Pese a que se encuentra preparando su regreso a la pequeña pantalla con varias ficciones que ya ha llegado a presentar a varias cadenas, Manuel Ríos San Martín se encuentra centrado en un proyecto que en el que sigue creando historias.

El director argumental de Sin identidad, cocreador de Compañeros y guionista de Médico de familia, entre muchas otras series, acaba de lanzar su primera novela: Círculos. Esta, que ha contado con un lanzamiento inusual, es un thriller en el que la televisión tiene un papel fundamental. 

Pese a ser un gran creador de historias, Ríos jamás se planteó que su primera novela pudiera ser adaptada a la pequeña pantalla debido a dificultades técnicas. Así lo ha desvelado a BLUPER en una entrevista en la que analiza el pasado, presente y futuro de la ficción de nuestro país y desvela secretos de varias de sus series más aclamadas.

Acabas de lanzar tu primera novela, Círculos, que ha tenido un lanzamiento un tanto inusual: primero fue publicada de manera online y luego saltó al papel. ¿Cómo fue el proceso?

Hace año y medio más o menos terminé por primera vez la novela y también toda la parte gráfica que la acompaña (vídeos, fotos...) y no tenía claro que quería hacer con ella. No tenía muchos contactos en las editoriales así que pensé que sería difícil que la leyesen con interés. Decidí que la mejor manera de publicarla era la de crear una página web específica y tratar de vender el libro en formato digital por mi cuenta, a modo de experimento. Ese sistema tenía mucho que ver con el tono y la intención de la obra. Diseñé la web con el Grupo Ymer, que también me lleva la mía personal, y puse la novela a la venta tan solo en ese sitio. Había que darse de alta y pagar 4,99€. Era un sistema complicado, pero me daba mucha información sobre los compradores: sus gustos, sus motivaciones de compra, sus entradas en mi web… Hice un par de campañas pequeñas en Facebook y en Twitter, una presentación en Madrid y algunas entrevistas para darla a conocer. Pablo Álvarez, de la editorial Penguin Random House vio una de esas campañas y se puso en contacto conmigo precisamente a través de Facebook y me pidió leer la novela. Lo hizo, le gustó y me dijo que la retirase de la venta porque querían publicarla en Suma de Letras. Tan solo estuvo un par de semanas colgada en mi página web. A partir de ahí, junto a Gonzalo Albert e Iñaki Nieva, trabajamos un poco más algunos aspectos de la novela, los personajes, el grupo antisistema y la trama policial, y ahora se publica esta nueva versión con unas 80 páginas más. A mí me parece que esta versión es mucho más redonda (nunca mejor dicho). Y a la gente que ha leído ambas también se lo parece. Ya están llegando las primeras opiniones en webs y foros y están siendo increíblemente favorables.

¿Intentaste vender la historia a alguna editorial antes de autoeditar el libro y comenzar a venderlo por internet?

Sí, hubo algún contacto, como te comento, pero no se llegó a nada. En realidad, solo hablé con una editorial. La novela les gustó y me dijeron que, dependiendo del número de libros diferentes que publicasen al año siguiente, la publicarían o no. Al final publicaron menos de los que esperaban y Círculos se quedó fuera. En ese momento decidí que no quería depender de los demás y por eso tome la decisión de crear la web que antes os he comentado. No soy muy de estarme quieto, me gusta tomar la iniciativa.

¿Es difícil que, pese a tu trayectoria en creación de historias, una editorial apueste por una de tus novelas?

Sí y no. Por un lado, es verdad que ahora las editoriales se interesan mucho por el trabajo de los guionistas y cada vez hay más que escriben literatura, pero por otra parte esta no es la típica novela que las editoriales esperarían, más de público femenino, con una gran historia de amor. Eso las descolocó un poco.

¿Es más rentable para un "creador de historias" trabajar en televisión o editar novelas?

Rentable, rentable… Hacer una serie de televisión. De la literatura creo que no se puede vivir a no ser que tengas un gran éxito. Pero tiene su parte interesante. Y creativa, por supuesto. Una opción es intentar hacerte con un nombre a medio plazo. Pero es una inversión grande de tiempo. Ahora me tengo que replantear qué debo hacer al respecto. Todavía es un poco pronto, pero sí me gustaría escribir una segunda novela, si mi trabajo en la televisión me lo permite.

Supongo que, como director y guionista de televisión, no es una idea descabellada afirmar que Círculos está pensada para ser adaptada a la pequeña pantalla...

La novela está pensada como novela. He intentado que funcione como tal. Durante su escritura no me planteé en ningún momento el que fuera a ser llevada a la pantalla. De hecho, creo que se puede intuir al leerla. Hay muchos inconvenientes: transcurre en Londres, es bastante costosa, genera cierta incomodidad… Si hubiese pensado en hacer una serie o una película a posteriori todo eso me habría coartado. Ya está publicada. De hecho, en nada se está imprimiendo la segunda edición, lo que es una noticia estupenda. Ahora sí puede ser el momento de ver si se puede adaptar y, sobre todo, de pensar en cómo hacerlo, ya que creo que debería ser una coproducción internacional. Y eso complicado de montar. Debo intentarlo sin ninguna prisa. Es un proyecto en el que he ido respetando los tiempos sin precipitarme y seguirá siendo así.

¿Ves viable esa adaptación por parte de una cadena española?

Muy complicado. No es una serie para una cadena generalista. Ahora, con la llegada de Netflix o HBO se plantean nuevas situaciones, pero tampoco nos vayamos a creer que va a ser el chocolate del loro. Como mucho, desarrollarán uno o dos proyectos al año. No va a ser fácil ser uno de los elegidos. También está Movistar, que sí que va a producir bastante más. Por supuesto que hablaré con todos ellos. Pero sin prisa. Prefiero ir poco a poco, como te digo.

¿Cómo valoras el momento por el que atraviesa la ficción de nuestro país? Está siendo un tiempo de explosión creativa, exportabilidad, grandes ideas, pero los recursos siguen siendo escasos...

Veo a mucha gente muy crítica. Sin embargo, a mí me parece un momento interesante. Parece que hemos salido de la crisis, que fue muy dura. Y el que se hagan series tan diferentes como Sin identidad, Vis a Vis, Fariña, Sé quién eres o El Ministerio del Tiempo me llena de esperanza en el futuro de la ficción española. Por no hablar de los proyectos de Movistar.

No son pocos los productores que demandan más recursos. ¿Crees que realmente son necesarios?

Es evidente que con más recursos las cosas se harían mejor. Es una ingenuidad decir lo contrario. Es complejo explicar al espectador medio cómo condicionan los presupuestos. No es solo que haya más explosiones o más figurantes en una escena, es que haces un planteamiento distinto de las tramas y de los personajes. Por ejemplo, en Sin identidad nos decían que porqué Megan Montaner y Verónica Sánchez no estaban más tiempo juntas en pantalla y tenían una trama en común. Pues… por el presupuesto. Megan solo podía rodar la mitad de las secuencias. Eso quería decir que había que escribir veinte escenas sin ella. Y esto era así porque había tres días por episodio donde las unidades de producción se duplicaban. Tres días a la semana había que rodar con dos equipos al mismo tiempo y ¡ni siquiera Megan era capaz de estar en ambos a la vez! Por eso una trama la llevaba ella y la otra, normalmente, Verónica, porque nos parecía que era el personaje que mejor funcionaba para tener una trama secundaria propia. Si hubiese habido más dinero y más tiempo, no habría hecho falta doblar equipos y podrían haber tenido una trama conjunta. Es a este tipo de condicionantes a los que me refiero. Las producciones son muy complejas y hay que encontrar un formato que encaje en la historia y en el presupuesto. No vale cualquier cosa que se te ocurra.

¿Cómo valoras los acuerdos de coproducción con cadenas de otros países o plataformas de VOD como Netflix, como es el caso de El ministerio del tiempo?

Me parecen interesantísimos. Cada vez más las series de televisión rompen fronteras en un momento donde otros hablan de construir muros. Aquí vemos series suecas, noruegas, brasileñas o danesas, ¿por qué ellos no van a ver las nuestras? Si tienes una buena historia que contar es fácil que sea universal.

Últimamente estamos viviendo una crisis de audiencias en las ficciones. Pocas son las que consiguen renovar por una segunda temporada, y casi ninguna la que resiste a más de dos. ¿Qué cree que ocurre?

Bueno, yo lo matizaría. La mayoría de esas series se han pensado así, para pocas temporadas. Es el caso de Mar de plástico, de Sin identidad o de Sé quién eres. Yo creo que nos tenemos que acostumbrar a que convivan dos tipos de series: unas comedias más generalistas y amables que ronden el 20%, y unas series más adultas, que pueden ser policiacas o no, que con que estén en un 16% será suficiente. Yo veo que las cadenas apuestan por esta doble vía y que será rentable para ellas porque tienen un público de calidad y dan una buena imagen de marca. El espectador, poco a poco, va a ir haciéndose a series menos amables. Casos como el de Médico de familia no volverán. Pero sí gratas sorpresas como El Príncipe.

¿Crees que el futuro está en el video on demand?

Va a ir despacio, no nos engañemos. Las televisiones todavía dominan el mercado en España y las personas de más de 45-50 años les va a costar abandonar su consumo tradicional. Va a ser un goteo lento. Piensa que hoy en día la gente vive casi 90 años, eso implica que hay mucha población que seguirá consumiendo la televisión de manera tradicional. Lo bueno es que podremos elegir el modelo con más libertad. Habrá más opciones. Y la publicidad tendrá que reinventarse.

Fuiste uno de los creadores de una de las ficciones juveniles más longevas de nuestro país, Compañeros. ¿Crees que es posible que una ficción juvenil vuelva a copar el prime time de una cadena española? Las últimas fórmulas conocidas, como Dreamland, han fracasado en sus intentos...

Es complicado. La gente más joven sí que ha abandonado en gran medida la televisión generalista. Es difícil plantearse hacer una serie para ellos. Otra cosa es hacer una ficción adulta donde se les incluya. Eso sí que lo veo más factible. De hecho, ya pasaba en Compañeros, donde teníamos más público de 35 a 55 que de 14 a 35, por ejemplo.

¿Crees que las cadenas TDT deberían empezar a apostar por la ficción como hace Divinity con Yo quisiera?

Ojalá fuera así, porque se podrían hacer series diferentes a las que vemos normalmente, pero yo creo que no les salen los números. Las series son caras y o se hacen bien o es contraproducente.

¿Tienes algún nuevo proyecto en desarrollo para televisión? ¿Qué nos puedes contar de él?

Siempre tengo nuevos proyectos en marcha, hay algunos presentados ya a las cadenas, de los que, evidentemente, no puedo hablar. En esto momento estoy bastante centrado en el thriller. Estoy desarrollando dos muy diferentes junto a Mónica Martín-Grande y ya hemos hablado con un par de productoras. Veremos qué sucede. También estamos con alguna comedia más familiar que, como he dicho antes, creo que es una demanda constante. Ahora mismo no existe “la familia del siglo XIX” y creo que sería interesante crearla. Es un reto.