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Muchas veces sentimos la necesidad de salir de Aragón en busca de playas, montañas o monumentos más famosos en otras partes de España, cuando en realidad aquí tenemos auténticas joyas que nada tienen que envidiar.



Un buen ejemplo es el Castillo de Peracense, una fortaleza única que, pese a ser menos famosa que otras, sorprende por su historia, su singularidad y su espectacular ubicación.

Si hablamos de castillos históricos en Aragón, esta fortaleza se encuentra en lo alto del ranking, junto a otros como Loarre, la Ciudadela o el de Mora de Rubielos.

Aunque no destaca por ser el más grande ni por contar con numerosas estancias, sí es uno de los más peculiares. Gracias en parte a su característico color rojo propio de la piedra de rodeno, común en esta zona de Teruel.

Así es el castillo de Peracense

El castillo, declarado Bien de Interés Cultural, es una de las construcciones más importantes que tuvo en su día la Corona de Aragón, siendo un punto estratégico de vigilancia muy importante ya que controlaba el tránsito entre Castilla y Aragón.

Pese a no ser de los más grandes puede 'sacar pecho' con sus imponentes 4.000 metros cuadrados de superficie, dividiendo la fortaleza en tres recintos. Además, están rodeados por una muralla de casi 3 metros de espesor que conserva tres grandes torreones.

Así es el Castillo de Peracense Comarca de Jiloca / Turismo de Aragón

El castillo tiene sus orígenes en la Edad de Bronce, aunque la forma actual comenzó a configurarse en el siglo XIII por la corona aragonesa, siendo clave en las guerras medievales, como la Guerra de los Dos Pedros y las Guerras Carlistas.

Tras perder su función defensiva, fue utilizado como cárcel y sufrió periodos de abandono y saqueos, hasta su restauración y apertura al público en el siglo XX.

Una de las cosas que más sorprenden a los visitantes son sus impresionantes vistas a la estepa turolense, estando ubicado a 1.400 metros de altura.

Cómo es Peracense

Peracense es un pequeño municipio de Teruel, en la comarca del Jiloca, rodeado de paisajes rocosos y campos de cereales. El pueblo, dominado por la silueta del castillo, destaca por sus construcciones de piedra rojiza y por ser una localidad tranquila y acogedora con el turista.

Pasear por sus calles no puede faltar, pudiendo aprovechar la visita para ver otros monumentos como la parroquia de San Millán o hacer excursiones por la zona. También hay bar con servicio de comidas, se llama Tele-Club (Calle Iglesia) y sirven desde raciones y bocadillos hasta platos caseros. Muy recomendable para hacer un parón durante la visita.

Cómo llegar

Desde Zaragoza se llega a Peracense en menos de dos horas de trayecto por la A-23, haciéndolo un destino muy asequible para ver en el día. Desde Teruel, se acorta la distancia a tres cuartos de hora, también por la A-23.