Europa ha vuelto a dar la espalda a España. A pesar de las ganas, la dedicación y el trabajo de nuestro representante Miki Nuñez, La venda apenas ha podido alcanzar un puesto 22, que sabe a poco ya que se esperaba alcanzar al menos el top ten.

No obstante, a pesar de la decepción, un rayo de esperanza se abre de cara al futuro de nuestro país en el popular certamen de la canción.Y es que, tras años y años de pesimismo y decepción, parece que este año por fin ha llegado el punto de inflexión que tanto se esperaba.

Hay que romper con la vergüenza de ser el país que lleva más años sin ganar Eurovisión

Ahora sí, RTVE se ha tomado en serio su candidatura y ha puesto los cimientos para romper con esa vergüenza de ser el país que más tiempo lleva sin alzarse con el triunfo en Eurovisión con un total de 50 años.

España venía con los deberes hechos. Desde la cadena pública se había trabajado con ímpetu en los meses previos, traía un concepto más o menos acertado para intentar trasladar a Europa el ambiente festivo de La Venda, y eso se notaba.

Como muestra de ello la actitud mostrada por la delegación española en Tel Aviv. De caras largas, malas contestaciones, evasivas o acusaciones a la televisión organizadora de no hacer bien su trabajo en los años previos, se ha pasado este año a sonrisas, respuestas sin rodeos y agradecimientos a la televisión organizadora.

El mal puesto conseguido ahora no debe desanimar a los directivos de la pública. Al contrario. Esto debe servir para que el próximo año, ya sin la pesada losa de Operación Triunfo, se pueda elegir un representante a dedo que vuelva a ilusionarnos.

Sería el mejor camino para así atrapar a compositores y cantantes de primer nivel para que participen en futuras preselecciones. Así lo ha hecho por ejemplo Francia, que tras años de ‘dedazos’, lleva ya dos años ofreciendo una de las mejores preselecciones de todas las televisiones europeas y con unos resultados más o menos positivos.

En el horizonte también está el futuro cambio en la presidencia de RTVE y la llegada de nuevos aires a la cadena. Nuevos directivos que se tomen en serio el evento que mejor audiencia les reporta cada año y que peleen por ganar de una vez por todas el micrófono de cristal.

Así lo han hecho nuestros vecinos portugueses de la RTP que, a pesar de no haberse clasificado para la final con la arriesgada apuesta de Conan Osiris, seguirán apostando fuerte por el Festival de la Cançao y por propuestas como la de este año ya que saben que en la diferenciación está el valor. Su objetivo está en volver a ganar el festival en cinco años.