La llegada a Ucrania no se celebra como la de cualquier país. Los aeropuertos están plagados de carteles enormes en los que se puede leer "STOP corrupción". Decenas de policías invaden las salidas. Por suerte, en estos días son algo más prudentes con aquellos que llegan diciendo eso de "vengo a Eurovisión". 

BLUPER se ha desplazado hasta la capital ucraniana. En estos días se celebra en Kiev la 62 edición del Festival de Eurovisión después de que la cantante Jamala venciera el pasado año en Estocolmo. La canción con la que venció, 1944, que trata sobre la deportación de los tártaros de Crimea, ya dejaba claro que 2017 sería un año claramente marcado por la política en Eurovisión. 

Ucrania ha querido enseñar al mundo su parte más europea. Por eso se ha asegurado que sus calles son seguras ante los miles de turistas que han llegado en las últimas horas a Kiev para vivir el Festival de Eurovisión en primera persona, desde los fans de este certamen hasta la prensa acreditada. 

La seguridad se ha reforzado en Kiev con 3.700 nuevos agentes

Los medios locales estiman que se ha reforzado el sistema de seguridad en estos últimos días con 3.700 nuevos agentes. Los soldados de la Guardia Nacional de Ucrania y la Policía Nacional trabajan codo a codo desde el pasado domingo para que no haya ningún problema de seguridad.

Las instalaciones, un foco de policías

Como cada año, el estadio en el que se celebra el Festival no es lo único para lo que se prepara la ciudad. Kiev es una fiesta en la que se han organizado una gran cantidad de actividades para explotar al máximo este Festival de la canción. Una de las calles principales de la ciudad permanece cerrada para acoger el denominado Eurovision Village, un lugar en el que todos los días de la semana se celebran conciertos de artistas locales y participantes de Eurovisión. 

Mientras en ediciones anteriores este lugar siempre estaba colocado al aire libre y con entrada sin controles para los que quisieran asistir, en Kiev se han instalado instensos arcos de seguridad con decenas de periodistas que controlan a los que quieren entrar. Como viene siendo habitual en cualquier control de seguridad en Kiev, lo más controlado por los policías son los equipos de tecnología. Se debe demostrar que el aparato se puede encender en ese momento y funciona perfectamente para poder introducirlo en las instalaciones.

Autobuses con decenas de periodistas hacen visible la gran seguridad que existe en el estadio

Como pasa con este Eurovision Village pasa con el Euroclub, un local en el que se celebran conciertos nocturnos con las delegaciones, la prensa acreditada y los fans que quieran comprar su entrada. Pero queda claro que donde más seguridad se ha concentrado en estos días es en el Centro Internacional de Exposiciones de Kiev, lugar en el que se celebra el Festival y donde trabaja la prensa acreditada estos días. 

El estadio está rodeado por una cerca. A su vez, esta valla está protegida por militares cada tres metros que aseguran que nadie del exterior pueda entrar al recinto sin permiso. A sus alrededores llegan autobuses llenos de decenas de policías que hacen visible la gran seguridad que existe alrededor del centro. Se llega a dar la situación de que haya más policías en una misma habitación que periodistas o delegaciones.

Los allí acreditados conviven en todo momento con los policías, que comen y descansan en las mismas instalaciones en las que los periodistas trabajan. A pesar del gran número de jóvenes voluntarios que ayudan a que todo el mundo esté informado, la gran cantidad de agentes de seguridad en el recinto hace que sean ellos los que indiquen el camino apropiado. 

El primer año sin Rusia desde 1999

El conclicto existente entre Rusia y Ucrania ha tenido serias repercusiones este año en Eurovisión. El Servicio de Securidad de Ucrania decidía el pasado 22 de marzo prohibir la entrada en el país a la cantante Yulia Samoylova, la representante de Rusia.

Por decreto, todo ruso que haya visitado Crimea tras la reunificación, algo que queda registrado, tiene prohibido su ingreso en Ucrania. En el caso de Yulia, la joven ha visitado territorio crimeano como parte de una gira de conciertos, lo que suponía un impedimento para la cantante pueda actuar en Kiev.

La decisión, hecha pública por Elena Guitliánskaya, portavoz de ese organismo, prohibe a la rusa entrar en el país durante un periodo de 3 años. A pesar de los esfuerzos de la UER para que la cantante rusa participara a pesar de este conflicto político, Ucrania se negó a que Yulia pisara suelo ucraniano.