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Suiza no sólo es sinónimo de montaña y buenos salarios. En el país de la fondue y el chocolate también sorprenden ciertas costumbres laborales que, en España, como mínimo se viven de manera diferente. Aunque ya no para Rafa, que tras once años viviendo en Ginebra está más que asentado a todos los aspectos de la cultura tanto cotidiana como laboral.

Este aragonés trabaja como alto cargo de ACNUR; específicamente, se encarga de gestionar grandes donaciones. Lo que lo obliga a conocer las dos caras de la moneda: desde las altas esferas, como fundaciones y grandes empresarios, hasta la gente más pobre.

Tras toda una vida dedicada a la labor humanitaria y recorrer medio mundo, habiendo trabajado en ciudades como Barcelona, cuando preguntas a Rafa sobre la calidad de vida y el poder adquisitivo entre un país y otro asegura que las diferencias son abismales.

"Vivir en Suiza me permite tener una capacidad adquisitiva que, por ejemplo, cuando vivía en Barcelona y trabajaba en Médicos Sin Fronteras con un puesto relativamente parecido, no tenía”, explica a El Español de Aragón.

Su relato, aunque cada vez más común en redes sociales donde se ha pasado de moda lo de vivir el 'sueño americano' para vivir el 'sueño suizo', no deja indiferente a nadie. En relación con los sueldos, la principal diferencia con España es que: "En Suiza, el salario está adaptado al coste de la vida. Es la base de todo", asegura.

Pese a vivir en una de las ciudades más caras del mundo, sueldos de empleos que no requieren cualificación resultan más que suficientes para cubrir el coste de la vida. Según comenta el zaragozano, el sueldo mínimo que cobra una cajera de supermercado en Ginebra se eleva a los 4.000 o 4.500 francos suizos. Es decir, unos 4.000 euros al mes al cambio.

Lo mismo pasa con los becarios: "Si tú quieres pagar a un becario y quieres sacar una plaza de becario remunerada, el salario mínimo son 4000. Pagar a un becario, le pagas 4000 euros". En España, en contraposición, el salario medio de un trabajador en prácticas es de 777 €/mes de media (según datos de 2023).

Reducción de jornada

Además de los salarios, Suiza ofrece otros beneficios contractuales igualmente atractivos. Uno de los más destacados es la flexibilidad laboral: “Aquí es muy común que la gente no trabaje al 100%. Hay quienes lo hacen al 80% o incluso al 60% viniendo a trabajar de lunes a miércoles, y aun así viven cómodamente”, explica el zaragozano.

La cultura del trabajo a tiempo parcial está tan arraigada que muchas ofertas laborales ya especifican el porcentaje de dedicación (50%, 60%, 80%), y en otros casos se negocia directamente con la empresa.

“Las jornadas reducidas son algo habitual en Suiza, y el salario se ajusta proporcionalmente. Una compañera, por ejemplo, trabaja solo tres días a la semana porque también es monitora de pilates, pero lo hace por elección propia”, comenta Rafa.

En España también son habituales las jornadas parciales, pudiendo trabajar bajo contratos de 20 o 30 horas a la semana. Sin embargo, necesitarás otro sustento económico o cierta ayuda para vivir 'decentemente'. En Suiza y en el caso de la compañera de Rafa, pese a trabajar al 60% le es suficiente para vivir cómodamente: "Ella no cobra. Lo hace porque le gusta hacer pilates, no porque quiera tener otro trabajo. Ya le es suficiente trabajando al 60% cobrando el 60% de su salario", añade.

Bien es cierto que, como se dice popularmente "las apariencias engañan". Tanto el ocio como el precio de la vida en Ginebra son considerablemente más altos, sin embargo los salarios se ajustan a los precios manteniendo un equilibrio que deja margen al ahorro.