Zaragoza
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Hay sitios que parecen pensados para parar el reloj. El Balneario Termas Pallarés es uno de ellos. Está en Alhama de Aragón, un pueblo con nombre árabe que ya nos adelanta lo que vamos a encontrar: aguas termales con miles de años de historia en un entorno natural único.

Quizá te suene de la película Villaviciosa de al lado, que rodó parte de sus escenas aquí. Y no es extraño, se trata del balneario más famoso de la comunidad y está a solo 115 km de Zaragoza y a 200 km de Madrid.

Su mayor tesoro es un lago termal único en Europa. No es una piscina cualquiera, es un lago natural de casi dos hectáreas donde puedes bañarte en cualquier época del año. El agua brota a 32 grados, cristalina y envolvente, y te da esa sensación de estar flotando en un sitio mágico.

Alrededor, todo está pensado para relajarse: jardines, paseos, bancos para sentarse a leer o simplemente mirar el agua. Y lo mejor: el lago se renueva cada 32 horas, así que siempre está limpio y transparente. Es como tener un spa al aire libre, pero con la naturaleza como escenario principal.

Por supuesto, no solo se disfruta del exterior. El balneario aragonés cuenta con spa interior, masajes, circuitos de contrastes y varios hoteles dentro del complejo. Puedes elegir entre un ambiente más clásico o uno más moderno, pero siempre con el mismo objetivo de desconexión total.

Aguas termales de Pallarés, Alhama de Aragón. Balneario Termas Pallares

Y si te apetece explorar, a pocos kilómetros está el Monasterio de Piedra, con sus cascadas y rutas de senderismo. La estancia en el balneario si es de más de 3 días mejor, así da tiempo a relajarse y a hacer alguna salida por los alrededores.

Un plan perfecto para combinar cultura, naturaleza y bienestar en una escapada redonda. Termas Pallarés es, sin duda, uno de esos lugares que te reconcilian con el tiempo lento.

Otros balnearios de Aragón

Si lo tuyo es la montaña, el Balneario de Panticosa es un sueño. Está a 1.630 metros de altitud, rodeado de picos y praderas pirenaicas. En verano puedes combinar senderismo con un baño termal, y en invierno, nada mejor que esquiar y después relajarte en un spa con vistas a las montañas nevadas.

Muy distinto, pero igual de especial, es el Balneario de la Virgen, en Jaraba. Aquí el río Mesa ha creado un cañón espectacular, y el balneario se esconde entre paredes rocosas que parecen abrazar el lugar. Las aguas brotan a más de 34 grados y llevan siglos utilizándose en tratamientos. El paisaje es tan impresionante como relajante.

Balneario de Panticosa

En la Sierra de Arcos, en Teruel, brilla el Balneario de Ariño. Moderno, amplio y muy bien valorado, se ha convertido en un referente de salud y bienestar. Es ideal si buscas tranquilidad, lejos de las masas, pero con instalaciones de última generación y un entorno natural que invita a desconectar.

Más pequeño y recogido es el Balneario de Manzanera, también en Teruel. Aquí la clave está en lo íntimo: montañas, bosques y un ambiente sencillo, sin lujos excesivos. Perfecto para quienes prefieren perderse en un paisaje tranquilo y disfrutar de la serenidad de un pueblo de montaña.

Y no puedo olvidarme de Jaraba, que tiene tradición balnearia de sobra. El Balneario Sicilia, por ejemplo, destaca por su ubicación junto al río y sus programas de salud termal. Estas aguas han sido recomendadas durante siglos para problemas respiratorios y circulatorios, pero lo mejor es la calma del entorno.

Cada uno de estos balnearios ofrece una experiencia distinta, pero todos comparten lo mismo: el poder del agua y la belleza de la naturaleza aragonesa. Desde los Pirineos hasta las sierras turolenses, Aragón tiene un mosaico de lugares donde desconectar, cuidarse y viajar sin prisas.