La 60º Festival de Eurovisión arranca esta noche en Viena con mucha más incertidumbre que en los últimos tres años, donde Suecia, Dinamarca y Austria se convirtieron en las favoritas nada más producirse los primeros ensayos.

Las casas de apuestas se decantan por Suecia e Italia. Pero la sensación generalizada entre la prensa acreditada en el Weiner Stadhelle es que podría haber alguna sorpresa de última hora. 

Entre las propuestas que más destacan de la primera semifinal, dos países que han sorprendido de forma sobresaliente: Bélgica y Estonia. La primera por la frescura de su tema y una puesta en escena minimalista. Y la segunda por una escenografía digna de los mejores videoclips.

Tampoco deberían tener muchos problemas para alcanzar la final del sábado 23 de mayo la desgarradora I'm alive de Albania o el himno A million voices de Rusia. El pase de Georgia dependerá mucho de la afinación de su intérprete, que durante los últimos días ha tenido serios problemas de garganta.

No será una sorpresa el pase de Finlandia, aunque no será evidentemente por la fortaleza del tema. El Weiner Stadhelle ha recibido de una forma un tanto fría la apuesta de este grupo de rock con síndrome de down.

Grecia, Serbia y Bielorrusia también han sido algunos de los países mejor recibidos en los ensayos generales. No obstante, como suele suceder cada año, a buen seguro habrá alguna que otra sorpresa.

Todo puede pasar con las candidaturas de Países Bajos, Armenia, Dinamarca, Macedonia, Hungría, Rumanía o Moldavia.