La lógica de las pensiones

Manifestación en las calles de Bilbao en demanda de pensiones justas.

Ofende a la inteligencia escuchar a todos nuestros políticos decir que las pensiones están garantizadas. La pensión no es otra cosa que un seguro mediante el cual el trabajador hace unas aportaciones periódicas, para disponer de ese dinero cuando se jubile. Pero el Estado se ha gastado ese dinero hace muchísimos años y ha instaurado un sistema de reparto, por el cual las pensiones se pagan con las aportaciones de los trabajadores actuales. Por tanto las pensiones no están respaldadas por un capital (única manera de afirmar que están garantizadas), si no que dependen de un factor inestable y estacional, como es la cantidad y calidad de trabajo que haya en el país.

Para garantizar las pensiones habría que evolucionar hacia un sistema de capitalización. Las cuotas a la seguridad social que pagan los trabajadores, en vez de dárselas a Montoro, deberían de ingresarse en una cuenta personal del trabajador que quedaría bloqueada hasta su jubilación. Entonces sí, el trabajador podría tener la seguridad de que su pensión está garantizada.

Pero nuestros políticos van a seguir engañándonos, nunca reconocerán la realidad y mantendrán el insostenible sistema de reparto hasta la quiebra. El gobierno de turno capeará el temporal a corto plazo y el que venga luego ahí se las componga. Crearán toda suerte de nuevos impuestos para intentar sostener el engaño, estrangulando aún más la economía, y así tratar de tapar el agujero de 18.000 millones de euros anuales (y subiendo) de déficit de la seguridad social.

Una estafa piramidal es aquella en la que no existe actividad productiva real que genere beneficios, si no que los beneficios se pagan con el dinero que invierten los nuevos inversores. La pirámide se sostiene mientras los nuevos inversores sean significativamente más que los antiguos, pero la pirámide se quiebra cuando se invierte, y la base de la pirámide es menor que la cúspide. Esto es exactamente lo que sucede con las pensiones en España, son una monumental estafa piramidal.

Además las políticas que se siguen de promoción y subvención del colectivo LGTBI, de crear leyes para que el 50% de los directivos de las empresas sean mujeres, o de machacar social y fiscalmente a la familia tradicional, lo que hacen es disminuir la natalidad (España es el segundo por la cola en el ranking mundial) y así la base de la pirámide acelera su reducción. Ya se oye crujir toda la estructura.

Por tanto el activo del actual sistema no es el dinero, si no que son los trabajadores. Pero resulta que a estos trabajadores no los ha creado todo el mundo, si no que los han creado las personas que han tenido hijos. Estas personas han invertido 25 años de su vida y cientos de miles de euros en crear el capital humano, que es el único activo del sistema de pensiones. Los que han aportado el activo deben ser los beneficiarios del sistema.

Por otro lado hay otras personas que han preferido ser CEO en vez de madre, bailar la conga el día del orgullo gay, o gastárselo en copas en vez de pagar colegios. A estos ni un duro. Pura lógica.