De las últimas series estrenadas esta temporada en televisión, sólo Vivir sin permiso puede considerarse un éxito. El Continental fue un auténtico fracaso que terminó relegada al late night, Presunto Culpable y Matadero tuvieron unos datos bastante regulares que sólo el diferido y la venta internacional salvaron del desastre, y Hospital Valle Norte se despide este lunes con unos datos insignificantes.

De ahí que se durante las últimas semanas se esté cuestionando si la ficción tiene futuro en el abierto. Por todo ello, en BLUPER hemos querido hablar con uno de los productores más importantes de nuestro país, Ramón Campos, creador de éxitos como Gran Reserva, Gran Hotel, Velvet, Bajo sospecha o Las chicas del cable.

El reto está en darles algo que sienta la necesidad de verlo la semana siguiente

“Yo tengo la sensación de que no es tanto atraer a la gente porque la gente está dispuesta a venir, sino que no estamos consiguiendo mantenerlos nosotros. Cuando a la gente le das un producto que les gusta, la gente está ahí. El reto está en darles algo que sienta la necesidad de verlo la semana siguiente y quedarse ahí”, comenta el fundador de Bambú Producciones.

En Tiempos de guerra empezamos en 2,6 millones de espectadores y terminamos en 2,3 millones. Eso se considera fieles. Me parece que lo que provoca la televisión en abierto, no lo provoca nadie más. Cuando tienes un éxito en la televisión en abierto, sales a la calle y todo el mundo habla de ti. Y en las plataformas, que son maravillosas, todavía no se da ese efecto”, añade Campos, que actualmente trabaja para Netflix con Las chicas del cable, Alta Mar y El Crimen de Asunta y para Movistar con Instinto y Velvet Colección.

Pero, además, Campos recuerda que existe otro fenómeno casi exclusivo de la televisión en abierto: lo social. “Todos lo vemos a la vez. Yo me siento y tuiteo a la vez que tú. Es como verlos juntos. Así que todavía nos quedan un par de años de disfrutarlo un par de años. Mi obsesión es conseguir otro éxito en abierto”.

¿Acortar la duración?

Otro de los motivos que se le achacan a la bajada de audiencia de las series y que el público no se enganche es la duración de las mismas. Y es que, acostumbrados a capítulo de 40 o 50 minutos, 70 minutos se hacen una eternidad.

De ahí que, por ejemplo, Atresmedia haya decidido recortar sus series a 50 minutos o RTVE a 60 minutos. De hecho, la primera serie de Atresmedia de 50 minutos que veamos será 45 revoluciones, de Bambú Producciones, y que se estrena este lunes a las 22:45 horas.

Sin embargo, Campos no cree que al público le incomode tanto los 70 minutos. “Cuando la serie funciona, no te llega esa reclamación. Y cuando no funciona es difícil analizarlo. ¿Por qué no funcionó Tiempos de guerra? Mi teoría es que formalmente era demasiado clásica. No atrajimos a la serie a verla”.

Eso sí, les ha permitido deshacerse de las pesadas tramas secundarias. “Nos ha permitido no tener que meter siete tramas, veinticuatro personajes... ¿Por qué antes metíamos a todos los personajes en un entorno? Porque metemos todo en una batidora y vamos sacando tramas que necesitamos para cubrir 70 minutos. En este caso es casi monotrama. Es la historia del éxito de estos personajes y sus entornos. No necesitas sacar tramas secundarias”.

Se refiere a 45 revoluciones, la serie que estrenan este lunes. Pero, ¿qué tiene para que el público se mantenga fiel durante sus trece capítulos? “Visualmente es distinta a lo que hemos hecho de época, la velocidad, la música…. Y un valor: las caras desconocidas. Esta gente no la conoces y quieres verlas. Y creo que es positivo. Aunque también tiene un punto negativo porque no tienes la campaña con gente conocida”.