LIBROS

'El malvado IBEX'

ibex Efe

El periodista José García Abad acaba de publicar El malvado IBEX, o de como los lobbies o grandes grupos empresariales presionan en el entorno político. En tiempos de Franco, se hablaba del ejército y la Iglesia como “poderes fácticos”. Hoy entiendo que la banca y muchas de las empresas del Ibex 35 tienen el mismo poder e influencia en la política que los citados poderes del franquismo.

García Abad llamó a Jordi Sevilla para la presentación de su libro, quien por su parte defendió la salud democrática y la independencia del poder político: “Cojamos desde 1977 hasta aquí las 100 o 200 medidas más importantes que ha lanzado cada Ejecutivo. Y analicemos qué lobby está detrás de ellas. Nos llevaríamos una sorpresa. Porque la mayoría están hechas contra los lobbies empresariales, que pensaban otra cosa. Porque nuestros gobiernos democráticos han sido gobiernos democráticos. Se habrán equivocado o no. Pero sus decisiones no han estado hechas por presiones espurias de grupos de interés”.

Sin embargo, García Abad señala que el Consejo Empresarial de la Competencia busca influir en política. Explica el origen de su obra de esta manera: “De pronto veo que aparece un nuevo personaje político al que la prensa llama Ibex. Y Pablo Iglesias le dice a Pedro Sánchez: “¿Usted con quien está, con el Ibex o con el pueblo?”. García Abad se refiere a la sospechosa coincidencia de intereses en actores contrapuestos: “Me encuentro con un monstruo en el que estaban representados banqueros y empresarios. Y hay que pensar que quienes defienden intereses tan antagónicos o que pretenden es influir políticamente”. Y lo cierto es que ha habido gobiernos que han indultado a banqueros. Y recuerdo perfectamente una frase de Pepe Blanco: “con los bancos, paciencia infinita”. El libro toma como referencia a la banca, la construcción y las eléctricas: “a las empresas eléctricas hay que atarlas en corto, tienen un poder impresionante”.

La última entrevista al exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez en Salvados con Jordi Evole, hablaba de estas interferencias. La entrevista, puede que estratégicamente no fuera buena, puede que políticamente no le beneficiara, pero estoy convencido de que no mentía. Las circunstancias me las había explicado mi garganta profunda en Ferraz en los días en los que, conociendo lo que se les venía encima, resistían en la madrileña sede como en el Álamo. Las grandes multinacionales españolas donde muchos políticos se sientan tras su paso por la actividad quieren ejercer y ejercen influencia en los partidos políticos, y en los medios de comunicación, especialmente los impresos, que dependen en gran medida de la financiación de la banca, de donde obtienen casi más que de la publicidad gubernamental. Que se lo digan, por ejemplo, a los directores de los principales medios de comunicación escritos recientemente destituidos. Vale.