Cuando piensas en hacer una escapada a los Pirineos, a muchos se les viene a la cabeza las pistas de esquí, la calle de las tapas de Jaca o los pequeños pero encantadores pueblecitos como Torla, Aínsa o Broto.
Sin embargo, si preguntas a los amantes de la gastronomía y, en especial de la carne, te dirán otra cosa distinta. Los Pirineos aragoneses son la mejor región del mundo si quieres comerte un buen chuletón.
Para ello tienes opciones de todo tipo. Desde el mítico Casa Martón (en Sallent de Gállego) al emblemático Chongastán (en Chía), pasando por el Asador Casa Diego (Gavín). Este último, a pesar de estar en un pueblo de 115 habitantes acumula miles de reseñas, provocando un desvío a la localidad de aquellos curiosos que, bien informados, se acercan a probarlo.
El curioso restaurante de Huesca especialista en carnes a la brasa
En el corazón de Huesca, rodeado de un entorno completamente natural, el Asador Casa Diego es mucho más que un lugar donde recargar energías: "Sitio muy recomendable, el menú 29€ muy rico y abundante, atención por parte del personal exquisita", resume Naiara su visita en una reseña de Google.
Aunque para hablar de este restaurante primero debemos conocer a su chef, Andrés Muñoz, quien explica la pasión que tiene por la gastronomía ya desde bien pequeño: "Cuando mi altura no me permitía ver qué se guisaba en el fogón, me subía a una banqueta para ver", explica él mismo en la web del restaurante.
Más allá de las opiniones, este asador ya llama la atención antes de entrar, ya que parece una bonita casa de piedra típica del Pirineo. A su distribución, marcada siempre por ese toque castizo, no le falta detalle. Cuenta con una amplia terraza exterior, zona de bar y salón comedor.
El protagonista absoluto son sus selectas carnes a la brasa, con una especial mención a los chuletones de vaca de raza Holstein y Hereford (por 6,90€ los 100 gramos), además de la ternera de Biescas de raza parda que pastan libremente en los prados comiendo pasto verde todo el año. Para los amantes del cordero, tampoco falla el ternasco de Aragón.
Si navegas por su carta verás opciones de toda la vida, contundentes y a buen precio. Ejemplo de ello son las migas tradicionales a la pastora con huevo frito, chipirones a la parrilla, entrecot de lomo, costillas, codornices a la brasa y hasta rodaballo al horno. Todo ello por un precio que ronda los 15 a los 25 euros.
Por último, para los amantes de un primero y segundo más postre, está su contundente menú. Cuesta 29 euros y sus opciones destacadas son los canelones caseros de civet de ciervo, puchero de garbanzos, pappardelle de pasta fresca, secreto de Teruel a la brasa o la melosa ternera del valle.
Cómo es Gavín
A tan solo 30 minutos de Jaca, abriendo paso hacia el valle de Ara y Ordesa se encuentra Gavín, a 974 metros de altitud. Es un pueblo pequeño pero encantador, el cual quedó prácticamente destruido tras la Guerra Civil española pero que conserva ese toque especial de un pueblo de montaña, con casas y calles empedradas rodeadas de monte.
Como principal monumento arquitectónico está la Ermita de San Bartolomé. Data del s. X y forma parte de la ruta de las iglesias del Serrablo.
Acudir a este pueblo a comer y aprovechar para dar un paseo por el mismo es todo un plan en sí mismo. Muy recomendable para aquellos que se escapan un fin de semana al Pirineo y desean comprobar de primera mano cómo es la vida y la gastronomía en el interior de Huesca. Eso sí, este mes de noviembre el restaurante permanecerá cerrado por vacaciones, con fecha de vuelta programada para el puente de diciembre.
