Zaragoza
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Cada vez son más los jóvenes españoles que deciden hacer las maletas para buscar un futuro fuera de nuestras fronteras. En este caso, la historia tiene nombre propio: Jesús, un joven de 25 años, natural de Zaragoza, que desde hace meses trabaja en una escuela infantil de Cork, Irlanda.

“Yo me fui a vivir fuera principalmente por las oportunidades de trabajo. Sabía que viniendo a Irlanda iba a poder ganar más dinero haciendo lo mismo o incluso menos”, comienza explicando a El Español.

Su comparación resulta demoledora. Mientras que en España su hermana, también educadora infantil, se encuentra sola ante ratios de hasta 20 niños, él cuida en su clase a tan solo ocho pequeños: “Ella cobra unos 1.000 euros y yo estoy ganando 17 euros la hora, unos 2.400 al mes. O sea, ella hace el doble de trabajo porque tiene más niños, por la mitad de salario”, sentencia el zaragozano.

Pero su decisión de irse de España no solo fue económica. Jesús apunta directamente contra el sistema político español. “No voy a ser tonto y trabajar de más por un salario de mierda, cuando veo que mis impuestos van a cosas que no son fructíferas: ministerios que no sirven de nada, corrupción, carreteras que nunca llegan... No voy a contribuir a ese sistema corrupto con mi trabajo y mi tiempo”, sentencia.

Para el joven aragonés, la política española deja mucho que desear. Considera que "el dinero público se despilfarra" y no quiere que sus impuestos se destinen a cosas con las que no está de acuerdo.

“Aquí puedo ahorrar más de 1.000 euros al mes”

Su discurso refleja el contraste que muchos emigrantes descubren al salir. En Irlanda, asegura, el nivel de vida no es tan caro como se suele decir: “La comida pago más o menos lo mismo que en España; el alquiler es alto, pero como en Madrid o Barcelona", explica.

"Lo único más caro es el alcohol o el tabaco, ahí sí que hay un sablazo. Pero por lo demás, es similar. Y claro, cobras mucho más. Yo puedo ahorrar más de 1.000 euros al mes, eso me da oportunidades para invertir, para comprarme una casa, para formar una familia”, asegura el zaragozano.

Jesús, el joven zaragozano que trabaja en Irlanda, de turismo en Londres. Cedida.

El trato en el ámbito laboral también le ha sorprendido para bien. Frente a las malas experiencias en España, trabajando en hostelería con más de 300 horas mensuales “por un salario de risa”, en Cork se ha encontrado con otro panorama: “Aquí los jefes me tienen en cuenta, siempre me han dado oportunidades de mejorar. El techo está muy alto, siempre puedes aspirar a más responsabilidades. Eso en España nunca me pasó”, comenta recordando cuando estudiaba y trabajaba en el sector hostelero a la vez.

¿Volver a España?

La pregunta inevitable llega pronto: ¿piensa regresar? Jesús lo tiene claro: “Hasta que no vea un cambio trascendental, de estructura, no volveré. No sirve que cambien cuatro leyes, hace falta algo de verdad", explica.

"Es una pena, porque si la situación fuera distinta, yo viviría en mi país, que para mí es de los mejores de Europa y del mundo. Pero viendo cómo está el futuro que nos dan a los jóvenes, no nos dejan otra opción”, sentencia apenado.