Noviembre de 2015: Flooxer salía al mercado. Era la plataforma de vídeos de Atresmedia. Entre sus ofertas había una serie que llamaba bastante la atención, llamada Paquita Salas y protagonizada por un desconocido para el gran público Brays Efe. Junto a él, pisaban la alfombra verde de la presentación Javier Calvo y Javier Ambrossi. En aquel momento no llamaban mucho la atención. 

Es una pena que los focos cambien tanto de dirección y tan rápidamente. Pero también eso le da la oportunidad a los nuevos talentos de florecer más rápido. Y es que nadie se podía imaginar que aquella Paquita Salas se acabaría convirtiendo en el fenómeno que es hoy en día y que haría un viaje internacional tan grande. Y es que a partir de este viernes se estrenará en 190 países a la vez gracias a Netflix.

La plataforma internacional vio en Paquita, como ya la conocen los amigos, un gran tirón mediático

La plataforma internacional vio en Paquita, como ya la conocen los amigos, un gran tirón mediático. Más allá de lo que le pudiese aportar la serie en número de visualizaciones, la gran oportunidad que le ha dado de marketing viral esta serie a Netflix no se la ha dado ningún título español hasta ahora. 

Desde aquel 2015 hasta este 2018 han pasado casi tres años. Y han pasado muchas cosas desde entonces. Más allá del gran viaje que ha hecho la serie, las personas que hay detrás de ella también han cogido la barca y se han puesto a remar a velocidad de crucero. Ambrossi y Calvo se transformarían en Los Javis y Brays sería todo un fenómeno de las redes sociales. Por el camino, cinco nominaciones a los Goya y cinco premios Feroz en sus estanterías por Paquita y La llamada.

El florecer de Los Javis como grandes creadores y el salto de Paquita Salas a Netflix podría haber provocado un gran desastre en los guiones de la serie: que cambiase totalmente su escena. Que quisiese contentar a las grandes masas, que modificase su estructura para adaptarse al mercado internacional, que se olvidase de sus fans e intentase conquistar más a los nuevos. En fin, que Paquita dejase de ser Paquita

Ya hemos visto los cinco episodios que forman la segunda temporada de Paquita Salas y que se estrenan de golpe este mismo viernes en Netflix y sólo podemos decir una cosa: ¡larga vida a Paquita Salas! La serie no sólo no ha tropezado consigo misma a la hora de intentar crecer, sino que ha madurado su parte más sentimental de la mejor manera posible. 

Lo mejor de Paquita Salas es cuando no hay diálogo, cuando la música actúa como narradora de la historia

Paquita Salas es mucho más que los vídeos cortos que terminan en redes sociales. La serie podría ser resumida en numerosos GIFs con frases memorables. Pero lo mejor de Paquita Salas es cuando no hay diálogo, cuando la música actúa como narradora de la historia, cuando todo se interpreta por las miradas. Es en ese momento cuando Paquita se pone más melancólica y da a los espectadores su mejor cara, alejada de la comedia, metida en el dramatismo y haciendo ver que esta serie puede tener mucha vida en el futuro.

Pero no podemos dejar a un lado el buen trabajo que hacen los actores de esta serie a la hora de hacer redonda la producción. Brays Efe, sublime en esta segunda temporada de la serie, está enormemente bien acompañado por actores y actrices de lujo como Belén Cuesta y Anna Castillo. Y es que se nota en sus caras lo importante que es este trabajo para ellos. Nada de proyección internacional o trabajar para Netflix. Ellos son familia en este proyecto y eso es lo que no podían perder fuesen de la casa que fuese. Pagase quien pagase las facturas a final de mes. 

¿Ahora Paquita Salas es una serie? Hubo un tiempo en el que se diferenciaba entre webseries y series. Sólo habría que diferenciar entre buenas y malas ideas. Y Paquita supo dar en el clavo desde el primer momento. Ahora le salen amigos como hormigas a su alrededor, pero no por eso se le ha subido la fama a la cabeza y ha querido ser algo que no es. Los proyectos, proyectos son. Ya sean en una televisión tradicional o en internet. Y a Paquita la supimos entender casi cuando ni sabíamos manejar Netflix. Ahora es una estrella internacional, pero sigue siendo Paquita