Alba está nominada y su permanencia en el concurso corre serio peligro. Se enfrenta a tres concursantes potentes, y es muy probable que el jueves tenga que abandonar el concurso definitivamente. Sería un error, a pesar de sus fallos como concursante. Alba goza de un magnetismo especial que hace que uno no quiera librarse de ella con tanta facilidad. A pesar de haber metido la pata hasta el fondo en los últimos acontecimientos relacionados con José Luis, esta concursante sigue demostrando que aún tiene mucho que dar. Ha conseguido transmitir un buen rollo impresionante, y los golpes que tiene son de los que alegran al espectador.

A Alba se le perdonan errores que en otros quedan mucho peor porque sabe subsanar sus defectos con una sonrisa que atrapa. Concursantes con ese carisma que ella tiene hay pocos en este tipo de concursos, y ese es solo uno de los motivos para votar por ella esta semana.

La trayectoria de Alba dentro del programa supone una montaña rusa con final incierto. De empezar fatal, pasó a ser una de las favoritas. Ahora está en el punto de mira porque pertenece a ese bando de concursantes rabiosos que censuran el juego de sus contrarios, demostrando tener muy poca idea de lo que implica participar en este formato. Si deseo que se salve, es porque tengo la seguridad de que ella es cien por cien real.

Porque encuentro en ella atisbos de bondad que no veo en sus últimos aliados. Me refiero a Laura Matamoros y a Juan Miguel, que a pesar de compartir opiniones y filias con Alba están muy lejos del encanto que tiene su compañera. Alba ha sido una concursante generosa con la audiencia, y lo ha sido en todos los sentidos. Nos ha hecho participes de sus conflictos familiares con su madre, de sus miedos y de sus frustraciones provenientes del exterior. La hemos acompañado en sus momentos de debilidad y también hemos asistido a su resurgimiento como participante. Nunca ha perdido el sentido del humor y ha aceptado su destino en el concurso con una naturalidad que no consigo encontrar en el resto. Es evidente que no es la mejor superviviente y está claro que no ha sido del todo justa en diversas situaciones, pero estoy convencido que siempre ha actuado con el corazón en la mano, dejándose llevar por sus emociones y por su instinto.

Alba ha sabido enseñarnos su mejor cara, muy alejada de esa que sus compañeros nos han intentado vender

El concurso de Alba es inestable porque ella es una persona inestable. Su estado emocional no es el mejor, de eso no hay duda. Ha sido juzgada como madre y sus compañeros siempre han hecho uso de ese sucio argumento que la señala como una mujer interesada por los hombres con dinero. Para dejarla mal, han ido donde más le dolía, sabiendo que iba a sufrir por ello. Sin embargo, Alba ha sabido enseñarnos su mejor cara, muy alejada de esa que sus compañeros nos han intentado vender para desacreditarla.

Alba Carrillo es una persona especial que sabe pedir perdón cuando se equivoca. Tiene ramalazos que debería controlar pero que le salen a borbotones, como cuando alguien siente la necesidad de escupir un sufrimiento que lleva padeciendo bastante tiempo. Alba tiene la experiencia del dolor escrita en la cara. Un rostro que muestra rayos de esperanza por un futuro mejor. Un futuro que anhela, porque está claro que sus últimos años no han sido los mejores. Supongo que es una persona con heridas sin cicatrizar, aunque apostaría a que este concurso le está sirviendo para relativizar situaciones recientes que le han llevado a tocar fondo.

Me hubiera encantado poder disfrutar de Carrillo en Gran Hermano VIP, porque su personalidad para un programa de tales características supone un carácter de oro, y tengo el pleno convencimiento de que hubiéramos podido ahondar más en un temperamento digno de conocer.

No sé qué sucederá este jueves, pero creo que ella es la nominada que debería salvarse en primer lugar, aunque me ciño a lo que escribí en el post del lunes. Por lo que leo en diversas redes sociales y por mera intuición, supongo que estará entre los dos nominados con menos apoyo para seguir concursando en el programa. Sería una lástima. Alba le da un brillo especial a los concursantes que siguen con opciones al premio final. Aún no ha llegado su momento, se merece llegar a la final, de la mano de José Luis y de Iván, los mejores supervivientes de esta edición. Al fin y al cabo, Alba necesita sentirse querida y valorada, algo que debería empezar a hacer ella, porque me temo que no es consciente de lo que vale como mujer. La inseguridad que desprende, disfrazada en muchas ocasiones de prepotencia a modo de defensa no le hace ningún favor.