lEl personaje de Manolito Gafotas nació de la pluma de Elvira Lindo hace ya un cuarto de siglo. Manolito García Moreno era un niño de Carabanchel (alto) que vivía en un hogar humilde: compartía cama con su abuelo Nicolás, no veía con buenos ojos a su nuevo hermano (al que apodó como El Imbécil) y tiene que intentar que su madre no se enfade, o recibirá una buena colleja en el cogote.

Hasta la fecha, Manolito ha protagonizado ocho libros, en el último de los cuales ya no era un crío sino un adolescente que prefiere que le llamen mejor Manolo. También ha tenido dos películas,una obra de teatro, una serie de Televisión dirigida por Antonio Mercero… Y una nueva que se avecina.

“Hace unos meses recibí un correo electrónico de Sunset Boulevard. Pensé que era una broma, se lo pasé a mi editora, se puso en contacto con una productora americana muy potente y quieren hacer Manolito, les interesa el personaje”, aseguraba Elvira Lindo a El País, sobre este proyecto, que verá la luz de la mano de Exile Content Studio, una productora con sede en Los Ángeles, México y Miami, enfocada en la producción de series hispanoamericanas, como El Chapo.

Elvira Lindo tendrá un peso importante en la serie, y asesorará a la productora. Adelanta que esta nueva serie no perderá su esencia, que Manolito vivirá en Carabanchel y no adaptarán el personaje a otro país, ya sea latino o americano. “La serie tiene que ser aquí. Este es su mundo, si no, es otro personaje”, señala la autora. 

La dificultad de respetar el universo de Manolito

Manolito Gafotas es un gran personaje, el cual he seguido de cerca, tanto en papel como en la pequeña y gran pantalla. Siempre pensé que sería propio para hacer una serie de él pero de animación, porque el reto de encontrar un niño que encarne bien a Manolito puede ser muy complicado. Además, los productores se ahorran el trago de ver crecer al niño ante las cámaras, no tendría que tener fecha de caducidad por estirones antes de tiempo o cambios en la voz.

Quienes tienen la piel fina podrían protestar porque el acoso de Yihad, o por las collejas de la madre

Como conocedor de todo el mundo (mundial) de Manolito, de Catalina, del camión Manolo, del bar El Tropezón y de la dentadura del abuelo Nicolás, me surgen algunas dudas de esta nueva serie.

Y es que Manolito vive en un mundo que ahora puede resultar incómodo para aquellos que tienen la piel muy fina. Porque en los libros hay humor, sí, pero eso no quita para que Manolito sufra cierto acoso por parte de Yihad. Que una de sus mejores amigas, Susana, tenga fama de enseñar siempre las bragas y que estas tengan suciedad. Que su hermano tenga de apodo una palabra que pueda ser ofensiva, como Imbécil. 

Cómo Estados Unidos censuró a Manolito

Hace unos años, Manolito Gafotas se publicó en Estados Unidos, bajo el título de Manolito Four Eyes, Manolito Cuatro Ojos. Y lo hizo con cierta censura. Y es que los estadounidenses no podían tolerar que una madre pegue a su hijo por romper sus gafas, o por pelar a su hermano pequeño de la forma que le de la gana.

En EEUU que se Manolito diese chocolate a un perro se consideraba maltrato

“'El problema de la corrección política ha llevado a que las collejas desaparezcan, y otros detalles sorprendentes, como que el que Manolito dé un trozo de chocolate a su perra es considerado maltrato al animal”, señaló entonces Elvira Lindo.

Y eso es precisamente lo que me da miedo. Que la serie tenga reparos a enseñarnos cómo Manolito prepara cubatas a su padre, o cómo le sirve anís a su abuelo. Que la maestra, la sita Asun, pierda la paciencia y llame delincuentes a sus alumnos. Que los niños jueguen en un parque del Ahorcado, bautizado popularmente así porque hay un árbol propio para suicidarse. Que reine la corrección política que no hay en el Carabanchel (alto) descrito por Elvira Lindo.

Así fue la serie de Antonio Mercero

Hace justo 16 años, el 4 de enero de 2004, Antena 3 estrenó una serie inspirada en Manolito Gafotas, dirigida por Antonio Mercero. El niño Christopher Torres encarnaba a Manolito, y estaba escudado por Gloria Muñoz, Antonio Gamero y Adriana Ozores, quienes ya habían participado en la primera película. Entre la pandilla de amigos de Manolito destacaba David Castillo, poco antes de ser Jonathan en Aída.

La serie arrancó con un excelente dato: un 29% de cuota de pantalla y 4.887.000 espectadores, pero poco a poco la burbuja se desinfló. Su episodio número 13, el último, anotó mínimo con 2.831.000 y un 17'4%, que estaba muy por debajo del a media de la cadena por entonces. Unos datos que no lograron convencer para su renovación.

El problema que se encontró el espectador es que la serie no era estrictamente infantil, sino que intentaba abarcar a todos los públicos. Se daba demasiada importancia a los problemas de los padres y de los vecinos sin mucho tino, el universo de Lindo no estaba demasiado bien retratado, y al final todo acababa diluyéndose. Además, los excesivos cortes de publicidad no ayudaban.

El que aquí escribe comenzó a ver la serie con mucha ilusión, y fue uno de los que se bajó del tren cuando todavía le quedaban varias semanas de marcha. A eso le sumamos la dificultad de trabajar con un elenco infantil muy amplio, que no era brillante en todas las escenas. A ver qué nos ofrecen con esta nueva versión, con o sin collejas.