Adrián Martín, el niño de 13 años que se convirtió en un fenómeno musical tras su paso por Levántante y que estuvo nominado a los Grammy Latino con su disco de debut, Lleno de vida, ha sido ingresado nuevamente en el Hospital Materno Infantil de Málaga a causa de la hidrocefalia que padece.

El niño había permanecido en el centro hospitalario hasta el 8 de febrero, cuando fue dado de alta después de haber sido sometido a tres intervenciones quirúrgicas en apenas dos semanas y media.

El objeto de esas operaciones fue sustituir por un dispositivo más moderno las dos válvulas que el pequeño tenía en la cabeza desde hacía siete años y que ayudan a drenar el líquido que se acumula en su cerebro a consecuencia de su hidrocefalia.

Rafael Martín, padre de Adrián, ha explicado a Efe que el pasado martes acudieron a revisión para que le quitasen los puntos de la última operación y "le subieron un poco" la presión de la válvula. Ha señalado que esa misma tarde empezó a sentirse mal, "con fuertes dolores de cabeza y vómitos", por lo que al día siguiente acudieron de urgencia al hospital y el niño quedó de nuevo ingresado.

Martín ha precisado que el esfuerzo de los médicos se centra ahora en intentar dejar la válvula a la presión óptima para el niño, natural de Vélez-Málaga. "Cuando llegamos, tenía los ventrículos cerebrales a tope, llenos de líquido, pero ayer ya estuvo bastante mejor, sin dolores y la noche también la ha pasado bien, y esperamos que si continúa con esta evolución, pronto podamos dejar el hospital", ha indicado el progenitor.

La culpa del éxito musical de este niño la tiene un vídeo doméstico filtrado en Youtube en el que ensayaba junto a su hermana Sonia la canción de Rosario "Qué bonito" para participar en el proceso de selección de Levántate.

El vídeo tuvo en pocas horas casi dos millones de visualizaciones y posteriormente fue compartido por artistas de todo el mundo, convirtiéndose en lanzadera de Adrián hacia el éxito. Tras esto el pequeño participó en Levántate, lo que le lanzó a la fama.

Según su familia, la música ha sido siempre la pasión y el motor de Adrián, en la que vuelca su pasión y sus ganas de vivir, y que le sirve de bálsamo ante las situaciones de dolor.