Tal vez es que no sabemos despedirnos en condiciones. Cuéntame cómo pasó nos ha dado una lección a todos: hay momentos en la vida en los que hay que decir adiós, por mucho que duela, por mucho que cueste. Ricardo Gómez y Elena Rivera podrían haber seguido en esta serie hasta la eternidad y, sin embargo, han decidido dar un paso al frente.

No lo hará Cuéntame como serie de televisión. Por eso mismo, porque tenemos un miedo terrible a poner fin a aquello que está siendo un éxito por miedo al precipicio de lo desconocido. Pero la serie se ha despedido de alguna forma este jueves. Y es que su episodio ha sido un adiós en toda regla. Un capítulo que podría haber servido de cierre definitivo y hubiese sido perfecto y redondo.

Pero seguirá. Será otra etapa. Pero la lección de Cuéntame ya está dada y debemos haber tomado apuntes para cuando llegue nuestro momento. Es mejor decir todo lo que uno siente cuando tiene posibilidad de hacerlo. Y Cuéntame le ha dicho “gracias, adiós y te quiero” a los espectadores con un episodio sublime. Por si acaso y porque no se sabe lo que pasará el día de mañana, ellos ya lo han dicho.

En este cierre de temporada, Cuéntame cómo pasó termina de dibujar un círculo perfecto que ninguno esperaba que se estuviese escribiendo durante 17 largos años. Cuéntame no era una recta, sino una curva. Y, como a Galileo, hace unos años nos hubiesen llamado locos pensando que Cuéntame era una esfera. Sin embargo, la serie avanza tanto que vuelve a su punto inicial en este círculo. Lo que venga después ya estará fuera de esta curva que ha encajado como una cremallera.

La serie avanza tanto que vuelve a su punto inicial en este círculo. Lo que venga después ya estará fuera de esta curva perfecta

El episodio ha sido una despedida constante. A través de los ojos de Carlos Alcántara, Ricardo Gómez se ha ido despidiendo uno por uno de los actores y personajes de la serie. También de los secundarios, tan importantes en este San Genaro. Cada uno ha tenido su tiempo, su sonrisa y su adiós, como si de un cierre generalizado se tratara.

Carlos se ha ido, de momento para siempre y sin fecha de vuelta. Cada línea de guión parecía escrita a conciencia para agradecer a todos los actores el trabajo que han hecho durante todos estos años. “Carlos estará bien. Haciendo lo que le da la gana estará bien”, dice Antonio Alcántara en su adiós. “Lo importante es que encuentre su lugar en el mundo”, completa Mercedes. “Y si no lo encuentra volverá porque aquí tiene su casa”, recalca Antonio. “Y su familia”, dice ella como broche. 

El viaje en barco de Carlos, en busca de su gran amor, es el tiempo que nos dan para asimilar la despedida. Le vemos partir y alejarse. Mientras, sus conversaciones con el trabajador del barco, como si de su propia conciencia se tratara, desembocan en una escena magistral. Tocaba despedirse de verdad. 

El minuto 1:11:11

Parece que fue calculado a conciencia. Cuando el número 1 se alinea en la duración del episodio, Cuéntame hace magia. Es el momento en el que Carlos abre su libreta, vacía de ideas, y se da cuenta de que su familia es la verdadera historia de su vida. Nos quiere contar Cuéntame cómo pasó. Nos lo contó. Y nos lo contó maravillosamente bien. 

La imagen del charco con la cara de Carlos reflejada se quedará grabada en la retina de muchos. En ese instante, la cinta se rebobina. La serie, y nuestra mente, da marcha atrás a pasos agigantados. Y es que Cuéntame es nostalgia dentro de la propia nostalgia. Ellos empezaron jugando con nuestros sentimientos del pasado y ahora ellos mismos tienen esos mismos sentimientos cuando echan la vista atrás. 

De pronto, nos damos cuenta de que Carlos nos ha estado contando esta historia durante todos estos años por algo, con un objetivo. No nos quería contar la historia de España. Nos quería contar la historia de su familia, de su barrio. Su vida. Y es que cada uno encontramos en Cuéntame nuestra propia historia y Carlos sólo fue el encargado de poner voz a los recuerdos.

Al final, Cuéntame se despide de sus personajes consagrados como la gran historia de amor de nuestra ficción. Carlos y Karina terminan juntos, de la mano, al otro lado del mundo. Un final feliz, sin florituras, que pone el punto y final a su historia. Hubiese sido perfecto como final de la serie. Pero, como suele pasar, tenemos demasiado miedo a decir adiós en nuestro mejor momento.

Ni el mejor texto del mundo podría despedirse de Carlos y Karina mejor que su propio guión. Así es como se han despedido ellos en unas líneas que dicen mucho más de lo que parece, pues hablan de cómo nació la idea de Cuéntame cómo pasó: 

“No importa lo que pasa o lo que pasó, sino cómo pasó. Yo encontré mi propia voz en ese viaje. Y con ella encontré el compromiso que me ha llenado la vida hasta ahora, a contar lo que pasó, cómo pasó y por qué pasó. Contar la historia de mi familia, de mi barrio, de mi país. Y, por encima de todo, contar una historia de amor que sigue latiendo a través del tiempo”. 

Suena Eres tú de fondo.

Adiós Karina. Adiós Carlos.