas diferentes. Este año no va a ser la excepción. Igual que hacemos un programa como el de Albert Rivera y Pablo Iglesias de rabiosa actualidad, haremos programas que a priori parecen temas muy pequeños pero que después alcanzan una gran dimensión porque terminan siendo temas universales. 

¿Te vas a centrar mucho en el 20D esta temporada o quieres seguir tratando temas más sociales esta temporada?

Vamos a hacerlo todo. Vamos a tocar varias teclas que es como nos sentimos cómodos. A mí en este menú degustación que es el periodismo me gusta tocar todos los platos. Cuantos más platos mejor. 

¿Qué te gustaría hacer de cara al 20 de diciembre?

Ir a votar. Yo el 20 de diciembre no haré programa. Supongo que habrá un especial de Ana Pastor y de Antonio García Ferreras. Ese día seguramente no estaré en pantalla. 

Entonces hablemos del 13 de diciembre. ¿Cómo te gustaría cerrar el último ‘Salvados’ antes de las elecciones?

Con algo que igual no se espere nadie, que sea novedoso, que tenga que ver con la política pero que sea otra manera de verlo. El 13 de diciembre estaremos ante una intensidad política brutal y hacer una cosa diferente que el espectador pueda agradecer me encantaría.

¿Era lógico que laSexta fuese la cadena que tuviese el primer cara a cara?

No sé si era lógico. Desde luego, es una cadena que está picando mucha piedra en el tema informativo, como demuestran los datos y que en las noches electorales se han convertido en la cadena de referencia. Eso no es fruto de la casualidad, es fruto de que a diario laSexta ha hecho una inversión en información que al final, cuando el espectador se quiere informar, recurre a la cadena. Eso es mérito del equipo de laSexta Noticias, del equipo de Al rojo vivo, de el equipo de El objetivo e incluso del equipo de El intermedio. Y de laSexta Noche, y de Más vale tarde… Es que la inversión que hace laSexta en información es muy importante.

Esta semana pasada hubo un movimiento que dejó impresionado a más de uno. ¿Por qué dejas El Terrat?

Aunque para los que se enteran ahora haya sido una sorpresa, es algo que ya se hablaba desde hace años. Estábamos en conversaciones porque llevábamos vidas paralelas, un poco como las parejas cuando empiezan a dormir en camas separadas, luego en habitaciones y después en casas diferentes. Ha sido todo muy cordial y no ha habido mal rollo. Yo le deseo lo mejor de lo mejor a Andreu y a El Terrat. En esta profesión, que tampoco somos tantos, a lo mejor nos volvemos a encontrar.

¿Cómo le sentó a El Terrat quedarse sin su programa estrella?

Como es una cuestión que ya se ha fraguado desde hace mucho tiempo, no ha habido un golpe. Todo ha sido muy paulatino. 

¿Veremos cambios en contenidos?

Para nada. No, porque yo siempre he tenido mucha autonomía con El Terrat para trabajar y no he tenido ningún problema con ellos.

Ahora que tienes productora propia, ¿veremos nuevos formatos?

De momento, a corto plazo, no creo. De momento tenemos Salvados y tenemos que ser capaces de andar solitos, que es un reto para nosotros. Después, si se nos ocurren cosas nuevas y tenemos una cadena que nos la quiera comprar, fantástico.

¿Y qué ronda por tu cabeza para producir?

Documentales que se pudiesen hacer con mucho tiempo y con inversión.

¿Sientes que los políticos usan las televisiones en época electoral y después se olvidan?

Sí, puede ser que en parte haya razón en eso. Pero últimamente se han puesto más las pilas. Se han dado cuenta de que el ciudadano está interesado en el debate político. No aparecer durante mucho tiempo el partido del Gobierno en televisión les ha penalizado y ahora van corriendo y ahora están intentando recuperar el terreno perdido. Pero creo que, efectivamente, durante un tiempo el PP dejó el camino libre a otras formaciones en programas con mucho seguimiento como laSexta Noche y ahora se han dado cuenta. 

¿Te imaginaste que la vicepresidenta podía pisar algún día un programa como ‘El hormiguero’?

¿Por qué no? 

Ahora empieza a ser más normal, pero hace un año…

Yo tengo ya 41 años. Hubo un programa de La Trinca en los años 80 en el que vimos bailar a Manuel Fraga y era entretenimiento puro y duro. Creo que es algo que se había abandonado, pero me parece fantástico que lo haya recuperado El hormiguero

¿Crees que el 21 de diciembre comenzará una nueva etapa para España?

No tengo ni idea. Eso es coger la bolita de cristal y jugar a la futurología. 

¿Nos fiamos demasiado de las encuestas?

Las encuestas no dejan de ser un negocio para que un medio tenga visibilidad durante ese día. Yo ahora mismo, si estuviese al frente de una empresa demoscópica, estaría cagado de miedo porque es muy difícil cogerle el pulso electoral a este país.