El caso de Cuatro ya me recuerda al de alguna serie de televisión. ¿Tienen en mente esa serie que tanto les gustó pero que incluso a ustedes les terminó cansando cuando la alargaron demasiado? Pues en ese punto está Cuatro. La cadena nació en 2006 como una luz al final del túnel: renovó el panorama y la forma de hacer televisión. Sin embargo, parece que están alargando su asfixia y eso sólo está estropeando el buen recuerdo que había de Cuatro.

Cuatro ya no le interesa mucho a Mediaset España. Después de haber hecho que la cadena perdiese toda su esencia, quitándole identidad a su tarde con nada más que ficción americana, la compañía decidió terminar con su carácter de niño rebelde cancelando Las mañanas de Cuatro

Mediaset España no quiere que Cuatro moleste mucho. Y es por eso por lo que le han terminado de asestar el golpe final: quitar sus informativos. Se trata de una noticia muy triste para el sector, pues la televisión perderá una redacción que en su momento luchó por hacer un tipo de información distinta y mucho más de autor.

En estos momentos, Cuatro ya es una mala serie de televisión. Es una ficción que arrancó siendo estupenda, entretenida y rápida y que, con el paso de los años, sus tramas ya no interesan nada. Los protagonistas se han ido porque los guiones ya no eran los de antes, los presupuestos ya no son los mismos y se empieza a notar el croma. En fin, que tal vez sería mejor cancelar directamente Cuatro para preservar la imagen que teníamos de esta cadena y empezar de cero.

Sin informativos, Cuatro pasa a ser una cadena de la TDT. En estos momentos, una cadena como Divinity tiene una mayor identidad que Cuatro. La cadena rosa sabe y conoce su objetivo. Cuatro, sin embargo, va dando tumbos y no tiene ni idea de lo que lleva haciendo en estos últimos años.

Su mayor deriva se produjo hace unos meses, cuando tuvieron que abrir los brazos para recibir a Mujeres y hombres y viceversa. El programa de citas era el antiCuatro de los primeros años. Aquella Cuatro buscaba el humor inteligente, la opción fundamentada y la información de fuentes. Con la incorporación de este programa se terminó perdiendo por completo la identidad de aquella cadena a la que dio la bienvenida Iñaki Gabilondo.

Ahora, a Cuatro sólo le queda renovarse por completo o morir. La cadena ya ha tocado fondo (también sus audiencias). Ya no hay nada que perder. Y este momento debería ser una gran oportunidad para la cadena para bajar el telón y volverlo a abrir con un lavado de cara importante, ya sea como cadena de entretenimiento o como otra cosa. Pero la Cuatro que conocimos está claro que ya no es esta Cuatro.