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En una nube vive desde la noche de este martes el chef Rubén Coronas y su pareja Cristina Romero. Ambos están al frente del restaurante Casa Rubén, en Hospital de Tella (Huesca), que ha obtenido su primera estrella Michelin, el galardón más importante del mundo gastronómico.

Este martes se celebró la gala Michelin 2026, donde 25 restaurantes consiguieron su primera estrella. Entre ellos se encontraba un establecimiento del Pirineo aragonés, Casa Rubén.

Así pues, el chef Rubén Coronas cumple un sueño, uno que ni siquiera sabía que tenía. Sin embargo, desde bien pequeño su camino se dirigía hacia algo grande en la cocina. “Ha sido mi pasión toda la vida. El restaurante se abrió cuando tenía 8 años y me crie ahí. No me imagino en otro sitio ni haciendo otra cosa. Los veranos de pequeño mi tío y mis padres me ponían a hacer cafés, empezaba a tratar con el público. Es que lo vivo mucho. Me encanta”, detalla.

Tras muchos años de dedicación, el chef escuchó su nombre en la gala más prestigiosa de la gastronomía nacional. Por supuesto, sigue con las emociones a flor de piel. “Estamos muy contentos y emocionados. Fue espectacular. La gala fue súper bonita. Nos llegó la invitación, pero no significa que te van a dar algo. Entonces, bajas con esa incertidumbre. Durante la gala estaba yo súper nervioso y cuando me relajé un momento, me nombraron”, recuerda Coronas.

De esta forma, lo que vivió en Málaga será algo que ni él ni su pareja, Cristina Romero, olvidarán nunca. Durante su trayectoria, asegura, que no lo habían imaginado, pero se ha dado.

“No era un objetivo que teníamos en mente, pero ha ido llegando y es increíble después de todo lo que hemos luchado, de toda la transformación del restaurante, de lo que era a lo que es ahora”, explica el propietario, que está al frente desde hace 20 años.

En este sentido, recuerda que hace 5 años hicieron un giro radical para cambiar el concepto, pasando de Casa Quino a Casa Rubén: “Queríamos hacer un proyecto que fuera de Cristina y mío, porque el restaurante es familiar y seguíamos dos líneas juntas, una más tradicional por no dejar a aquellos clientes fuera y otra un poco más moderna, pero veíamos que no avanzábamos. Tuvimos que cortar y hacerlo radical. Y así fue el salto”.

Mantener la esencia

Desprendiendo felicidad, pero con humildad y agradecimiento profundo, Rubén Coronas asegura que la esencia de Casa Rubén seguirá siendo la misma.

El restaurante tiene tres mesas, una de cuatro y dos de dos, con aforo para máximo ocho comensales. Pese a que, a partir de ahora, todavía más gente querrá visitar Hospital de Tella, el cocinero defiende que no va a ampliar las mesas porque es “su filosofía”.

“Desde ayer que saltó la noticia, sin exagerar, nos han llegado unas 200 reservas y listas de espera”, confiesa el cocinero.

Por otro lado, en cuanto al menú, señala que siempre piensan en crecer y evolucionar para tratar de mejorar la propuesta.

Un respaldo

Asimismo, Coronas repasa el impulso que supone esta designación para el restaurante, que al estar en una ubicación fuera de una gran ciudad y en una localidad alejada de la afluencia de gente diariamente. “Siempre nos ha ido muy bien, pero meses de invierno como febrero, solo trabajas fines de semana. Esto te permite llenar más y trabajar”, añade.

Sin duda, Hospital de Tella se pone mucho en el mapa y también supone un impulso para el resto de la comarca.

Por último, Rubén y Cristina se muestran muy agradecidos por la cantidad de felicitaciones que han recibido. “No para de vibrarme el móvil. Es increíble y te sientes muy apoyado porque todos los compañeros de profesión te mandan mensajes”, finalizan.