Ver a un niño pegado a la pantalla mientras los mayores toman algo o terminan de hacer alguna de las labores del día es una imagen más que común. El problema ya no sólo está en las casas o en el tiempo libre de cada uno, ahora, los más pequeños también son adictos a su uso dentro de las aulas.
Cada vez son más los centros educativos que se plantean actuar para poner fin al papel de los móviles en clase. Ejemplo de ello es el Colegio Lycée français Molière, ubicado en Zaragoza, el cual ha optado por desarrollar una tajante medida para este curso, la cual ya se está aplicando en Francia.
Consiste en suprimir por completo el uso del móvil en las aulas, atajando así el problema de raíz. Los jóvenes deberán guardarlo en una especie de estuche antes de entrar al colegio y sólo podrán sacarlo una vez hayan finalizado las horas lectivas.
En este contexto, la cadena ’Aragón TV’ se ha desplazado hasta el centro educativo Lycée français Molière para preguntarle a la directora del centro, Angelique Haudiquer, cuáles son las pretensiones detrás de esta medida.
La directora señala la importancia de promover una desconexión digital ante el alumnado. “Es muy importante para ayudar a la concentración de los alumnos” comenta Angelique, destacando también la relevancia que puede tener a la hora de frenar el acoso escolar.
Actualmente, según un reciente informe de Save The Children, en España al menos un 6,5% del alumnado sufre acoso de forma habitual, mientras que el 15,8% ha sido víctima en varias ocasiones a lo largo del mes. En el caso de los estudiantes de origen migrante, la cifra supera el 20%. Por el momento, seguiremos a la espera de ver la efectividad que tienen este tipo de medidas que se van a implantar en el colegio.
Así mismo, el Departamento de Educación en Aragón pretende tomar cartas en el asunto. Para el próximo curso se quiere instaurar una medida que regule el tiempo máximo de uso de pantallas dentro del ámbito académico. Por ejemplo, para los cursos de 3º y 4º de la ESO, el uso del móvil no podrá superar las dos horas diarias.
Sin embargo, como se explica en Aragón TV, el éxito de estas medidas no sirve de nada si los padres no están encima de sus hijos, controlando esta adicción juvenil a las pantallas.
