Puede que los 'sabidos' de vinos conozcan lo que es un huevo de hormigón; no obstante, los incultos como yo, pensábamos que el vino siempre se dejaba reposar en barrica de roble.
La manera de trabajar el vino ha evolucionado considerablemente, y poco tiene que ver ya con el pisado de la uva del imaginario colectivo.
Una familia que ha vivido la transformación desde dentro es la de los Langa. Bodegueros desde 1867, llevan sus caldos desde Calatayud a todo el mundo, ahora también en huevos de hormigón.
La industria vitivinícola utiliza para fermentar o almacenar el vino contenedores de aluminio o acero inoxidable, pero desde hace algunos años algunas bodegas están recurriendo al hormigón.
Esta forma de elaborar el vino consiste en un depósito de hormigón con forma ovalada que se usa para fermentar o envejecer el vino. Su diseño permite una circulación natural del líquido y una microoxigenación lenta, conservando el sabor original de la uva sin aportes de madera.
Método Ethernum, basado en un sistema único de criadera y soleras en huevos de hormigón de 1.700 litros.
Su presencia puede encontrarse en Francia, Inglaterra, Alemania, Australia, Estados Unidos, Argentina y también en España, en concreto en Aragón, en Calatayud.
La familia Langa ha llevado el asunto a otro nivel y no solo lo almacena de esta manera, sino que lo vende.
Este concepto, llamado Güevo Wine, es el resultado de un proyecto que su creador, el enólogo César Langa, lleva 10 años desarrollando.
César Langa estudió ingeniería agrícola especializada en bodegas y ha pasado por todos los estadios de la producción de la bodega familiar. Ha crecido entre viñedos y ve la necesidad "de dar un soplo de aire nuevo al sector".
"El proyecto no surge de una estrategia comercial, sino de una necesidad vital, pues no quiero que se pierda la emoción del vino entre rutinas", explica en una conversación con El Español de Aragón.
El vino se elabora bajo el Método Ethernum, un sistema único en el mundo de criaderas y soleras en huevos de hormigón de 1.700 litros.
Este proceso, que ha sido reconocido por la Unión Europea por su carácter innovador, utiliza variedades recuperadas de la zona como la parrel y la concejón (o gonfaus), y se lleva a cabo en viñedos ecológicos y biodinámicos en el Valle del Frasno, donde no se usan pesticidas ni herbicidas.
"Las bodegas familiares tienen muchos retos, y uno de los más complicados es la innovación, el trabajo del día a día te arrastra y te deja poco margen", comienza César hablando de la nueva propuesta de la bodega familiar.
"Yo he tenido suerte porque he contado con mucho apoyo por parte de mi familia, y esto me ha permitido desarrollar este concepto tan bueno, no solo novedoso sino único en el mundo, porque no hay nada que se le asemeje a Güevo Wine", afirma Langa.
Güevo Wine.
En tan solo un mes desde su lanzamiento oficial, Güevo Wine, el proyecto más disruptivo de César Langa, ha logrado posicionarse ya en más de 20 países.
Son cinco las experiencias que aborda Güevo Wine. Experiencias que, según su creador, lo convierten en un vino "único y exclusivo".
"Primero, una experiencia cultural, porque procede de un viñedo único, con unas variedades únicas en el mundo: nadie ha elaborado un vino con estas variedades. Segundo, una experiencia tecnológica también única en el mundo: es el único proceso existente que desarrolla un sistema de criaderas y soleras en huevos de hormigón; no tiene parangón en ninguna bodega”, sentencia entusiasmado.
Y continúa: "Tercero, una experiencia ecológica, porque procede de viñedos ecológicos y biodinámicos, donde no se utilizan pesticidas ni herbicidas; es un proceso totalmente natural. Cuarto, una experiencia ética, porque todo lo que rodea a Güevo Wine no contiene plástico, estamos comprometidos con el entorno. Y por último, una experiencia sensorial única, porque lo que huele, sabe y transmite Wine no se puede comparar con nada: no sirve decir que se parece a un Burdeos, un Borgoña o un Ribera… Güevo Wine solo tiene un estilo, el de Güevo Wine", concluye.
Viñedos de Bodegas Langa.
El resultado final se embotella en un recipiente que Langa define como "el primer y único envase permeable del mundo diseñado para mantener el vino en un estado de maduración viva, incluso después del embotellado".
Con este concepto se busca "empoderar al consumidor", ya que, a diferencia de los vinos actuales que tienen una fecha de caducidad prevista, el cliente podrá decidir el momento de consumo: "Si lo quiere consumir ahora, pues tendrá una experiencia y si quiere esperar 20 años, porque el vino va a seguir madurando en el huevecito, pues tendrá otra experiencia diferente".
El uso de este envase es "exactamente igual que una botella de vino tradicional", descorchándose de la misma manera.
A pesar de que el proceso ha implicado 10 años de pruebas, la acogida en el mercado ha sido muy positiva. Langa confirma que se trata de "un vino de categoría premium superior".
La producción es muy limitada, siendo la primera 'saca' una mezcla de cinco añadas (2013-2019) que consiste en solo 2.266 botellas o huevos. "El nuevo vino cuesta 245 euros la botella", comenta Langa.
A pesar de ser un producto que "no es barato", Langa comenta que se está "vendiendo muchísimo mejor de lo que pensamos". La mayoría de los importadores y distribuidores están interesados en el producto, y ya ha recibido "críticas muy buenas de Master of Wine y de gente muy especializada en el sector".
Güevo Wine se presentará oficialmente en las próximas grandes citas del vino: Barcelona, París, Düsseldorf y Fenavin. Un recorrido internacional que marcará el inicio de una nueva era en la forma de entender, conservar y disfrutar el vino.
