Hace dos años, en septiembre de 2023, Antonio Andrade decidió emprender y abrir su propio negocio en Zaragoza. Una antojería mexicana en la que ofrecer la gastronomía de su país para permitir a los aragoneses disfrutar de un trocito de su cultura. El propietario, periodista de titulación, llegó hace cuatro años a España y encontró en este restaurante una alternativa de vida.
Así nació la Picantería, ubicada en la calle San Lorenzo 44, en el barrio de La Magdalena de Zaragoza. Este establecimiento se ha convertido en un lugar de referencia para muchos, donde la comida de calidad y la cultura han sido siempre la prioridad. Sin embargo, desde hace unas semanas, Antonio Andrade, busca un nuevo inquilino, aunque el local permanecerá abierto hasta entonces.
La Picantería está en traspaso para que alguien continúe con su actividad o decida abrir un nuevo negocio. Esta decisión, según explica el dueño, viene motivada por dos razones. En primer lugar, Antonio cuenta que por una lesión física, su socio no puede trabajar, y en segundo lugar, señala a la administración.
“Al menos en Aragón, está ahorcando brutalmente por todos lados. En cuestión de multas, no perdonan una sola. Me han dejado la cuenta a cero por el retraso en el alta como autónomo. También he tenido problemas con la inspección de trabajo”, manifiesta el dueño, que entiende la sanción, pero no la cantidad impuesta.
“Parece que va en contra de quienes podemos generar empleos. Yo tenía tres empleados y ahora solo puede tener uno”, asegura con lamento. “La administración es la que lo complica todo. El negocio no es complicado por sí solo, es llevadero y es bonito”, reconoce Antonio, quien también sabe que ha tenido mala suerte.
De esta manera, sabe que lo mejor es traspasarlo y enfocarse en otros proyectos profesionales.
Una gran clientela
No obstante, el mexicano pone en valor “varios puntos positivos”. Entre ellos, el buen recibimiento de la gente a la comida de su país. “Si fuera por la clientela, o si dependiera mayormente de la clientela, yo no me alejaría de esto porque en Zaragoza la gente es muy amable, receptiva y hay mucha retroalimentación”, señala Antonio Andrade.
Incluso, cuenta que el público se ha acostumbrado cada vez más al picante de los platos: “La evolución ha sido muy notoria”, afirma y justifica que no ha percibido apenas “racismo” al probar nuevas cosas.
Tacos de la Picantería.
Además, para Antonio ha sido muy “divertido” a trabajar en este proyecto porque incluye en su día a día a la cultura. “De repente te aparece un mariachi. Hay oferta de poesía, de cantautores, ha habido conciertos de gente de Colombia, de México, Venezuela, de España…”, recuerda.
Y es que en la Picantería puedes ir a la presentación de un libro, a escuchar poesía o a un concierto a la vez que comes unos tacos realmente mexicanos, unas quesadillas, un guacamole o tomas una cerveza o un vermut.
Todo ello en un ambiente muy agradable y acogedor, algo que los clientes destacan en las reseñas, donde también señalan que se sienten como "en Mexico" nada más entrar.
