Risto Mejide presenta la nueva temporada de ChesterChester, a secas. Esta vez se ha dejado de subtítulos y medias tintas. Ha tardado seis temporadas para admitir que el sofá en el que se sienta es lo imprescindible del formato. "Nadie es imprescindible"dice sobre sí mismo. Toca hablar con Risto. Es imponente. Se ha ganado la fama y ya lleva más de 10 años en televisión.

A primera vista, Risto es mucho más alto de lo que parece en televisión. Menos mal que la entrevista la hacemos sentado en su propio Chester. Ahí se relaja. Parece que ese sofá tiene algún tipo de medicina escondida entre sus cojines y que hace que entrevistador y entrevistado cojan algo de confianza. Aunque sea una alianza de 10 minutos. 

10 minutos con Risto Mejide. No es de los que se enrollan en sus respuestas, por lo que dará tiempo a hacer bastantes preguntas. Sin embargo, hay que ser directo con un personaje que se esconde tras unas gafas de sol. Cuesta más ver a través de esos cristales, pero Risto no es 100% opaco. 

¿Te consideras polémico?

No.

¿Y crees que te consideran polémico?

Sí, pero eso ya está un poco gastado. Es lo fácil. Muchas veces lo periodistas tiráis a lo fácil, sin pensar si eso ha cambiado con el tiempo. Y el espectador también.

¿Por qué hay esa diferencia entre lo que tú piensas de ti mismo y lo que piensa la gente?

Habría que hacer una encuesta nacional. Yo no me considero polémico porque no busco la polémica. Yo sólo soy una persona que intenta hacer un trabajo honesto. La honestidad en según qué entornos destaca más que el buenismo. Ahí es donde surge la polémica.

¿No te gustaría proyectar otra imagen a la que proyectas?

No, estoy muy cómodo con la imagen que proyecto.

Y no es la que tienes en tu casa…

¿Por qué no?

Yo pregunto…

Como nunca hablo de cómo soy en mi casa tendrás que quedarte con esa duda.

¿Hay mucho del Risto real en el Risto al que vemos en televisión?

Hay mucho de mí, pero es verdad que no es sólo eso.

¿Cada vez más?

Sí, sin duda.

¿Qué te ha hecho cambiar?

Aprender del medio. A ti te habrá pasado igual. Yo me veo ahora en mis primeras galas de Operación triunfo tan…

¿Enfadado?

Sí… pero diría constreñido a un marco muy pequeñito. No me permitía muchas cosas que ahora me permito. Es cierto que he cambiado yo y ha cambiado el espectador con respecto a mí.

¿Le das al espectador lo que quiere?

Le doy lo que yo soy. Mientras le siga gustando, seguiré en televisión. El día que no guste eso me iré a mi casa.

¿Te has abierto por el paso del tiempo o porque ya tienes tu hueco en televisión y no necesitas llamar tanto la atención?

¿Crees que yo lo hago por llamar la atención?

No sé si en su momento lo hiciste…

No. Me propusieron ir a un programa que a mí no me gustaba y yo lo advertí, por lo tanto iba a decir lo que no me gustaba. Eso no es ir buscando llamar la atención, es ser honesto. Eso es lo que hago en Chester. ¿Qué ha cambiado en ese sentido? Nada. He cambiado yo que ahora me siento mucho más cómodo delante de una cámara que hace 10 años. Lógico.

Pero lo que piensas de María Teresa Campos no se lo dirías de la misma forma en la que hablaste a los concursantes de ‘OT’...

Se lo diría bastante mejor. Ojalá con los concursantes de Operación triunfo tuviese las tablas que tengo ahora. Les diría muchas más cosas.

¿Peores?

No sé si peores.

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Risto Mejide no es de esas personas que se arrepiente a la primera de algo que hizo en el pasado. Jamás sale de su boca eso de un "ahora mismo eso no lo haría". Cambiaría cosas, pero sólo porque él ha cambiado con el paso del tiempo y ahora se siento mucho más seguro. Y es que la inseguridad es un claro enemigo en esa caja llamada televisión. 

Ahora ya no es aquel erizo al que le salían las púas en cuenta se le tocaba con un dedo. Ahora juega. Le encanta jugar con el espectador y con todo aquel que le hace preguntas. Y es que se ha acostumbrado tanto a eso de ser él el que hace las preguntas que a veces contesta con una.

La primera entrega de ‘Chester’ va sobre el miedo. ¿A qué le tienes miedo tú?

A muchas cosas. A las alturas, por ejemplo.

¿Y a la muerte o al fracaso?

A la muerte, no. Al dolor. Si a mí me dijeran que firmara por morir sin dolor, firmo.

¿Y al fracaso?

He fracasado tantas veces que es un compañero de viaje ineludible.

¿Y a no intentar las cosas?

Tampoco, porque soy bastante intentón. Me gusta intentar las cosas. A las pruebas me remito. He hecho muchísimas cosas bien y muchísimas cosas mal, pero hay que intentarlas todas.

Este año has probado mucho más el área del entretenimiento en Mediaset. ¿Te sientes cómodo?

Me siento bastante cómodo. Es cierto que el programa All you need is love no ha tenido los súper datos de audiencia que se esperaban como cualquier programa que se estrena, pero para mí ha sido una oportunidad del carajo. Me he sentido muy cómodo. Otra cosa es que el espectador haya decidido que ese tipo de programa no le gusta. Adelante. Pero yo he estado muy cómodo.

Si te hubiesen dejado una hoja en blanco, ¿ese hubiese sido el programa que tú querías hacer?

Yo no me he propuesto ser presentador de ese tipo de programas. Yo ahora estoy súper cómodo con Chester. Este es el programa que en su día parimos con Óscar Conejo cuando tuvimos esa hoja en blanco. Ya lo estoy haciendo. Todo lo que venga de extra…

¿Quedó atrás tu fase de productor?

Quedó atrás básicamente por un tema de dedicación. Tengo una agencia de publicidad en la que trabajan casi 90 personas y tenemos sede en Madrid, Valencia y Barcelona. Y trabajo en la tele. Ser productor es ser productor. Ojalá algún día tenga el tiempo y el conocimiento para hacerlo. Es otra carrera de largo recorrido. Ahora mismo no es planteable.

¿Te ha dado miedo convertirse en un personaje del corazón?

No, porque es una elección también. Tú eliges ser un personaje del corazón o no. Yo respeto mucho a los que se dedican a ello.

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No estamos muy acostumbrados a que las caras de la televisión ofrezcan su visión del conflicto catalán con tanta soltura. Y menos de una persona como Risto Mejide, que nació en Barcelona hace ya 42 años. Promete que se mojará en sus programas, casi todos contaminados por este procés del que todo el mundo habla en las calles. Habla de un empate deseado como solución a todo este embrollo, aunque prefiere no entrar en tecnicismo. De momento, no es político. 

Hablarás de Cataluña en este programa con tus invitados. ¿Te vas a mojar?

Siempre lo hago. Lo he hecho en mis columnas y ahora lo haré en Chester. Me voy a mojar porque creo que hay que mojarse. De aquí a 20 años alguien se girará y me preguntará: ¿tú qué hiciste? Y yo hice lo que pude en mi parcela, en mis columnas y en mis programas. Yo me quiero quedar con los brazos cruzados mientras otros te arrebatan la voz.

¿Es lo que están haciendo?

Sí, unos y otros. No quiero que me asimilen a unos ni que me asimilen a otros.

¿Cómo crees que va a terminar todo esto?

Espero que acabe con un empate.

¿No perderían todos?

Ganaríamos todos.

¿Qué es un empate?

Que los dos pierdan. Ganaremos los demás. Una situación como se está planteando un partido político en la que haya una serie de concesiones por ambos lados. Nadie está 100% contento pero estamos de acuerdo en perder ciertas cosas. Ya pueden ser concesiones fiscales, políticas… Eso ya no tengo que ser yo el que lo diga. Peró sí creo que un empate es necesario. Esto se está viviendo como un Barça-Madrid y lo que quieren es una goleada. Yo lo que no concibo es una goleada porque nadie tiene que salir humillando a nadie.

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Ha elegido a Alba Carrillo por encima de Feliciano López. Tal vez es una casualidad o una declaración de intenciones. Y es que no todos se atreven a sentarse delante de ella y dejarle a un lado a él, al deportista, al medallista, al aclamado y aplaudido. "Todo el mundo se merece un Chester", dice. Sí, también había que hablar de Operación triunfo, aquel programa que le dio la fama y que ahora ha regresado como un fantasma del pasado.

Invitas a un personaje como Alba Carrillo. Bertín Osborne, sin embargo, invitó a su expareja. ¿Por qué elegiste a Alba y no a Feliciano?

Esta no fue una decisión mía, sino de la productora. Pero yo he aprendido con este programa a no negarme a ningún invitado. Descubro, como me ha pasado con Alba, gente que vale la pena conocer. Con Alba me ha pasado mucho. Le apreté mucho, como ya veréis. Salen cosas de ella gratamente sorprendentes. Todo el mundo merece un Chester.

Pero no todo el mundo tiene algo que contar…

Yo creo que sí… Si no lo cuentan es cosa mía, que no he sido capaz de sacarlo. Todo el mundo tiene un chester. Que tenga más o menos tirón ya no depende de mí. Pampliega, en esta primera entrega, seguramente no es la persona con más tirón televisivo. Sin embargo, la gente va a flipar mucho.

¿Es la entrevista que más te has llevado a casa?

Igual sí. Sales hecho polvo. Necesitas tiempo que no tienes para reponerte.

El año pasado fue ‘Chester in Love’ pero este año es ‘Chester’ a secas. ¿Eso es que el amor se pasa?

Eso es que el amor está detrás.

¿Ves ‘OT?

No lo veo, pero me llega todo lo que pasa.

¿Ha sido bueno que regrese?

Es un formato al que le debo todo. Me alegro de que siga triunfando. Tinet Rubira es la persona que me descubrió en la televisión. Imagina si no tengo que estar agradecido al formato y al productor.

¿No te arrepientes de nada de esa época?

Yo lo haría mejor ahora, pero por horas de televisión. Si no lo hubiera hecho como lo hice no estaría hoy aquí.