Si hay un sector que está de moda para aquellos que se quieren subir al carro de la 'independencia financiera', ese es el ladrillo. En los últimos años, coincidiendo con los máximos históricos en los precios de la vivienda, el interés por la inversión inmobiliaria no ha dejado de crecer.
Una tendencia que ha sido aprovechada por expertos y divulgadores en redes sociales, como el zaragozano Carlos Galán, inversor y creador de contenido en el canal de YouTube 'Libertad Inmobiliaria'.
Fue precisamente en una de sus charlas con especialistas e inversores donde salió a la luz la historia de Christian, un propietario residente en Madrid que, en un periodo relativamente corto de tiempo, ha conseguido acumular cuatro pisos. Eso sí, no sin antes sufrir la crudeza del mercado inmobiliario.
"Nos vamos a meter de lleno en la carrera de la rata"
A los 26 años, Chris y su pareja Marta siguieron la inercia social y compraron un chalet sobre plano en la Sierra de Madrid por 290.000 euros. "Todo el mundo nos decía que vivir en alquiler era tirar el dinero, que teníamos que tener una buena casa en propiedad", señala.
Pronto se daría cuenta de que la operación "no tenía sentido", y que aquella decisión les iba a condenar financieramente durante los próximos 30 años.
"Recuerdo estar dándole vueltas diciendo 'es que no tiene sentido'. Nos vamos a meter en la carrera de la rata de cabeza, vamos a estar pagando una cuota de 1.000 al mes con dos salarios de 1.200 euros". Todo ello se materializó en presión por llegar a fin de mes: "Al final ganar esos 1.200 euros al mes me costaba 12 horas de trabajo al día, durante cinco días a la semana o a veces hasta seis", afirma.
Pese a la ilusión inicial por conseguir comprar la casa de sus sueños, la cual contaba con tres plantas, se dieron cuenta de que les sobraba espacio por todos lados. No necesitaban tanto y, aunque Christian le seguía dando vueltas a la operación, fue su pareja Marta quien finalmente planteó la idea definitiva de que la única opción real era vender.
Estrategia de inversión
Una vez vendido el chalet, tras más de un año de odisea, y liberado el capital (unos 120.000 euros, sumando lo aportado inicialmente y el beneficio neto) la pareja ejecutó una estrategia de inversión pensada al detalle.
El primer pilar fue el modelo de alquiler por habitaciones. En lugar de optar por el alquiler tradicional, decidieron maximizar ingresos y velocidad de crecimiento mediante este sistema. Actualmente gestionan 4 pisos con un total de 20 inquilinos, lo que le permite generar un cash flow muy superior al de un alquiler convencional.
Todo ello en un tiempo récord, ya que como asegura comenzó su camino en la inversión inmobiliaria en marzo de 2024.
Actualmente, esta estrategia ha dado sus frutos: "La suma de los 4 pisos da 2.800 netos de Cash Flow. A día de hoy es más que mi salario por cuenta ajena" afirma.
Otro de los secretos para llegar a este punto en tan poco tiempo fue optimizar la financiación de los bancos. En vez de comprar los pisos a nombre de ambos, decidieron alternar: algunos a nombre de Christian y otros a nombre de Marta.
De esta forma mantienen la CIRBE más limpia (base de datos que registra los préstamos y créditos de las personas) y pueden beneficiarse en más ocasiones de mejores hipotecas.
En cuanto a la selección de zonas y activos, Chris fue muy claro desde el inicio. Se centró en barrios obreros del sur de Madrid (Móstoles y Alcorcón) y en Valladolid, buscando inmuebles con una rentabilidad bruta cercana al 10%. No le importaba que estuvieran en mal estado.
De hecho, su primer piso en Móstoles era un activo que nadie quería: sucio, con mala gestión previa y problemas de subarrendamiento. Precisamente ahí vio la oportunidad.
La estrategia también contemplaba reformas de bajo coste, centradas en lo esencial. Lavados de cara y mejoras estratégicas con presupuestos que oscilan entre 6.000 y 12.000 euros por piso, suficientes para hacer las viviendas habitables, atractivas y funcionales para el alquiler por habitaciones.
Cómo salir de la carrera de la rata con 4 pisos
Con tan sólo 30 años, su historia es el mejor ejemplo para demostrar que el éxito en el sector inmobiliario no siempre pasa por comprar la casa perfecta, sino por entender los números, el riesgo y la estrategia adecuada en cada momento de la vida.
