Zaragoza
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Muchas personas, en algún momento de su vida, deciden marcharse de su comunidad o país. Algunos motivados por la necesidad de conocer más allá de sus fronteras y otros por el impulso de buscar un trabajo mejor.

El norte de Europa, por el contrario, se ha convertido en uno de los lugares elegidos para los ciudadanos que se van en busca de nuevas oportunidades. Noruega, Suiza, Bruselas e Irlanda son algunos de los países a los que acuden los jóvenes españoles en busca de un futuro más prometedor.

Jesús, un joven español de 25 años, natural de Zaragoza, trabaja en una escuela infantil de Cork, Irlanda, y no tiene pelos en la lengua al asegurar que en su nuevo país se cobra mucho mejor que en España.

“Yo me fui a vivir fuera principalmente por las oportunidades de trabajo. Sabía que viniendo a Irlanda iba a poder ganar más dinero haciendo lo mismo o incluso menos”, comienza explicando a El Español.

En España su hermana, también educadora infantil, se encuentra sola ante ratios de hasta 20 niños, él cuida en su clase a ocho: “Ella cobra unos 1.000 euros al mes y yo estoy ganando unos 2.400", asegura. "O sea, ella hace el doble de trabajo porque tiene más niños, por la mitad de salario”, sentencia el zaragozano.

Según los datos del INE del año 2022, la isla cuenta con el segundo PIB per cápita más alto de Europa, lo que ha llevado a muchos jóvenes a mudarse allí para conseguir un trabajo y un salario digno.

Muchos relacionan los sueldos altos con unos coste de vida también elevado; no obstante, Jesús lo desmiente. "De comida pago más o menos lo mismo que en España; el alquiler es alto, pero como en Madrid o Barcelona", explica.

La vivienda es, al igual que en España, un tema complicado. Los precios son altos y encontrar un piso o una habitación es de lo más difícil. "Yo tuve suerte, porque mi hermana viviendo ya aquí, me hecho una mano", reconoce Jesús.

"Lo único más caro es el alcohol o el tabaco, ahí sí que hay un sablazo. Pero por lo demás, es similar", afirma.

Unos gastos parecidos y cobrando el doble en algunas profesiones, suponen muchas ventajas para los jóvenes españoles, "Yo puedo ahorrar unos 1.000 euros al mes, eso me da oportunidades para invertir, para comprarme una casa en el futuro y formar una familia", asegura el zaragozano.

Jesús trabaja en educación infantil, pero sabe que primaria o secundaria los docentes están mucho mejor pagados que en España: "Aquí el sueldo de un profesor puede llegar a ser de 5.000 euros al mes, en España en la privada rondarán los 1.500 y en la pública igual los 2.500 pero vamos, es todo miseria”, acusa.

Para Jesús, el contraste entre ambos países es evidente: "En España lo único que encuentras son trabas para emprender, explotación en sectores clave y sueldos que no dan para vivir. Al final, muchos jóvenes no vemos otra salida que marcharnos", concluye.