Ben Hur en Mérida. Todo bien pero...

Eva Isanta

La versión que Nancho Novo ha presentado a este 64º Festival de Teatro Clásico de Mérida es divertidísima, tanto que en las más de dos horas de espectáculo no le da tiempo al espectador de darse cuenta de quién es quién ni de cuántos personajes representa cada uno de los actores. 





El montaje faraónico distraía al espectador de lo más básico: se citó en alguna parte del diálogo a la Diosa Ceres, que preside el Teatro Romano de Mérida… pero no había rastro de ella para los espectadores de la zona media y baja. Un gran telón a modo de pantalla de cine servía de apoyo a la historia pero de pérdida de visión del escenario que es el principal protagonista de este festival. 





La sobreactuación de alguno de los personajes fue magnífica, lo esperado para una comedia latina. Sin embargo, dos sobresalieron muy por encima del elenco: Richard Colins Moore, en sus infinitos registros, se propuso levantar con eficiencia un montaje por momentos chusco. La vis actoral del británico dejó en calzoncillos a todos los otros papeles masculinos de la historia. Cantante, poeta, mesías, capitán de barco romano… Todo para él fue poco. 





Pero sin duda la gran actuación de esta comedia loca, sin sentido ni guion creíble fue Eva Isanta, la salvadora de una obra que podría ser un montajito curioso para un teatro cualquiera pero que se presentó con descaro en el templo del teatro clásico. Isanta es una actriz cuyo istrionismo (en el mejor y más actoral sentido de la palabra) permite que se la pueda tomar en serio en pleno soliloquio dramático mientras viste de buitre emplumado. Isanta es la reina de la comedia española, su dramatismo y sus registros son tan sorprendentes fuera del hábitat televisivo que bien valdría la pena verla en un papel trágico al más puro estilo grecolatino como Medea.





En definitiva, Ben Hur en Mérida fue un espectáculo que bien podría haberse disfrutado en cualquier pequeño teatro sin necesidad de neutralizar la vistosidad del monumento emeritense. Dicho lo cual… ¡Qué buena es Eva Isanta!