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Si por algo se conoce a España es por el sol, la playa y la fiesta. La mayoría del turismo que recibe nuestro país busca esas tres facetas; sin embargo, a menudo no deja de sorprender a los extranjeros la capacidad de disfrutar que tenemos los españoles.

Rodrigo Miranda es un argentino que lleva un tiempo viviendo en Zaragoza y acaba de empezar a trabajar. A través de sus redes sociales cuenta sus experiencias y lo que más le llama la atención de su nuevo país.

El sábado fue su primer día en un bar del centro de la ciudad y no dudó en ser claro con lo que pensaba. Explicó que principalmente le habían llamado la atención dos cosas: la fiesta y el compañerismo.

El trabajo de Rodrigo en El Taller Clandestino era de barman, o más bien de ayudante de barman. Acudió a las 19.00 y nada más entrar no daba crédito de que el local ya estuviera hasta los topes.

"Entré a las 7 de la tarde al bar y era un boliche literalmente, la música al palo, y el bar repleto. Me quedé sorprendido por lo temprano que arrancó la joda", explica el argentino.

La “joda” española es lo que más le llamó la atención, pero no fue lo único. El argentino también tuvo unas buenas palabras para la forma amable de ser de los españoles.

"Cuando entré estaba un poco perdido, porque soy el nuevo, y los chicos con total paciencia me explicaron todo. Fue súper fácil de aprender y todo súper ordenado", comenta Rodrigo.

El argentino además destaca con sorpresa que el jefe trabajó codo con codo con el resto de empleados tras la barra. "El dueño estuvo trabajando a la par que nosotros haciendo de todo".

El creador de contenido reconoce haberse sentido muy cómodo y sentencia que la experiencia laboral está siendo muy positiva, "nada que ver con Argentina", asegura. También adelanta que seguirá informando de cómo le va, pues esta semana le toca turno de mañana.