Ricardo Pacheco nació en Morges, una pequeña ciudad en el oeste de Suiza. Hijo de emigrantes portugueses, trabajaba hasta hace poco en Ginebra, en el corazón diplomático del país, pero su camino ha dado un giro de 180º.
“Durante tres años asesoré a diplomáticos, miembros de la ONU y misiones permanentes iberoamericanas, incluida la de España. Me ocupaba de la apertura de cuentas y de la gestión de patrimonio”, ha explicado en una conversación con El Español.
El año pasado decidió dejarlo todo. En agosto de 2024 cerró su etapa profesional en Suiza y un mes después se instaló en Zaragoza. "Llevo viviendo aquí justo un año", ha reconocido. Las decisiones importantes se toman por motivos importantes, y en esta ocasión lo era, pues lo dejó todo por amor.
"Mi pareja vive en Zaragoza desde hace años. Nos conocimos en Suiza y, cuando la relación se volvió seria, decidí mudarme. Para ella habría sido empezar de cero, mientras que para mí era más sencillo”, ha asegurado.
Antes de llegar, Pacheco apenas sabía nada de Zaragoza. "Desde fuera no se conoce mucho, pero me pareció el lugar perfecto para formar una familia" ha explicado. Le sorprendió especialmente el carácter aragonés. "La gente aquí es amable, muy acogedora. En Madrid y Barcelona no se siente igual", ha afirmado.
Zaragoza, dice, le ofrece un equilibrio que no había encontrado en Suiza: una ciudad manejable, con buena oferta educativa y gastronómica, y una ubicación estratégica. "Estoy en medio de Madrid y Barcelona, y para mi trabajo en gestión patrimonial eso es ideal", ha comentado. El suizo trabaja en gestión de patrimonio e inversiones como asesor financiero independiente.
El contraste entre ambos países se nota, sobre todo, en los ingresos. “En Suiza, un empleado de banca personal gana entre 5.500 y 7.000 euros mensuales, y puede recibir bonus de hasta tres meses de salario. En banca el sueldo medio anual ronda los 70.000 euros”, ha detallado.
En España, las cifras son muy distintas. "Aquí, un puesto similar ronda los 28.000 o 30.000 euros al año. Los que cuentan con algo más de experiencia pueden llegar a 40.000, pero no mucho más", ha precisado. La diferencia es evidente. "Si solo mirase lo económico, jamás me habría planteado venir a España", ha admitido.
La brecha de la educación financiera
Más allá de los salarios, lo que más le ha llamado la atención a Pacheco es la diferencia en la cultura financiera. En España "hay muy poca educación financiera". Según explica, los españoles tienden a ahorrar de forma conservadora, pues existe la tradición de "guardar dinero bajo el colchón, y si sobra, comprar un piso".
En Suiza ocurre lo contrario. "Allí la gente es más abierta y más curiosa. Quieren saber cómo funcionan las inversiones, comparan bancos, preguntan por productos nuevos. Hay inquietud por aprender en este tema", ha explicado el banquero.
Esa diferencia de actitud, asegura, tiene consecuencias a largo plazo. "En España muchas personas confían en que el Estado se ocupará de su jubilación. No se genera la inquietud de pensar qué pasará dentro de treinta años. En Suiza, en cambio, la planificación financiera es parte de la vida cotidiana", ha afirmado.
Los suizos, cuenta, suelen contratar planes de ahorro para la jubilación con ventajas fiscales. "Cada año se puede aportar una cantidad máxima que se deduce del ingreso imponible. Es una forma de invertir pensando en el futuro", ha explicado.
También es común abrir fondos a nombre de los hijos al nacer. "Se empieza con lo que uno puede 50 o 100 francos, pero la idea es hacerlo a largo plazo. Existe esa mentalidad de preparar el futuro desde el principio", ha comentado.
Ricardo Pacheco resume así la diferencia esencial entre ambos países: "En Suiza el dinero se planifica; en España, se improvisa". No lo dice como crítica, sino como observación.
Mientras espera el nacimiento de su primer hijo, afirma que su prioridad ya no son los números. "En este momento busco calidad de vida y tiempo para mi familia. Eso no te lo ofrece Suiza, eso te lo ofrece España", ha concluido.
