Allí abajo sabe que se la esperaba con ansia. Aquí ya nos conocemos todos y no hace falta presentaciones. Han pasado unos cuantos meses desde la última vez que nos vimos. Para ellos y para nosotros. Los personajes van reapareciendo a cuentagotas, sabiendo que les echábamos de menos. Sólo faltan aplausos cada vez que uno de ellos sale a escena.

La serie de Antena 3 se olvida de llevar en la chepa una carga llamada Ocho apellidos vascos como le pasó en la primera temporada. La comedia ahora tiene identidad, idioma y libro de estilo propio sin necesidad de mirar la ventana del vecino. Allí abajo ahora es el referente y la comedia a la que hay que tener en cuenta.

Ya sabe lo que funciona. Lo poco que no funcionó. Lo que piden los espectadores. Lo que exigen los espectadores. Y si algo gustó de la primera temporada de Allí abajo fue el buen elenco de secundarios que otorgaron frescura a la televisión que nos tiene acostumbrados a nombres demasiado manidos y usados en numerosos proyectos continuos. 

La televisión nos tiene acostumbrados a actores demasiados manidos y usados

Mientras series como Bajo sospecha están llenas de nombres requeteutilzados en televisión, Allí abajo apostó por crear nuevos líderes de la manada sin miedo a que el ser poco conocidos rebajase el nivel de la serie. Y han sido esos secundarios tan bien elegidos los que salvaron una serie encabezada por una María León y un Jon Plazaola apoteósicos. 

En esta segunda temporada se explorará mucho más la vida de estos secundarios que se ganaron el favor del público y que demuestran que lo estereotipado funciona. Coronan esta cantera Noemí Ruíz, la jefa de la clínica, las tres vecinas de Carmen (María León) y la ya famosa cuadrilla del norte. En este primer capítulo de su segundo año incidiremos en estos personajes sin girar el timón y perdernos la historia de amor protagonista. Por suerte, este año tenemos a una Maritxu sin problemas de salud que nos promete secuencias históricas. Robaescenas de lujo.

Si bien nos podríamos quedar en una comedia bien guionizada, también es una comedia que no se olvida de la delicadeza a la hora de rodar. Destacado es el plano secuencia que María León protagoniza por la Clínica Hispalis para recuperar aquellos rincones y personajes a los que añorábamos.

Se promete como un hueso duro de roer para la noche de los viernes

Por mucho norte que haya en este arranque, Allí abajo no deja de ser una serie cálida y se promete como un hueso duro de roer para la noche de los viernes que nos tiene poco acostumbra a consumir ficción. 

¿El pero? Quizá el de siempre. El repetitivo e insistente debate sobre las series de 70 minutos se agudiza en las comedias. Mientras los dramas llevan mucho mejor eso de rellenar las tramas con escenas que podrían ser eliminadas, a la comedia le cuesta mucho más mantener en alto la risa durante más de una hora de capítulo. Aunque Allí abajo no aburre sería redonda con algunas escenas menos estiradas. Obligación de la televisión que nosotros consumimos, ni de la cadena ni de los creadores. Recuerden.