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Allá por 2005, en la cadena argentina Canal 13 se estrenó una serie que se convertiría en todo un fenómeno que traspasó fronteras y que puso el foco en la ficción latinoamericana más allá de las telenovelas. Se está hablando de Mujeres asesinas, cuyos primeros episodios cumplen justo 20 años en este 2025.

Basada en el libro homónimo escrito por Marisa Grinstein, en el que la periodista documentaba casos reales de homicidios y asesinatos perpetrados por mujeres, la serie se adelantaba dos décadas a la moda del ‘True Crime’, al adentrarse en la crónica negra argentina con un enfoque femenino inusual.

El concepto era novedoso por realizar un perfil exclusivamente femenino sobre la crónica negra. Habitualmente, los crímenes de sangre suelen tener un asesino masculino detrás. En un extenso reportaje publicado en El País en 2018, de los 632 homicidios y asesinatos cometidos en España en ese año, el 90% fueron cometidos por varones y el 10% de ellos lo fueron por mujeres.

De hecho, en el propio libro de Grinstein, la periodista ya señalaba por qué buscaba profundizar en los motivos que las llevan a ellas a matar. “Las 14 asesinas de este libro tienen algo en común: esperaban para sí mismas un destino mejor”, expresaba la autora en el prólogo.

“Como casi todas las mujeres del mundo, vieron que sus vidas estaban tomando un matiz que poco tenía que ver con lo que habían imaginado. Pero mientras hay quienes aceptan la derrota con cierta soltura y hasta con resignación, otras se vuelven violentas, enloquecidas, tremendas”, escribía.

Nacha Guevara en una imagen promocional del episodio 'Yiya Murano, envenedadora' de la segunda temporada de 'Mujeres asesinas'. Pol-Ka

“Frente a la infidelidad de un marido, algunas lloran, arman un escándalo y amenazan con abandonarlo. Otras, lo rocían con ácido. Algunas se sienten traicionadas por una amiga y dejan de hablarle, otras le parten la cabeza con una piedra”, añadía en otro revelador párrafo.

Y esos casos, que convirtieron al libro en un best-seller en su Argentina natal, trascendieron y se convirtieron en conocidos mundialmente con la producción de la serie, cuyas emisiones comenzaron en el invierno austral de 2005.

Dolores Fonzi en una escena de 'Claudia Sobrero, cuchillera', de la serie antológica 'Mujeres asesinas'. Pol-Ka

El 19 de julio de 2005, el público vio el caso Marta Odera, monja, en el que una exreligiosa mataba a su exnovia de 161 apuñaladas. En un momento en el que los ‘True Crime’ y las ficciones sobre el género no abundaban, Mujeres asesinas fue todo un fenómeno que fue cautivando con sus siguientes episodios.

Comienza el fenómeno

Concebida como una serie antológica, los primeros episodios adaptaban los casos que narraba Grinstein en su libro. De hecho, el acuerdo original era adaptar 12 de los 14 capítulos del libro, en el que se recogían testimonios de personas relacionadas con cada caso. Pero el éxito obligó a replantearlo todo.

Además del caso de Marta Odera, la primera temporada (así como el libro) ahondaba en otros famosos crímenes cometidos por mujeres como el de Claudia Sobrero, responsable de la muerte del dibujante Lino Palacio en 1984 y que escandalizó completamente a la sociedad del país sudamericano en su momento.

Nancy Dupláa y Celeste Cid en el episodio 'Laura, abandonada' de la serie antológica 'Mujeres asesinas'. Pol-Ka

También el de la cocinera libanesa Emilia Basil, quien mató a su amante y luego optó por cocinarlo y hacer empanadas árabes con él, que vendió posteriormente en su restaurante; el de Marta Bogado, una mujer que mató a sus dos bebés; o el de Yiya Murano, quien envenenó a varias amigas a las que estafó y que llegó a aparecer en su propio episodio para defender su inocencia.

Tal fue el éxito que produjo, especialmente teniendo en cuenta que la ficción se emitía en el late night, que la serie tuvo que extenderse más allá de los casos que se citaban en los libros, inspirándose en investigaciones de crónica negra de la propia Marisa Grinstein.

Parte del éxito fue su gran impacto social tanto en Argentina como en Latinoamérica. En varios episodios se profundizaba en problemáticas que afectan a la sociedad como la violencia machista o los feminicidios, aunque desde una perspectiva en la que las víctimas, en varias ocasiones, terminaban siendo las victimarias.

Actores de primer nivel

Mujeres asesinas trascendió y el fenómeno desembocó en 4 temporadas y un total de 78 episodios, emitidos entre 2005 y 2008. Grinstein terminó lanzando dos libros más con casos que se vieron también en la serie. La ficción se alzó con seis Premios Martín Fierro, los más importantes de la industria televisiva argentina.

Cabecera primera temporada 'Mujeres asesinas'

La ficción contó con la participación de más de 157 actores, varios de ellos fueron intérpretes de primera línea de la industria argentina, como Cecilia Roth, China Zorrilla, Juana Viale, Dolores Fonzi, Andrea del Boca, Andrea Pietra o Nacha Guevara. También elenco masculino reconocido como Norman Briski, Felipe Colombo, Adrián Suar, Jorge D’Elía, Daniel Hendler o Diego Peretti.

Pero Mujeres asesinas trascendió fronteras, viéndose en varios mercados internacionales y llegando a países donde, habitualmente, sólo las telenovelas latinas han solido llegar como Francia, Israel, Estados Unidos, Italia, Canadá o España.

El fallido remake español

En el caso del mercado español, se pudo ver en televisiones de pago y temáticas, como Calle 13. De hecho, hubo un intento de realizar un remake en España de la ficción.

En noviembre de 2008, se supo que la productora BocaBoca estaba preparando una versión propia, con el mexicano Pedro Torres como asesor. Sin embargo, el proyecto no llegó a buen puerto. Lo más cercano a una propuesta así fue el ‘True Crime’ Asesinas, en laSexta en 2024.

No hubiera sido extraño que hubiera un remake español. El fenómeno provocó que varios países como Colombia, Italia o República Dominicana optaran por hacer remakes de los episodios de la serie original.

El más famoso fue el de México, que optó por reconvertir el espíritu del ‘True Crime’ en una serie policíaca procedimental, con personajes fijos que abordaban cada caso.

La versión mexicana fue ampliamente difundida, llegándose a ver en España por FDF. Como pasaba en la original argentina, el remake del país azteca contó también con actores muy reconocidos en la industria latina, como Verónica Castro, Cecilia Suárez o Edith González. Con tres temporadas, entre sus actrices protagonistas estuvo Elsa Pataky.

Elsa Pataky y Karyme Lozano en el episodio 'Ana y Paula, ultrajadas' del remake mexicano de 'Mujeres asesinas'. Televisa

El éxito de la versión mexicana

Tal fue el fenómeno que causó este remake, que en 2022 surgió un reboot. Esta nueva versión mezclaba casos de los libros de Marisa Grinstein con otros propios de la crónica negra del país norteamericano. En esta ocasión, se optó por el enfoque ‘True Crime’ que estuvo presente en la serie original argentina.

Esta nueva versión mexicana, al contrario que el remake de 2008, sí que ha contado con el apoyo de la crítica, consiguiendo obtener un prestigio similar al de la ficción antológica de 2005. Con tres temporadas (que en España se pueden ver en Atresplayer a través de Vix) y una cuarta confirmada, esta producción también contó con una actriz española, dado que Jedet protagonizó un episodio, en el que interpretaba a una asesina trans.

Jedet en una imagen promocional del reboot mexicano de 'Mujeres asesinas'. TelevisaUnivisión

El éxito de esta nueva versión recuerda que, 20 años después, el espíritu de crónica negra de Mujeres asesinas está más vivo que nunca y que ese enfoque femenino sobre el asesinato sigue presente.

Ya lo escribía Grinstein en el prólogo del primer libro: “Ningún hombre lo podía haber hecho mejor. Acaso actuaba impulsada por una visión femenina de la vida. En su descuartizamiento tal vez estaban presentes siglos de humillaciones, de desigualdades, de conquistas que nunca terminan de afianzarse”.

Un espíritu justiciero sobrevuela, a veces, estos actos atroces […] [Las asesinas] Intuyeron una línea directriz que las conducía a la desgracia. Matar, entonces, no tenía más significado que empeorar un poco las cosas”, concluía ese prólogo sobre los casos.