En las últimas semanas se rumoreó que Concha Velasco dejaría Cine de Barrio en Televisión Española, y que la cadena pública tanteaba a María Teresa Campos como sustituta. Sin embargo, esta semana ella misma ha acallado todas las voces en una visita al programa A partir de hoy, con Máximo Huerta.

Oye, que sigo en Cine de Barrio. Soy consciente de que tengo 80 años y que algún día lo tendré que dejar, pero yo creo que me tienen ahí porque una señora con 80 años presentando un programa, es lo mejor que le puede pasar a TVE. Soy un ejemplo” decía la vallisoletana. Y razón no le falta, y además de un ejemplo, es un orgullo que alguien de su trayectoria siga colándose cada semana por nuestras pantallas.

Una actriz 360º con mucho rodaje televisivo

Como diría el personaje de Paquita Salas, Concha Velasco es una auténtica actriz 360º. Empezó bailando flamenco, y luego se centró en su faceta de actriz, en la que fue maestra tanto en comedia como en drama Aunque siempre ha cantado en sus espectáculos, no tiene una amplia trayectoria discográfica, pero una de sus canciones, La chica yeyé, es parte de la historia musical de este país. Y además, en televisión ha hecho de todo, como actriz y como presentadora.

Como actriz de pequeña pantalla, la Velasco puede sacar pecho por haber trabajado en los legendarios Estudio 1 cuando RTVE era en blanco y negro, y haber llegado a los tiempos de Netflix, donde trabajó en la serie Las chicas del cable.

Ha protagonizado series aclamadas como Herederos (2007, que le valió el premio Iris y el de la Unión de Actores) o Gran Hotel (que en 2012 le sirvió para ganar el Ondas), sin olvidar a Teresa de Jesús (que le hizo ganar el TP de Oro, el Fotogramas de Plata y la Antena de Oro, en 1984).

También ha tenido otros trabajos de menos popularidad, como la serie Mamá quiere ser artista, de Antena 3 en 1997, en la que Concha Velasco interpretaba a Leonor, una mujer madura que en sus años mozos fue vedette, pero aparcó su carrera profesional para formar una familia.

Pero por tener esa espinita clavada, Leonor intenta por todos los medios que su hija triunfase en el espectáculo, si bien es ella la que quiere pisar de nuevo los escenarios. La audiencia no acompañó en esta aventura a Concha, y tras dos meses de emisión fue cancelada. Mary Carrillo, Ágata Lys, Agustín González y un joven Miguel Ángel Muñoz la acompañaban en esta producción.

Un año después, en 1998, Antena 3 estrena Compañeros, serie familiar ambientada en el Colegio Azcona, un centro educativo en el que trabaja Charo, interpretada por Concha Velasco. Charo era la profesora de literatura y esposa de Tomás (Manolo Zarzo), director del Azcona. En la primera temporada de la ficción, el matrimonio de Charo y Tomás tuvo mucho peso en las tramas, e incluso algunas escenas se desarrollaban en el hogar de ambos, que compartían con tres hijos y un nieto.

Pero la audiencia no era la esperada, y Concha Velasco abandonó la serie antes de comenzar la segunda etapa, lo que provocó que también Manolo Zarzo y Antonio Zabálburu, su marido y su hijo en la ficción, saliesen del elenco; sin embargo, las dos hijas, Arantxa (Duna Jové) y Ana (Mercè Pons) sí se quedaron en las tramas durante varias temporadas más.

Además, debemos sumar algunos trabajos que no le interesaron (como protagonizar Farmacia de Guardia, y que años después consideró un error rechazarlo) u otros que no pudo por motivos de salud, como incorporarse a Vivo cantando. 

Cómo una leyenda urbana marcó su paso por ‘Sorpresa, sorpresa’

Como presentadora, Concha Velasco también ha estado al frente de programas de variedades como Viva el espectáculo o Querida Concha, y otros que están casi borrados de la memoria colectiva como Mi abuelo es el mejor, de Televisión Española.

Desde 2011, Concha Velasco presenta Cine de Barrio, aunque sin duda Sorpresa Sorpresa fue su mayor éxito como maestra de ceremonias. Ella tuvo el gran reto de sustituir a Isabel Gemio en dicho formato, y lo hizo con éxito. Sin embargo, de su etapa, lo más recordado es el “incidente”, como ella misma lo clasificó, que tuvo lugar con un afamado.

A inicios de 1999, un rumor corrió como la pólvora por toda España: Ricky Martin en Sorpresa, sorpresa había intentando sorprender a una fan, escondiéndose en el armario. La admiradora del cantante portorriqueño, desconociendo que estaba en directo, se habría desnudado en su dormitorio, y tras huntarse mermelada (o crema de cacao) en sus genitales, habría llamado a su perro, también llamado Ricky, para que lo lamiese. Y tras esto, Ricky habría salido asqueado del armario.

Todo fue una mentira. Una leyenda urbana que prácticamente todos dieron por cierta, y que hizo que en el siguiente programa, Concha Velasco tuviese que desmentirlo “en solo tres palabras: todo es mentira“.

“Ricky Martin nunca estuvo allí, eso no pasó nunca. La gente se cree que lo ha visto, unos con mermelada, otros con Nocilla”, recordó hace unos años Concha junto a Andreu Buenafuente en el programa En el aire. Buenafuente le dijo que a él le habría gustado que fuese real, después de tanto oírlo, a lo que Concha respondió que a ella no. Normal por otro lado, si hasta se llegó a ponerse el asunto en mano de la Fiscalía de Menores incluso.

El origen de la leyenda urbana de Ricky Martin en Sorpresa, sorpresa, el perro y la mermelada tiene origen estadounidense. El folclorista norteamericano Jan Harold Brunvand en su libro ‘El fabuloso libro de las leyendas urbanas’ recogía una historia prácticamente idéntica salvo por el factor televisivo. En ella, una mujer llegaba a su casa, se desnudaba y hacía lo propio con el perro, sin reparar que sus compañeras de trabajo la esperaban a escondidas para darle una Sorpresa, sorpresa.