Cuando Fernando Guillén Cuervo contaba a finales de abril que “en principio hay segunda temporada de El Caso. Podemos respirar tranquilos”, muchos sabíamos que aquella tranquilidad no se iba a dar. Y así ha sido. RTVE informaba este jueves que no renovaría la ficción de Plano a Plano por una segunda temporada.

Es cierto que las audiencias de la ficción no han sido las esperadas. Sin embargo, durante sus últimos episodios fue mejorando hasta alcanzar un 12,2% en su último capítulo y una cuota media de temporada de un 10,5%, medio punto por encima de lo conseguido por la cadena pública durante su periodo de emisión.

Por ello, surge la duda, ¿debe una televisión pública sin publicidad guiarse sólo por las audiencias para renovar o cancelar una serie? Definitivamente, no. Y menos en un caso cómo éste en el que la incompetencia de los programadores de TVE les llevó a programar de forma horrorosa su primer capítulo: frente a un partido de Champions en Antena 3 y sólo siete días antes de Semana Santa.

Con una TVE completamente desprestigiada y hundida, El Caso había supuesto un soplo de aire.

Obviamente, la serie se resintió. Y aunque aguantó el tipo con 2,5 millones de espectadores, ya estaba herida de muerte. La semana siguiente, ya con la competencia de Allí abajo y La que se avecina, la ficción cayó hasta un 12,5% y en su tercera semana hasta un 9,6%. Y mientras, en TVE, sin la mínima intención de moverla de día.

Por ello no es de extrañar que al final hayamos tenido portadón en El Caso anunciando el asesinato de su propia serie. Una lástima. TVE está falta de series de buena calidad. Y ésta lo era. Tenía sus fallos, como todas. Pero nunca sabremos si sus responsables habrían sabido solucionarlos en una segunda temporada.

“Merece la pena mantenerla. Es una serie que tiene muchísima calidad, en la que se ha hecho una buena inversión, se ha apostado por ella, se ha reeditado la revista El Caso. Estamos muy contentos con el resultado. Ha habido unanimidad de crítica de industria y público”, decía Guillén Cuervo.

No le faltaba razón. En una época como la actual, con una TVE completamente desprestigiada y hundida, El Caso había supuesto un soplo de aire. La palabra calidad se repetía una y otra vez en los medios. En nuestro caso, además, en el de Bluper, El Caso nos sirvió para jugar con la historia real de este semanario y recordar el amarillismo de la prensa de la época.

Pero ya saben, en TVE prefieren dilapidar el dinero en derechos deportivos que pueden adquirir las televisiones privadas o comprar la versión americana de Los misterios de Laura en vez de renovar la original en una de las decisiones más estúpidas que se recuerdan en nuestra televisión.

Gracias El Caso. Por creer que otra ficción es posible. Por tus cómic y juegos en la web. Por descubrirnos nuevos talentos. Por enseñarnos a los periodistas más jóvenes cómo eran las redacciones de la época. Por proporcionar calidad y reconocimiento a la televisión pública. Simplemente, gracias.