Zaragoza
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En los últimos años Zaragoza se ha convertido en una de las ciudades más atractivas para el turismo interior. Congresos, eventos culturales, fiestas populares y una oferta cada vez más variada han hecho que la capital aragonesa deje de ser “ciudad de paso” para consolidarse como destino propio.

En este contexto, ha nacido un nuevo proyecto que quiere aportar frescura, hospitalidad y sabor local: Le Petit Hostel Bar, en la avenida César Augusto, 74.

El establecimiento abrió sus puertas el 6 de septiembre con la cafetería y el 8 con las primeras habitaciones. “Ese fin de semana fue el arranque completo, ya tuvimos a los primeros huéspedes durmiendo aquí”, recuerda Miriam, portavoz y socia gestora.

El espacio ocupa un antiguo hostal totalmente reformado. “Nosotros llegamos con la obra ya terminada. La reforma integral la había hecho la propiedad, y nuestro papel ha sido ponerlo a punto y encargarnos de la gestión”, explica.

El equipo detrás de Le Petit no es ajeno al sector. “Empezamos con apartamentos turísticos, después con hostales en César Augusto y Paseo Pamplona, y ahora estamos con este proyecto”, detalla Miriam.

Terraza de Le Petit en Zaragoza. E.E

La cafetería, sin embargo, ha supuesto un verdadero desafío: “Para nosotros ha sido durísimo porque no sabíamos nada, ni cómo funciona un tiracañas. Por suerte, la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza nos ayudó muchísimo, nos guiaron en licencias, proveedores y maquinaria. Sin ellos no habría sido posible”, agradece la zaragozana.

A la curva de aprendizaje en hostelería se sumó la burocracia. “Ha sido complicado porque tienes que tramitar todo por duplicado: licencias de hostal y de cafetería, y coordinar con Ayuntamiento, Turismo y DGA. Es mucho papeleo y muchos frentes abiertos, pero al final hemos ido sacando todo poco a poco”, afirma orgullosa Miriam.

Una de las habitaciones del Hostal Le Petit. E.E

El impulso para dar este paso es evidente: la ciudad vive un gran momento turístico. “Todos los fines de semana cerramos diciendo: si tuviéramos mil habitaciones más, las llenaríamos. Recibimos llamadas cuando ya estamos completos, la demanda es altísima. En Pilares tenemos lista de espera de un año para otro”, asegura Miriam. Y añade: “Antes Zaragoza era ciudad de paso, ahora mucha gente viene de propio, ya sea por trabajo, por congresos o simplemente a visitar”, explica.

Le Petit Hostel Bar busca diferenciarse con cercanía y producto local. La cafetería, pequeña y acogedora, ofrece desayunos gratuitos a los huéspedes y está abierta al público de 8:00 a 22:00. “Todas las mañanas traemos del obrador cookies, bizcochos, croissants y pan de masa madre de María de Huerva. Por la tarde tenemos gildas y nuestros minis de jamón y queso. Hacemos pocas cosas, pero todas con cariño”, destaca Miriam.

Rubén, camarero de Le Petit, sirviendo una caña. E.E

Aunque reconoce que medidas como la posible prohibición de fumar en terrazas podrían afectar al negocio, sobre todo en invierno, se muestra pragmática: “Ya pasó antes y la gente se adaptó. Lo volveremos a hacer”, comenta optimista.

Con una imagen moderna, una ubicación estratégica y un trato cercano, Le Petit Hostel Bar se presenta como mucho más que un alojamiento: un lugar para sentirse bienvenido en Zaragoza, tanto si se es turista como si se es vecino en busca de un café y una sonrisa.