Negar la evidencia no elimina el problema

El negacionismo emplea la media verdad para confundir al ciudadano que parece haber olvidado o nunca aprendido de los errores del pasado. Los diversos frentes en los que nos encontramos, siempre enfrentan al fanatismo de la maldad con sus mil caras, con la verdad de la realidad.

Así, se ha pasado de negar el holocausto, a reconocerlo e incluso a valorar su utilidad. De negar las atrocidades de las dictaduras de todos los colores y signos políticos, a ensalzar las mismas.

Los fantasmas del pasado, vuelven para convertir los sueños en pesadillas que aceleran nuestro corazón y nos acercan al abismo de la oscuridad, donde habitan los monstruos que poco a poco se han hecho con el poder en algunas naciones víctimas de su ignorancia. Esos monstruos pronto caerán, no es fácil, nada lo es, la libertad se consigue con sufrimiento, lucha y verdad.

Mención especial, merece el cambio climático, la amenaza que primero se ocultó, luego se ridiculizó y ahora se matiza por parte del poder financiero que se mueve por codicia y egoísmo, sin importar el futuro de la humanidad, ni de sus propios hijos. Como colaboradores con grandes intereses, están determinados líderes de naturaleza dictatorial, que niegan la evidencia por pura maldad sin límites y falta de conciencia, quedando claro su escaso equilibrio que pone en peligro a millones de personas, incluso, la de los que de forma inconsciente, abocados al desastre, les apoyan fielmente.

El ciudadano que mira a otro lado, que aguanta, o que apoya a estos dictadores, un día no lejano, dirá, hasta aquí han llegado, tomo conciencia, me cambio al lado de la realidad de la verdad, mi futuro y el de los míos está en juego.

Negar la evidencia, no elimina el problema, los aumenta.