Del materialismo de Gustavo Bueno a la razón manual de Manuel F. Lorenzo

El que quiera saber algo sobre la verdad que preste atención a la filosofía, no a las ideologías. Las ideologías se fundamentan en intereses y sus partes más nobles giran en torno al diálogo. En cambio, la filosofía es rigurosa, se fundamenta en la Teoría del conocimiento o epistemología y en la Ontología o filosofía del Ser. El diálogo deriva en dialéctica. Y la verdadera filosofía es sistemática, forma sistema. Todas la filosofías que no forman sistema son como los libros de autoayuda. Una indecencia, decía Ortega.

Manuel Fernández Lorenzo, profesor de filosofía en la Universidad de Oviedo, acaba de publicar La Razón Manual (Edit. lulu.com Carolina del Norte. EE.UU). Es un libro de filosofía sistemática, no un ensayo. Nos presenta una Teoría del Conocimiento (gnoseología operiatológica) cuyo fundamento racional son la manos, no la conciencia, y una Ontología (operiatología ontológica) donde tritura la idea de Materia de Gustavo Bueno, su estructura materialista y sin vida, de corte escolástico. Se trata de un nuevo sistema filosófico. En España se suma al de Ortega y Gasset (Raciovitalismo), al de Eugenio Trías (Filosofía del límite) y al Materialismo filosófico de Bueno. 

En La Razón Manual, Fernández Lorenzo, a través de un método constructivista deductivo que parte de una estructura sintáctica (Términos, Operaciones, Relaciones), recoge las aportaciones de Fichte (yo/no yo), la Teoría de los Tres Reinos de Simmel, los Tres Mundos de Popper, los Tres Géneros de Bueno y la Teoría de las Tres Potencias de Schelling, cuyos inicios se rastrean en Leibniz y cristalizan en la ontología ternaria de Wolff, que sirvió de modelo a Bueno, pero este, al anteponerlo a su gnoseología, colocó el carro antes que los bueyes. Es así, por mucho que ahora se le quiera "agiornar", asegura F. Lorenzo. 

La filosofía de La Razón Manual inaugura un pensamiento antes inexistente. El autor lo denomina Pensamiento Hábil. Es un vitalismo. Considera la vida como realidad radical en sentido de Ortega. Pero al seguir procedimientos científicos positivos de la Psicología Genética de Piaget, coloca las raíces últimas del conocimiento humano no en la conciencia ni en la materia, sino en una realidad intermedia, en la actividad biológica propia del organismo humano. Por tanto, su fundamentación ontológica posee un carácter pre-reflexivo, previo al mentalismo contemplativo, a eso que está a la vista. Antes del ojo que ve, está la mano que toca para saber cómo es eso que ve.

El Sujeto transcendental es el propio sujeto corpóreo operatorio en tanto que dotado de capacidad para dar forma a las cosas con sus manos ("datur formarun"). De esta manera establece lazos o relaciones entre los objetos. Es un Sujeto corpóreo, vivo, no materia muerta como en la Ontologia de G. Bueno. En la filosofía de la Razón Manual la Idea de Vida se presenta como idea fronteriza (Trías), como realidad limítrofe dada "in media res", entre Materia y Conciencia que no podemos traspasar a no ser que incurramos en dialelo, en círculo vicioso.

Manuel F. Lorenzo fue alumno de Gustavo Bueno. Con él realizó su tesis doctoral publicada bajo el rótulo La última orilla (Ed. Pentalfa. Oviedo, 1989), en torno a la filosofía de Schelling. Comienza a concebir su Pensamiento Hábil contra el Pensamiento Débil de G. Vattimo, hacia mediados de los años 90 del pasado siglo. Pero es en el 2007 cuando publica Introducción al Pensamiento Débil al que seguirán Principios Filosóficos del Pensamiento Hábil (2009), Del Yo al Cuerpo (2011), Pensar con las Manos (2017) y luego La Razón Manual (2018) aquí comentado. Además de diversos artículos en varias revistas de filosofía es autor de La Rebelión de la Minorías (2006), cuyo concepto se acuña por primera vez en referencia a las minorías nacionalistas. En defensa de la Constitución (2011).  En 2014,  Meditaciones Fichteanas en una editora alemana (Logos Verlag Berlin GmbH). Las demás, en la editora de EE.UU antes mencionada. 

Causa estupor pensar cómo en la Fundación de Gustavo Bueno, transidos por una especie de hipócrita indiferencia, apenas le presten atención y que en España, cuyo nivel filosófico actual, comparable al Alemán del siglo XIX, suceda algo parecido. En nuestra nación florece un siglo de oro de la filosofía. Ni en Europa ni en América han sido capaces, a partir de la segunda mitad del siglo XX, de elaborar ni un sistema filosófico. Vivimos la mayoría de los españoles bajo la opresión de un globalismo mal entendido que se expresa en una descarada dictadura de los partidos políticos.

F. Lorenzo, colaborador de  EL ESPAÑOL en el Blog del Suscriptor, aparte del propio, es el único medio donde publica habitualmente. Esta escasez publicitaria de un filósofo importante apunta a un viejo problema que arruina a España: la ausencia y huida de los mejores. Necesitamos un vuelco radical para que no se imponga la dictadura de las minorías o como dice el autor del Pensamiento Hábil : "Los nuevos tiranos".