Aragón es sinónimo de contrastes extremos, principalmente en lo climático. Cada invierno, esta comunidad vuelve a situarse entre las más frías del país, pero hay un lugar que destaca por encima del resto desde hace más de seis décadas.
Fuentes Claras, un pequeño municipio de la comarca del Jiloca, en Teruel, ostenta el título de pueblo más frío de Aragón y de España tras registrar la temperatura más baja jamás medida en una zona habitada.
Con apenas 453 habitantes, esta localidad turolense quedó marcada para siempre en los registros meteorológicos el 17 de diciembre de 1963, una fecha que aún hoy se recuerda como uno de los episodios de frío más extremos del país.
No es de extrañar. La semana pasada hubo un encuentro de meteorólogos y científicos en Daroca. Analizaron por qué determinadas zonas de España concentran los registros más bajos de temperatura y cómo el cambio climático está modificando estos episodios de frío extremo.
En la jornada se habló ampliamente del 'Triángulo del hielo', un enclave donde se concentran los récords oficiales de frío más intensos registrados en áreas pobladas de España.
Fuentes Claras nevado.
El divulgador científico Vicente Aupí, impulsor de la cita, explicó que los registros sitúan los récords mínimos en un triángulo geográfico muy concreto, con vértices en Teruel capital, Calamocha y Molina de Aragón, ya en la provincia de Guadalajara.
Dentro de este espacio se han registrado algunas de las temperaturas más extremas del país:
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-30 °C en Fuentes Claras (1963)
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-28 °C en Monreal del Campo
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-28 °C en Molina de Aragón
Un patrón que se repite con una regularidad sorprendente y que ha convertido al valle del Jiloca en referencia obligada para el estudio del frío en España.
El día en que el frío hizo historia
Aquel invierno de 1963, los termómetros se desplomaron hasta cifras inéditas. La temperatura se registró en la estación meteorológica de Calamocha VOR, dependiente de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), situada a pocos kilómetros del municipio.
La escena fue tan excepcional que los técnicos tuvieron que utilizar un soplete para poder abrir la cerradura de la estación, completamente congelada. El dato obtenido sigue siendo, a día de hoy, el récord oficial de frío en un núcleo habitado en España.
Aunque existe un registro inferior, los -32 grados alcanzados en febrero de 1956 en Estany Gento (Lérida), este corresponde a una estación de montaña en una zona deshabitada, por lo que no entra en la misma categoría.
Desde aquel récord histórico, Fuentes Claras ha seguido siendo protagonista en los grandes episodios de frío del país. Las bajadas más significativas se produjeron en 2001, cuando se alcanzaron temperaturas de entre -23 y -24 grados, y durante la borrasca Filomena, en enero de 2021, cuando en puntos cercanos se rozaron los -25 grados.
Son situaciones excepcionales que, según los expertos, pueden darse una vez cada diez años o incluso con menos frecuencia. Siempre coinciden con las mismas condiciones: nieve en el suelo, viento en calma y cielos despejados, un escenario que favorece la pérdida de calor nocturna en el valle del Jiloca.
Aragón, una de las regiones más frías de España
Más allá de Fuentes Claras, Aragón concentra algunas de las zonas más frías del país durante el invierno. Uno de los ejemplos más claros es Griegos, en la Sierra de Albarracín, situado a más de 1.600 metros de altitud.
Este municipio ha llegado a registrar temperaturas por debajo de los -20 grados, convirtiéndose en otro de los puntos negros del frío en España.
El Pirineo aragonés es otro de los grandes protagonistas. Localidades como Benasque o Sallent de Gállego viven inviernos largos y duros, con nevadas persistentes y mínimas que caen con frecuencia por debajo de los -10 grados.
Un entorno que atrae tanto a aficionados a los deportes de invierno como a quienes buscan paisajes de alta montaña.
El clima continental, la altitud y la orografía convierten Aragón en un territorio donde el invierno se vive con intensidad.
