Destruir el símbolo

Cabalgata de Reyes de Madrid Carmen Suárez

Si algo caracteriza al ser humano, al hombre, no es el lenguaje, como muchos creen. Pues hay muchos estudios de etólogos que concluyen que numerosos insectos, concretamente himenópteros (abejas y hormigas) tienen una especie de lenguaje con el que comunican a otros miembros de su comunidad donde encontrar la fuente de alimentación. También sabemos que los cetáceos y en especial los delfines poseen un complejo lenguaje de ultrasonidos, del cual apenas conocemos el abc. Como iba diciendo, lo que realmente nos identifica es el uso de símbolos: el simbolismo.

Gracias a los símbolos hemos desarrollado diversos y complejos sistemas de escritura, de manera que plasmamos nuestros pensamientos, ideas, teorías, fantasías y temores. Pero el simbolismo inunda nuestra vida, y nuestra comunicación no verbal, el uso de colores, banderas, logotipos, es empleado por los países, equipos deportivos, las empresas, además es internacional. Incluso la forma de vestir, de peinarnos, de adornarnos (pendientes, collares, tatuajes) son también parte del simbolismo.

Son numerosos los artículos que recientemente hablan del uso del lenguaje, de la lucha por la conquista del relato, también otros hablan de la tolerancia, de la diversidad y del respeto. Habitualmente se exige para “lo mío” pero no para “los demás”. Y así en esta guerra incruenta, de momento, la tregua navideña ya no se conserva. Vale poner una celda en media de la ciudad, pero no se vería con buenos ojos poner una sepultura o un ataud.

Pero lo más deleznable es como en esta guerra simbólica, ahora lo último es tergiversar los mismos. De poco tiempo a esta parte los Reyes Magos, son el objetivo de los falsos “progres”. Los Reyes Magos para empezar no son reyes como entendemos la palabra, supeditada a una Monarquía. Sólo aparecen citados y sin precisar su nombre, ni origen exacto, en el evangelio de S. Lucas. Dicho evangelista era médico y la tradición dice que lo fue de la Virgen María, por lo que es él que más detalles da de la infancia de Jesús, ya sabemos que las madres guardan en su memoria y corazón todas las anécdotas de sus hijos. Sí eran magos, pero no en el sentido de Houdini, David Copperfield, Gandalf, Harry Potter o el simpático Tamarit. Eran magos porque se dedicaban a buscar respuestas a la tercera pregunta fundamental del ser humano: ¿A dónde vamos?. 

Por ello con posterioridad la tradición comenzó a representarlos por los tres continentes entonces conocidos, según sus razas, blancos, trigueños y negros. Y se les dió la categoría de reyes para indicar subversivamente que hasta los poderosos eran insignificantes ante este niño, que era Dios.

Tras esta aclaración conocida por muchos pero que la falsa progresía obvia para manipular y pervertir los símbolos, obviamente los de otros, a su antojo en connivencia con las plutocracias políticas, las oligarquías económicas y los lobbys sexuales, hemos de resaltar que las críticas empezaron por la “desnaturalización” de Baltasar, curiosamente nadie habla de lo poco naturales que son la mayoría de sus pajes. Para posteriormente, o bien degradarlos a magos que ni siquiera aprobarían el examen a la famosa escuela de Hogwarts de la saga de Harry Potter, o peor, transformarlos en iconos de la mal denominada ideología de genero.

Pero como esto no es suficiente ahora desde las escuelas algún desalmado profesor les cuenta a sus pupilos que los señores Melchor, Gaspar y Baltasar no son tres sino dos y que son sus progenitores o el imbécil (segunda aceptación de la RAE que es poco inteligente o se comporta con poca inteligencia) del Baltasar naturalizado de Andoain, es de esperar que la plataforma republicana y vasca independiente de Andaóin se movilice para la expatriación de dicho monarca que es tan idiota (RAE persona poco inteligente) como otros personajes reales de nuestra historia y que echamos de España por menos.

Lo revelador de este intento de tergiversación del símbolo solo afecta a los Reyes Magos. No veo que nadie se queje porque el Olentzero sea un muñeco de papel cartón y no una persona, y que no sea además una etxekoandre o una lamia drag queen.

Ni que tampoco se metan con el Papá Noel, claro que éste está patrocinado y sustentado por el capital que les apoya para destruir al símbolo que más teme el poder económico. 

Ese símbolo se hace real en un niño que habla de un intangible inmaterial que es el amor al prójimo y el respeto al otro, por lo que es. Y que además se manifiesta haciendo que los ricos y poderosos se arrodillen ante él, y eso no les gusta, ni a quienes controlan el poder económico y financiero ni a sus lacayos la falsa progresía alienada por el hedonismo.