La segunda gala de MasterChef Celebrity se convirtió en un programa emotivo.  Por un lado se llenó de solidaridad ayudando al Padre Ángel a dar de comer a los que más lo necesitan pero, por otro, la dureza de las valoraciones llevó a Anabel Alonso a derrumbarse y soltar unas cuántas lágrimas.

Además, el programa despidió a Carlos Baute, al que la presión y su falta de experiencia le hizo fallar más de una vez. El nivel esta temporada es muy alto y al final Silvia Abril tenía razón tachándole del rival más débil.